Harry Potter.
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Los Merodeadores Presentan

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Mensaje  Jane Black Dom Sep 07, 2008 12:03 am

Este Fic esta basado en los personajes creados por J.K.Rowling y otros tantos de mi invención.

"Para entender el presente, hay que conocer bien el pasado"

El resumen no tiene mucha complicación: Es la historia completa de los Merodeadores desde la llegada al colegio de Marian Potter hasta su último curso. Voy a libro por curso escolar. El primer libro de esta saga ya lo tengo terminado así que supongo que publicaré a menudo. Aún así, me haría mucha ilusión que me dejárais Post sobre la historia.

Os dejo dos capítulos ¡Espero que os guste!

¡Un Abrazo!

Jane


P.D: Gracias a las moderadoras por haberme invitado a este foro.


PROLOGO

Una vida entre guerras es una vida llena de desgracias, maldiciones, enfrentamientos…en definitiva, no es vida. Eso es lo que suele pensar todo el mundo. En mi opinión, una guerra es una forma de vida. Yo nací en medio de ella y soy feliz, pero mi familia, en especial mis padres la padecieron en toda su intensidad. Todos ellos lucharon por la libertad que ahora disfrutamos las nuevas generaciones, pero muchas vidas se perdieron en el camino. Por esa razón, he decidido contarle a las futuras generaciones la verdadera historia de Hogwarts y el mundo mágico desde el tiempo de los “Merodeadores”, hasta la gran batalla final que tuvo lugar en Hogwarts y que pasará a la historia como uno de los momentos más oscuros y difíciles que ha vivido el mundo mágico en toda su historia. No es una leyenda, es la verdad.

Tengo 35 años y mi nombre es Sirius James Black.

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Mensaje  Jane Black Dom Sep 07, 2008 12:04 am

CAPÍTULO 1

LA BIENVENIDA


Estación “King´s Cross” de Londres. Eran las 10.40 y faltaban 20 minutos para que saliese el tren expreso con destino al colegio de magia más importante de Inglaterra y uno de los más reconocidos internacionalmente: el colegio Hogwarts de magia y hechicería. James y Marian Potter se disponían a cruzar junto a sus padres el muro de la columna que separaba los andenes 9 y 10 en la estación de tren muggle para llegar al andén 9 y 3/4, donde esperaba el tren mágico. Era septiembre de 1972.

Para James era su segundo año en el colegio y para Marian el primero. James tenía 12 años. Era un poco más alto que los niños de su edad, delgado, con el pelo corto de color negro azabache y unos ojos grandes marrones. Utilizaba gafas desde los 8 años. Eran redondas y de pasta negra pero le quedaban un poco grandes ya que el año anterior las había intentado romper (las odiaba) mediante un hechizo. Pero este le salió mal y en vez de romperlas, las agrandó. Por ello, sus padres decidieron como castigo no devolverlas a su tamaño original. Marian tenía 11 años. Era una chica muy guapa, de estatura media y bastante delgadita. Su pelo era largo con tirabuzones de color negro azabache, igual que su hermano James. Marian odiaba los tirabuzones tanto como James sus gafas, por lo que se recogía el pelo normalmente en una coleta. Pero lo que realmente hacía tan guapa a Marian eran sus profundos ojos azules, los cuales no pasaban desapercibidos entre su larga melena negra.


James se pasó todo el verano contándole a su hermana lo guay que era Hogwarts, la casa Gryffindor, el quidditch y por supuesto le habló hasta la saciedad de sus tres amigos: Remus Lupin, Peter Petigrew y Sirius Black. En todo el verano no hizo más que cartearse con ellos, sobretodo con Sirius, al que le tenía mucho afecto, pues se escribían casi todos los días. Nadie sabía qué tramaban en esas cartas, pero, cuando Jayak (la hermosa lechuza familiar) llegaba con una carta de Sirius, James se iba a su habitación y no salía de ella durante las dos horas siguientes. Marian estuvo todo el verano entretenida escuchando los relatos de las aventuras de James en el colegio y devorando todos los libros que tuviesen que ver con Hogwarts y su historia. Toda la familia Potter había estudiado en Hogwarts y pertenecido la casa Gryffindor durante siglos. Hogwarts clasifica a sus alumnos según las cualidades personales que poseen mediante un sombrero seleccionador antiquísimo, de la época de los fundadores de Hogwarts y que perteneció a Godric Gryffindor. Las casas son: Slytherin (la de los ambiciosos) fundada por Salazar Slytherin, Hufflepaff (la de los trabajadores) fundada por Helga Hufflepuff, Ravenclaw (la de los inteligentes) fundada por Rowena Ravenclaw, y Gryffindor (la de los valientes) fundada por Godric Gryffindor.


