Harry Potter.
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"Todo por una poción" (Dr/Hr) One-Shot

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Mensaje  *-.Chokonamara.-* Sáb Ago 16, 2008 1:46 am

Bien, es un one que escribi hace tiempo y espero que les guste
dejadme sus opiniones sip?
un beso, byeee geek


Todo por una Poción

Me dirijo al trabajo, como ya es hábito, las calles están solitarias y el frío invernal colisiona con mis mejillas. Doblo la esquina, ya falta poco para llegar al ministerio; seguro que Maribel, mi secretaria, aún no vuelve de su luna de miel con Potter, aún recuerdo la cara de la pelirroja Weasley cuando se entero de su matrimonio, por lo tanto deben de haber enviado a alguien para que la reemplace, ¿quién será?, no me interesa.

Lo único que ha ocupado durante todos estos años has sido tú, la única que me enseñó el significado de amar, y a la que perdí. No puedo dar con tu paradero, es como si la tierra te hubiera tragado, desapareciste de improvisto, sin dejar nada y sin avisar a nadie.

Llego a la puerta del ministerio, estaciono mi coche y me dirijo hacia mi oficina, al pasar por el espacio que ocupaba Maribel caigo en la cuenta de que aún esta desocupado, de seguro la nueva aún no llegaba.

Ingreso a mi oficina, sigue estando ordenada, con la diferencia de que una pequeña nota reposa sobre el escritorio, dice:

“Sr. Malfoy, por favor diríjase hasta la oficina del ministro de magia, para presentarle a su nueva secretaria y que usted le indique sus respectivas labores.

Atte. Ofelia Scout - Encargada de relaciones públicas”


Salio de la oficina y se dirigió hacia donde le habían indicado, al llegar tocó la puerta y escucho al escuchar un adelante ingreso al lugar.

-Sr. Malfoy, por favor tome asiento, como usted sabe su secretaria, Maribel Gones, se encuentra de viaje con el Sr. Harry Potter y por lo tanto se le otorgara a usted una secretaria temporal, ella es muy experimentada en su campo, estudió junto a usted en Hogwarts- cuando terminó de decir esto una pequeña llama de esperanza flameo dentro de mí- y ha sido trasladada aquí desde Francia, espero que se le otorgue el trato correspondiente, los dejo para la respectiva presentación- dicho esto se dirigió hacia la puerta la abrió inclinó la cabeza y anunció- Srta., puede pasar- luego salio por completo.

Dirigí la vista hacia el escritorio que tenía en frente y esperé a que la nueva ingresara.

-Buenos días- dijo la chica, esa voz…, se me hacía tan reconocida, volteé mi rostro con tal rapidez que tuve suerte de que no sufriera fractura alguna, ahí la vi, estaba tan preciosa como siempre; su cabello castaño en unos preciosos bucles que caían en cascada; el abrigo que llevaba puesto, no era muy angosto pero dejaba notar las curvas que cubría, y por último su rostro tan angelical… que ahora mostraba un gesto de asombro total.
-Hermione- logré decir en un susurro, aun no podía creer que la tenía en frente, era un milagro.
-¿¿Tú??- cuestionó incrédula, de seguro ella también estaría tan impresionada como yo.

Me fui acercando lentamente, ella estaba inmóvil y me miraba con los ojos muy abiertos.

-¡Hermione, eres tú!!- exclamé, poco a poco la euforia se apoderó de mí, tenía al frente mió la persona que ocupó mis pensamientos durante tres años, la persona que desapreció y a la cual he intentado hallar todo este tiempo, pero ahora eso ya no tenía importancia, lo único para mí era que tenía a la persona que amaba delante de mí.
Quise abrazarla pero ella se alejó- ¿Qué pasa?- pregunte extrañado por su reacción
-¡¡Te odio!!- me dijo, hasta ahora no me había dado cuenta de que ella estaba llorando- ¡¡TE ODIO!!- repitió antes de salir corriendo.
No me di tiempo de asimilar sus palabras y salí tras ella, corrí y corrí hasta que en un pasillo solitario ella se detuvo, se apoyó en la pared y se deslizo hasta el suelo, abrazó sus rodillas y empezó a llorar a borbotones.