Marian estaba un poco nerviosa, pero no quería que se le notara, ya que James se burlaría de ella diciéndole que no era lo suficientemente valiente para estar en Gryffindor, que mejor estaría en Ravenclaw (ya que Marian era muy inteligente). Eso a ella le sentaba fatal porque sabía que lo decía para fastidiarla todo el rato.

- ¿Estás nerviosa Marian? - Preguntó James con un tono irónico.

- ¡No Jimmy! -Contestó ella de mala forma y entornando la mirada. James la miró y sonrió.

- Bueno hermanita, ¡nos vemos luego!- James cogió carrerilla y atravesó el muro dirección al anden 9 y 3/4.

Marian se quedó paralizada y pensativa delante de la columna. La había cruzado el año pasado sin problemas, para acompañar a James al tren. << ¿Porqué me paralizo ahora?>> estaba pensando cuando sintió una mano grande que le agarraba cariñosamente el hombro.

-¡Venga hija! Coge carrerilla y sin miedo.- era su padre, Charlus Potter.

-No debo tener miedo, debo ser valiente, o sino… no me seleccionarán para entrar en Gryffindor. ¿Verdad papá?- le dijo ella con tristeza.

-Escúchame con atención Marian- Su padre se agachó para quedar a su misma altura.- estés en la casa que estés, tu madre y yo siempre estaremos orgullosos de ti.

-Sí, eso ya lo sé papá. Pero… sería una decepción para vosotros que no me seleccionasen para la casa Gryffindor ¿no? Toda la familia ha pertenecido a Gryffindor durante generaciones…

-Eso no importa- interrumpió el padre contundentemente. Marian se sobresaltó, pero él volvió a tomar un tono agradable.

- Venga Marian, tienes que ser fuerte. Además está James para que acudas a él si tienes algún problema- le dijo con confianza.

-Ya…- dijo ella bajando la cabeza con resignación, pues no estaba segura de que James la fuese a cuidar tal y como decía su padre.

-En serio Marian. Él te gasta bromas y te hace rabiar porque eres su hermana pequeña, pero nunca- le agarró ambos hombros- ¡nunca! Dejaría que te pasara nada malo. De eso estoy seguro.- en sus ojos había un brillo de confianza igual al de James. Su hermano se parecía mucho a su padre y, en ese momento, sintió que quien le daba ánimos no era él, sino James. Después de eso, miró con decisión la columna: << Venga Marian, puedes hacerlo…una, dos y…>>

De repente apareció ante ella el tren expreso de Hogwarts. Era el tren más bonito que había visto nunca (el año pasado casi no pudo ni verlo porque llegaron bastante tarde). Su color rojo, imponente, hacía brillar hasta el más escondido detalle. Simplemente era perfecto.

-¡Marian, corre, el tren va a salir!- le avisó su madre, Dorea Potter.

-¡Voy mamá! - Se reunió con ellos.

-Marian, ¿Donde estabas? –Le regañó James.

- ¡Donde no te importa Jimmy!- sus ojos se entornaron hacia su hermano.

- Bueno, me subo al tren que ya estarán los chicos esperándome. -Dijo James-.

- ¿De qué chicos hablas Jimmy?- le preguntó Marian con la esperanza de que se pudiese sentar con él en el coche ya que ella no conocía a nadie allí.

- ¡Remus, Peter y Sirius, enana! – James miró a su alrededor-Qué raro que no esté Sirius por aquí…bueno, estará en el tren. ¡Adiós papá, adiós mamá!- se despidió como un rayo y subió al tren en busca de sus amigos.

Eso le dejó muy claro a Marian que su hermano no quería que fuese con él en el viaje. Ella le miró con cara de resentimiento, parecía que no se acordaba de que el año pasado era él el que temblaba de miedo delante del tren expreso hasta que sus padres le obligaron a subir.

- ¡Adiós papás!- Marian les dio un beso a cada uno y un abrazo fuerte a su padre.

-Marian, tienes alma Gryffindor.-Cuando su padre le dijo eso, en su cara se dibujó una sonrisa. Ella asintió con la cabeza. Ya le daba igual no tener con quien sentarse en el tren y que su hermano fuese un egoísta. ¡Ella sería una Gryffindor!

Los Señores Potter se fueron pronto, porque tenían que ir a Gringotts (el banco del mundo mágico) urgentemente, para arreglar unos papeleos. Cuando Marian se quiso dar cuenta, James ya había subido al tren sin ayudarla con su baúl. ¡Y pesaba mucho!