Me preguntaba el por qué de su llanto y me senté a su lado.

-Hermione, ¿Qué pasa?- le pregunté con ternura, me preocupaba verla sí.
-¿Que pasa?, Malfoy como me preguntas eso después de lo que me hiciste- dijo entre sollozos.
-Hermione, te podrías explicar, no entiendo a que te refieres- inquirí
-¡Lo que me hiciste Malfoy! ¡Todo lo que sufrí por tu culpa!- dicho esto la castaña volvió a llorar.
-Herms, lo que menos quisiera sería hacerte sufrir-
-Eso no fue lo que le dijiste a Zabbini en la biblioteca- respondió la castaña con un rencor profundo.
-¿Zabbini?, no volví a hablar con él después de que me enteré que él asesino a mi madre-
- ¿No recuerdas?, pues déjame aclararte la memoria- le contestó amargamente la castaña.

Una castaña caminaba alegre por los pasillos de Hogwarts, estaba feliz, iban a encontrarse en la biblioteca, como lo habían hecho todo este tiempo. Harry y Ginny aceptaron su relación, pero al que le costó hacerlo fue a Ron, se opuso, pero finalmente cedió.

Al llegar a la entrada de la biblioteca saludó a la Sra. Pince y se dirigió hasta la mesa del fondo, la que utilizaban siempre; al ver que Draco no llegaba decidió ir a ver unos libros, pasaba por una estantería cuando oyó una conversación, eran las voces de dos hombres, pero ¿quiénes eran? , a esta hora la mayoría de los alumnos estaban en los jardines, y además era sábado, era algo muy raro.

Un momento, esa voz…, se le hacía tan conocida, ¿Draco?, si era él…, pero ¿con quien? No podía ser era… ¿Zabbini?, pero si Draco le había dicho que lo odiaba con toda su alma porque tuvo que ver con el asesinato de su madre, cuando escucho algo que le llamó la tención.

-¿Es cierto que estás saliendo con la sangre sucia de Granger?- cuestionó el morocho
- Bueno si, la verdad es que es no está nada mal para divertirme un rato eh!- le respondió el rubio en tono de burla.
-¿y sus amigos?, es decir el pobretón y el cara-rajada de Potter, ¿ya saben de su relación?- pregunto curioso el pelinegro
-Sí, no te imaginas que martirio fue para mí tener que fingir que amaba a la come-libros de Granger, pero bah!, el mal rato ya pasó, ahora puedo hacer con Granger lo que me dé la gana- terminó el blondo con una sonrisa macabra.
-¿Pero sabes lo que ella siente por ti?- Zabbini
-Muchas veces me ha repetido que me ama, aunque en verdad no me importa pero estoy obligado a decirle cosas como “te quiero”, “te amo”, “eres la dueña de mi corazón” y un montón de chorradas más- al terminar, el descendiente Malfoy largó una carcajada.- Si supiera que sólo lo hago para satisfacerme, y además para demostrarte que nadie se me resiste-.

Ambos rieron, y continuaron con su conversación tranquilamente, pero la castaña ya había abandonado la biblioteca.

Hermione escapó de ese lugar con el alma y el corazón destrozados, corrió y corrió hasta que sus piernas no dieron para más, llegó hasta la cabaña de Hagrid, se apoyó en una de las paredes de la cabaña y dejó que gruesas lágrimas rodaran por sus mejillas, abrazó sus rodillas y escondió su rostro en ellas, ¿Cómo había sido tan estúpida?... ¿Como pudo creer que el príncipe de Slytherin se había fijado en ella?... ¿Cómo fue tan tonta de tragarse las mentiras de Malfoy?...