- No puedo con el baúl, ¡voy a matar a James! -Dijo entre dientes para que la gente no la escuchase.

De repente una mano le tocó en el hombro al igual que lo había hecho antes su padre y creyó que había vuelto para ayudarla. Al darse la vuelta, no se encontró con su padre, sino con un chico muy guapo. Era bastante alto, de pelo negro azulado (parecía que se lo quería dejar largo) que brillaba con la luz. Lo que más llamaba la atención de ese chico eran sus grandes ojos grises, los cuales la estaban mirando fijamente.

- ¿Te ayudo? -En su cara se dibujó una sonrisa bastante sincera.

-Sí, gracias. - Dijo Marian con alivio - Mí hermano se ha subido ya al tren y me ha dejado colgada con todo el equipaje - el chico se rió.

- Bueno, no te preocupes. Los hermanos suelen hacer esas cosas - le dijo sin dejar de sonreír.

- ¿Eres de Gryffindor? - preguntó Marian observando la corbata de rayas rojas y doradas que llevaba el chico.

-Sí.- se quedaron unos segundos mirándose << Qué ojos más bonitos tiene… pero su cara me recuerda a alguien>> pensó. Luego recuperó la conversación- ¿Es tu primer año? Porque no recuerdo haberte visto por Hogwarts.

- Sí. A ver para qué casa me seleccionan - dijo ella con preocupación- ¡ojalá que sea para Gryffindor! mi hermano también está en esa casa-

- Pues igual lo conozco - dijo él intentado pensar.

- Pues probablemente - el silbato del tren sonó.

- Será mejor que subamos o nos quedaremos en tierra - él cogió el baúl más pesado y ella el resto de cosas- ¡Como pesa el condenado! - él le guiñó un ojo y ella sonrió levemente. Aquel chico parecía muy agradable.

- Bueno, muchas gracias. Menos mal que me has ayudado porque si no…- El chico la seguía mirando con cara extraña.

- Aún no me has dicho como te llamas - dijo él decididamente.

- ¡Es verdad! Perdona. Mi nombre es Marian, Marian Potter - él abrió la boca y los ojos de par en par al oír su nombre - ¿pasa algo?- preguntó ella torciendo el gesto. Él se puso nervioso.

- Eeee, nnn…no. Bueno Marian, pues encantado de…

- Hombre por fin has subido al tren Mari… ¡¡Sir!!- gritó James dando un abrazo al chico que acababa de conocer Marian.

- ¡¡Hola James!!- acertó a decir él con la cara aún pálida.

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Mensaje  Jane Black Dom Sep 07, 2008 12:05 am

SIGUE CAPÍTULO 1

Ya veo que has conocido a mi hermana- ella les miraba atónita- hermanita, te presento a mi mejor amigo Sirius Black. << Este chico es el famoso ¡SIRIUS BLACK!>> pensó casi gritando para sus adentros.

- Sí ya nos conocemos - él volvió a recuperar la compostura- la dejaste colgada con los baúles Jimmy.

<< Le llama Jimmy…>>- pensó Marian quedándose muy sorprendida de que alguien más pudiese llamar a su hermano como solo ella le llamaba. Eso la molestó bastante, pero no dijo nada.- << A Jimmy ¡solo le llamo Jimmy yo!>>

-¡Es verdad! Perdona Marian, creía que papá te había ayudado a subirlos - dijo James dándole una palmada en la espalda a su hermana.

-No te preocupes. Ya me ha ayudado Sirius - se quedaron en silencio un momento.

-Bueno Sir, vamos al compartimento, que los chicos ya están allí. Ven Mari, así te los presento.

Sirius, James y Marian entraron en el coche donde estaban sus dos amigos. Ellos estaban en un lado del coche. James se sentó en el lado interior del banco de enfrente ya que a Sirius le encantaba estar en el lado de la ventana, al igual que a Remus. Los baúles estaban en las guanteras de encima de los asientos y Marian se quedó de pie.

-¿Dónde habéis estado?- le preguntó Peter, que les adoraba y admiraba como si fuesen dioses.

-Fui a buscar a mi hermana pequeña y de paso encontré a Sirius- Marian y Sirius se miraron de reojo - bueno, os presento. Este es Peter Petigrew.

Peter era un chico bastante bajito y relleno. Tenía el pelo castaño oscuro y los ojos marrones y pequeños. Tenía una cara bastante graciosa y un don increíble para meter la pata haya donde iba, lo que hacía que sus amigos se partieran de risa con él.