No sabría decirles cuantas horas se quedó en ese lugar, sólo se que fueron muchas.

Al anochecer la chica de ojos almendra decidió enfrentar a Malfoy, sólo faltaba dos pasillos para llegar a las mazmorras, dobló una esquina y lo que vio la lastimó aún más, sintió como el pecho se le oprimía y un agujero incandescente se acrecentaba en su estómago. Allí, al final de ese corredor estaba Pansy Parkinson besándose nada más que con el blondo que la había manipulado, la serpiente más rastrera que existía para la castaña. Al fijarse bien vio que él le estaba desbrochando la blusa y la zorra de Parkinson posaba sus piernas al rededor de su cadera, se adentraron en un aula vacía... no quiso ver más.

Hermione pudo controlar las lágrimas que amenazaban con caer, juntó aquella fuerza que no tenía y tomó una decisión, aquella noche partiría de Hogwarts. ¿Hacia dónde?, no importaba, solo muy lejos de ahí.

La castaña alistó sus maletas mediante hechizos, dejó una carta para sus amigos en su mesita de noche, mandó una para sus padres con la lechuza de Ginny y desapareció…


Al terminar de contar todo esto, Hermione volvió a derramar lágrimas, a pesar de que el tiempo había pasado, a ella le seguía causando dolor todo aquello, aunque ahora solo sea un dañino recuerdo.

Draco se quedó pasmado, ¿el había hecho todo eso?, eso era ¡imposible!, Draco quería a la chica por sobre todo y todos. Pero entonces, ¿Qué demonios había pasado ese día?.... ¡un minuto!... ¡claro! Por eso estaban tan felices… ahora todo encajaba, solo tenía que aclarar las cosas con Hermione.

Al voltear el rubio vio, que la chica seguía en la misma pose, le tocó delicadamente el brazo, pero ella rápidamente se alejó.

-Hermione, tenemos que hablar… por favor, creo que ya sé que fue lo que pasó ese día… Herms, por favor ¿si?...-

La castaña elevó el mostró pero no miró al rubio y asintió levemente.

-Ven… acompáñame…- le dijo en tono tierno, y le ofreció la mano para ayudarla a levantarse, la castaña dudosa aceptó. Draco la guió hasta su carro, le abrió la puerta y luego de que Hermione ingresara subió al asiento de piloto y se encaminó, ¿a dónde?, hacia la casa de cierta personita que tenía que aclararle algunos puntos.

-¿A dónde vamos?- preguntó ella, con voz indiferente
- A la casa de la persona, que va a arreglar todo esto- dijo, en su voz se podía notar el rencor nato.

Después de algunos minutos, estaban frente a un edificio.

-Llegamos- anuncio el blondo
-“¿Dónde estamos?”-pensó Hermione

Por medio del ascensor llegaron al 7º piso, Draco se acercó al apartamento que estaba marcado como el 7963, toco bruscamente la puerta, ocupando la poca paciencia que le quedaba.

Después de unos instantes apareció una persona, Hermione, que se hallaba detrás del rubio no pudo verla, pero cuando asomó su cabeza se quedó sorprendida, pues esa “persona” era Pansy Parkinson, la morena a la cual le tenía un rencor profundo.

-Draco- dijo asombrada la morocha, hasta ahora no se había percatado de la presencia de la castaña- que se te ofrece- preguntó en tono meloso.

El platinado aprovechando la soledad del pasillo tomó a la chica por el cuello y la estampó en la puerta.
-Vengo a que me aclares cuentas- le dijo entre dientes
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Mensaje  *-.Chokonamara.-* Sáb Ago 16, 2008 1:53 am

-¡Malfoy! ¡Suéltala!- ordenó la castaña, extrañada al ver la reacción del rubio.

Draco fue bajando la fuerza con que apretaba el cuello de la y la terminó por soltar.

-No sé a qué te refieres- dijo con voz apagada mientras se masajeaba el cuello, pues Draco por poco y la asfixia
-¿No te recuerda algo… biblioteca? , o tal vez… ¿Blasie Zabbini?- terminó en tono irónico.
Pansy al escuchar esto abrió los ojos como paltos y empezó a balbucear cosas incoherentes.
Hermione, quien había estado observando toda esta escena, empezó a relacionar -“¿Qué hacemos en la casa de Parkinson?, tal vez… ¡no!, eso es imposible, mejor seguimos escuchando la conversación…”- pensaba.

-¡Vas a decirme de una maldita vez que hiciste ese día junto con la maldita de Greengrass!- gritó ya exasperado el blondo.
-¡Parkinson habla!- exhortó, esta vez, la castaña
La morena se quedó pasmada- ¿Granger…?- se atrevió a preguntar.
-La misma, pero eso no importa, ¡habla de una vez y así aclaramos este asunto de una vez por todas!-
La pelinegra se quedó muda, y no hacía más que ver a Draco y Hermione alternativamente, pareciera que estuviera siguiendo la pelota de un juego de tenis.

Draco ya harto de la situación, sacó del bolsillo de su túnica un pequeño frasco con líquido de color azul clarísimo, “si no hablas por las buenas, por las malas tendrá que ser”, pensó él.

Sujeto las muñecas de Pansy con una mano y con la otra le hizo beber el contenido.
“Veritaserum”, pensó Hermione.
La morocha obligada bebió el líquido, Draco la hizo entrar al apartamento, aún sin soltarla, la castaña lo siguió y cerró la puerta.

-Ahora vas a hablar- dijo el blondo mientras la sentaba en una silla y con ayuda de la varita la amarraba a ella.

-Dime, ¿Qué fue exactamente lo que hiciste el día en que Hermione partió?-ordenó el rubio, tratando de controlar la rabia que emanaba en su interior.

¿Aquel día? ¡Ja!, aquel día yo hice muchas cosas…- susurró con una sonrisa burlona en su rostro- veamos, empecé con beber la santísima poción que había preparado con tanto esmero durante un mes, sabía asquerosa por cierto- al decir esto hizo una mueca de repugnancia y continuó -luego seguí a la estúpida sangre sucia de Granger a la biblioteca, al llegar la ratita empezó a inspeccionar algunos estantes, en eso aproveché a empezar una conversación con el idiota de Zabbini que caminaba por ahí, luego de certificarme que la come-libros había salido, convencí al retrasado de Crabbe para que se haga pasar por ti, Draco, y así terminar con broche de oro mi magnifico plan-terminó con una sonrisa de autosuficiencia.

Hermione no podía creer todo lo que había dicho Pansy, no, tres años tratando de olvidar, un dolor que produjo una maldita poción multijugos, ¡Por Merlín!, que había hecho, tantos años evitando que Draco la hallara, cuando él no hizo nada, ¡maldita sea!, ¡había arruinado su vida!.

Lágrimas empezaron a salir sin pudor alguno y salió de ahí más rápido de lo que se dice quiddicth.

Draco no perdió tiempo y salió tras ella, olvidando por completo desatar a Pansy (n/a: se lo merece)

Le dio alcance cuando ella se metió a un callejón sin salida.

Se detuvo cuando vio que había quedado atrapada, poco a poco las piernas comenzaron a fallarle, empezó a ver todo oscuro y de allí no supo más.

Draco no perdió tiempo y corrió lastimándose las rodillas para poder sostener a la castaña y evitar que ésta cayera. La llevó a Malfoy’s Hill… en fin, ahí sólo estaba el fantasma de Narcisa.