- ¡Hola!- le dijo rápidamente para ponerse a hablar con Sirius, el cual ya se había sentado en su sitio.

- Y este es Remus Lupin.

- Mucho gusto Marian.- le dijo con una tímida sonrisa. Parecía enfermo.

- Sirius la ayudó a subir los baúles- dijo James en cuanto miró el equipaje de su hermana.

- Que caballero Sirius, ¿tanto te ha cambiado el verano como para ayudar a una chica a subir el equipaje?- le dijo Peter con sorna. Sirius frunció el ceño al oír aquello.

- Bueno, la chica no podía con los baúles así que, como soy el más fuerte de vosotros, me ofrecí a ayudarla - dijo mientras se colocaba las manos detrás de la cabeza y subía los pies para apoyarlos en el banco de Peter y Remus.- ¡y pesaban mucho! Creo que llevaba piedras o algo así- todos lo chicos le rieron la gracia mientras Marian enfurecía por momentos. << ¿Ahora me llama chica? ¡Sólo me ha ayudado para exhibirse!>> pensó entornando los ojos hacia Sirius.

- Bien, bien. Gracias por cargar con mis piedras Señor “Black el fuerte”- le dijo ella con sarcasmo mientras cogía sus baúles para salir de allí con aire digno. Lo que más la molestaba era que su hermano no la había defendido. ¡vaya estúpido!

Cuando Marian ya estaba fuera del compartimento dispuesta a buscar otro para no aguantar más groserías, oyó una voz.

- ¡¿Ya no me llamas Sirius?! - le gritó este desde la puerta del compartimento.

Ella no se dio la vuelta para contestarle. Aquel chico era un presumido y no merecía su atención. Pero de pronto escuchó algo, que en realidad estaba deseando oír desde que puso el pie en la estación y nadie le había dicho.

- ¡Bienvenida a Hogwarts Marian Potter!

Sirius volvió a meterse en el compartimento, pero con aire algo serio.

- ¡Jolín con tu hermanita James! - le dijo Peter haciendo los mismos gestos que Sirius había hecho antes.

-Ya la conoceréis, tiene bastante carácter- dijo James- Aunque me he metido con ella, con la posibilidad de que no la seleccionen para Gryffindor, espero que entre. Toda mi familia ha pertenecido durante generaciones a la casa Gryffindor. No va a ser ella la oveja negra!- James se dio cuenta tarde del comentario que acababa de hacer ya que Sirius, había sido el único de la familia Black que no era de Slytherin- Sir, lo siento, no me acordaba…

- Tranquilo, no importa.-Dijo Sirius en un tono bastante más triste- mi hermano entra también en Hogwarts este año y seguro que va a Slytherin- la tristeza se convirtió en burla- la peor casa de Hogwarts!- todos empezaron a reír

*****


Marian no sabía en que coche ponerse. La verdad es que no quería ir con James porque estaba con sus amigotes y no quería ser objeto de burlas durante todo el viaje, por su ingreso en Hogwarts y su condición de novata. Estuvo mirando en todos los coches, pero estaban todos ocupados. –<< ¿A que al final me tengo que quedar en el pasillo?>>- pensó ella en un momento de desesperación. Solo quedaba un coche al final del pasillo. Miró la puerta deseando que no hubiese nadie, giró el picaporte y… nuevamente se encontró con gente. Pero esta vez eran tres chicas. Debían ser más mayores que ella y estaban manteniendo una conversación bastante animada.

-Eh…hola. Lo siento, pensaba que quedaba sitio- Ellas la miraron extrañadas. Marian se puso roja como un tomate y cuando estaba dispuesta a irse…

-Queda uno libre, si quieres siéntate aquí- Le dijo una chica de pelo Rojo oscuro, largo y muy espeso, tez muy blanca y ojos de color verde esmeralda.

-Muchas gracias- la voz de alivio de Marian por tener ya sitio en el tren era un poema.

- Yo soy Lily Evans, le dijo la pelirroja- estas son Laura Meyer y Alice Rowland.


Estas dos últimas se sentaban en el otro sofá del coche, enfrente de Lily. Laura era bastante menudita y tenía el pelo castaño claro al igual que Alice, pero sus ojos eran de color verde oscuro mientras que los de Alice eran marrones, casi negros.

- Sois de Gryffindor ¿no? Preguntó Marian al ver, al igual que antes a Sirius, los colores de la casa en sus bufandas

- Sí, -contestó Alice-. ¿Eres nueva?

-Sí, comienzo este año- Marian esperó que hiciesen algún comentario por ser una novata, pero no ocurrió nada.