La llevó a su recamara cargándola al estilo recién casados, la acostó sobre su cama y la tapó con unas mantas muy finas. Después de que la arropó llamó a una elfa para que le trajera comida y merienda para la castaña. Se sentó a un lado de la cama mientras esperaba que la castaña despierte.
Pasados unos minutos la castaña reaccionó, tardó un poco en ver con claridad, cuando sus ojos se acostumbraron a la luz cayó en cuenta de que se encontraba en la habitación de Draco, le vino recuerdos a la mente, fue en aquel lugar donde perdió su virginidad, aquel en donde se entrego por completo al hombre que -a pesar de todo- siempre amó.

Siguió examinando con la vista hasta que ésta chocó con la silueta de Draco, quién la miraba intensamente con el océano grisáceo que tenía por ojos. Rápidamente quitó la vista y bajó la cabeza, todo lo que había pasado en ese día llegaron como flechas espartanas a su cabeza. Se quedó muda ¿Qué decirle?, un “lo siento” era muy poca cosa.

La miraba, ese hermoso rostro angelical que me cautivo y que no había podido observar por tres años, los cuales fueron un total martirio, pero ya no tenían importancia… la tenía ahí, en frente mío, ahora entendía la razón de su huida repentina, fue todo un lamentable mal entendido causado por una zorra, al recordar esto aprisioné mis manos en un puño, tratando de reprimir la ira que sentía. ¿Cómo me di cuenta de la treta de Parkinson?, pues uniendo cabos, recuerdo bien ese día…


Era un día soleado, era perfecto para un paseo por Hogsmeade o los alrededores de Hogwarts, pero eso será después, hoy tenía que reunirse con su adorada castaña.

Salí de mi habitación, todo sigue igual, bajo a mi sala común, solamente Theodore esta leyendo sentado en el sofá, de pronto siento que algo pasa por mi cabeza y luego un pequeño dolor.
Me doy vuelta y veo que ese “algo” era la mano de Parkinson, ésta se da a la fuga; -“loca”- pensé
Salí de las mazmorras, hoy quería llevarle un regalo a mi Hermione, ¿pero que?, creo que ya sé… si estoy seguro de que le gustará.
Me pasé la mitad del día buscando lo que tenía en mente, sólo que algo me ha perturbado, cuando pasé por el baño de Mirttle escuché una conversación, eran claramente las voces de la “loca” y Daphne Greengrass, ¿que planearían?, sólo pudo llegar a oír algo como -Llegó el momento- ¿que planearían hacer?; bueno ¡ya!; negué con la cabeza en un intento de alejar esos pensamientos.

Al terminar de conseguir lo que tanto había tardado en encontrar me dirigí hacia el baño de prefectos, pues había quedado hecho mugre.
Salí reluciente, cogí el regalo de Herms y salí a toda prisa a la biblioteca. Al llegar a la entrada me acomodé la camisa, q se había arrugado un poco por la carrera. Abrí la puerta y me dirigí hasta la mesa del fondo, se suponía que debía de estar ahí- “que raro, tal vez se haya retrasado”- pensé.

Esperé y esperé, mas no apareció, desesperado emprendí la carrera hacia la torre de Griffyndor, nada… pregunté si alguien la vio, no hay respuestas. Ofuscado caminé hacia las mazmorras, al pasar por un pasillo vi a la “loca”, o sea a Parkinson besando a Crabbe y le susurró un “tendrás tu recompensa por la ayuda”, los ignoré y pasé de largo.

No pude dormir aquel día, a la mañana siguiente ni rastro de Hermione, en la entrada del gran comedor me dieron alcance Weasley y Potter preguntándome sobre ella, ellos tampoco habían obtenido noticias, aquel día la mini Weasley me miraba con recelo, odio y no menciono palabra alguna en todo el día. Así pasaron los días y el sentimiento de desesperación se incrementaba. Poco a poco los Griffyndor dejaron de hablarme y me miraban con desprecio… No podía comprender… ¿Qué rayos estaba pasando?...



Ahora el blondo lo entendía todo… sólo faltaba que arreglaran las cosas con la castaña.

-No tienes que decir nada, no te preocupes- anunció el rubio.
-¿cómo?-pregunto incrédula mientras levantaba la vista
-Que no tienes que decir nada- repitió con una sonrisa

Ella abrió la boca para decir algo, pero antes de emita algún sonido la cerró. Lo miraba con los ojos bien abiertos.

Después de algunos en los que compartieron conexión visual, la almendrada se paró de golpe y susurró- No te merezco- se dirigió a la puerta, pero antes de que pueda salir unos brazos la rodearon por la cintura, se estremeció al sentir el contacto, pues desde que partió de Hogwarts no la habían tocado más allá de abrazos amistosos.

-No te vayas, no otra vez por favor- le dijo al oído, el aliento de Draco chocaba con el delicado oído de Herms dejándola petrificada, las ideas de salir de aquella habitación se esfumaron. Lentamente fue haciéndola girar, la mente de la castaña había quedado bloqueada, al quedar frente a frente él fue acercando poco a poco sus labios a los de ella, por fin, después de años volvería a tocarlos; una distancia diminuta los separaba, ambos cerraron los ojos esperando con ansias el contacto…

***


¿Harry?- preguntó Maribel
-¿Sí amor?- le respondió saliendo de la habitación y llegando a la sala para sentarse junto a su esposa.
-Ha llegado una carta, departe de una tal Hermione Granger- dijo
- ¡¿Hermione?!- exclamo el pelo de azabache parándose de un salto
- Exacto, ¿quién es?- le interrogó
- Es una de mis mejores amigas desde Hogwarts, hace tiempo que no recibo noticias de ella, se comunicaba mayormente con Ginny-le dijo volviendo a su anterior ubicación, Maribel le pasó la carta y se dirigió a la cocina a traer unos jugos, pues estaba haciendo mucho calor, estaban en Cancún de luna de miel y el sábado regresaban a Londres.

Harry se acomodó en el sofá y desplegó el pergamino.

“Querido Harry:

Primero que nada te felicito por tu matrimonio, no me avisaste ¡eh! ¡MALO! (me debes una), pero no importa, hace dos días he regresado de Francia para trabajar en el ministerio de Londres, que cosas del destino que mi jefe es nada menos que Draco Malfoy, tranquilo, ya aclaramos las cosas, es una larga historia, cuando vuelvas te lo explico.

Pero el motivo de mi carta es otro, Harry, ¡ME CASO DENTRO DE TRES SEMANAS!, no sabes lo feliz que estoy, espero contar con tu apoyo y también quiero que me presentes a Maribel, Draco me ha hablado de ella, pero mejor conocerla en persona ¿no crees?

Bueno, con muchos besos y abrazos me despido.

Atte. Hermione Granger.
PD: Ron y Luna ya lo saben”


Harry releyó la carta, no lo podía creer, su mejor amiga se casaba, que alegría, pero…, esos dos tenían que explicarle muchas cosas…

-¡Mari!- llamó el pelinegro
-¿Si?- contestó, caminando con dos vasos en sus manos, le ofreció uno a Harry y se sentó en sus rodillas.
-Estamos invitados a una boda- anunció
- ¿se trata de tu amiga?- Harry asintió – vaya… ¿y para cuando está programada la ceremonia?-
-Dentro de tres semanas-
-Entonces a hacer las maletas, adelantaremos nuestro regreso, debemos ayudar con los preparativos, la elección del vestido, los arreglos de la iglesia, el bufet, el baile, en fin…- terminó en un suspiro.
-Claro-dijo Harry con una sonrisa, viendo el entusiasmo de su esposa, le tomó de la barbilla y le regaló un tierno beso…

¡¡¡FIN!!! Laughing
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Mensaje  sayuka Sáb Sep 13, 2008 11:27 pm

Es genial me encanto muy bueno maldita Pansy siempre liandola y luego para nada jeje mas tarde iria alguien a desatarla ¿no?

sayuka
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