- Entonces como mi hermano Neville- dijo Alice- ya le conocerás.

-Te gustará Hogwarts. ¡Es un colegio genial!- dijo Laura con una amplia sonrisa en la cara.

Lily, se quedó mirándola con cara extraña, como si Marian le recordase a alguien. Marian notó su miraba pero no quiso decirle nada por no ser impertinente en su primer día en Hogwarts.

- A todo esto, no nos has dicho como te llamas- Le preguntó al fin la pelirroja, que seguía con la mirada fija en ella.

- ¡Ah si!, perdonad. Mi nombre es Marian Potter.

Las tres se miraron con cara rara. Más bien parecía cara de inconformidad, incluso Lily negó con la cabeza varias veces a sus amigas. Marian se sintió intrigada, pues no veía nada de raro en su nombre y por lo tanto, no sabía a que venía esa actitud.

-¿eres familia de James Potter? -preguntó Laura rompiendo el incómodo silencio que invadía el coche.

- sssí.- dijo Marian pensando en que no había sido buena idea quedarse en aquel coche con aquellas chicas- Soy su hermana.

Notó que Lily torcía la cara hacia la ventana de forma descarada, pero Marian hizo como si no la hubiese visto. El vagón volvió a sumirse en un incomodísimo silencio que casi hizo que Marian se levantara de su asiento para irse. Lily volvió a mirarla.

- ¿y cómo es que no estás con él? - preguntó la pelirroja finalmente. Por supuesto, se refería a James.

- Está con sus amigotes. Y no me apetecía aguantar sus tonterías y bromas absurdas durante todo el viaje- les dijo con una sonrisa un tanto forzada por la situación- unos tales Lupin, Petigrew y…

- ¡BLACK!-dijeron las tres a la vez.

Las tres empezaron a reír y Lily, cambió el gesto repentinamente, fue visto y no visto. Parecía que Marian había ganado un premio con la respuesta que acababa de dar. Alice y Laura se miraron con gesto de aprobación.

- Perdona por nuestra actitud, Marian- le dijo Lily en un tono muy diferente al de antes- me alegra que no quieras estar con ellos. Son bastante imbéciles y absurdos. Nosotras ya lo sabemos, somos de su mismo curso y casa y estamos hartas de aguantar sus bromas, por eso hemos reaccionado así.

- Lo sentimos- completó Alice.

- Tranquilas chicas, ahora entiendo vuestra actitud y pienso que tenéis toda la razón. ¡Son unos imbéciles!- todas comenzaron a reír a carcajadas.

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Mensaje  Jane Black Dom Sep 07, 2008 12:09 am

CAPÍTULO 2

LA SELECCIÓN


El expreso aminoró poco a poco la marcha hasta que se detuvo en la estación de Hogsmeade (el único pueblo enteramente mágico que había en Inglaterra y el más cercano a su vez del colegio Hogwarts). Ya habían llegado a su “destino”. Marian estaba bastante nerviosa, ya que el momento de entrar al castillo se acercaba a pasos agigantados. Las chicas bajaron del tren hablando alegremente mientras se ayudaban unas a otras con los baúles. Cuando todo el equipaje estuvo fuera del tren, se quedaron admirando la espectacular vista que había del castillo a media tarde. Marian sintió como un escalofrío, era realmente precioso e imponente.

- ¡es precioso!- exclamó Marian impresionada.

- Si que lo es ¿verdad?- dijo Alice con un suspiro.

- Y además es una pasada por dentro- apuntó Laura. Se hizo un silencio momentáneo y Lily torció la cabeza para mirar a Marian.

- ¡Bienvenida Hogwarts!-

Marian se quedó mirándola por un instante. Sintió una sensación muy familiar al estar frente a ella…pero no le dio importancia. Eran las primeras personas que le daban la bienvenida a Hogwarts y estaba muy contenta. << ¡No!>>- recordó repentinamente. No habían sido las primeras. La primera persona fue…

- ¡Los de primero, por favor! ¡Acercaos!- una voz imponente, como amplificada retumbó en toda la estación. Las cuatro se dieron la vuelta sobresaltadas.

- ¡Que hombre más raro! -Dijo Marian en voz alta y un tanto asustada.

Era un hombre enorme, mediría unos 4 metros y pesaría una tonelada por lo menos. Tenía el pelo largo y enmarañado y vestía ropas bastante humildes y poco cuidadas. A simple vista parecía un gigante, pero eso era imposible, porque se habían extinguido el siglo pasado.

-¿Tengo que ir con ese hombre?-preguntó Marian deseando que sus nuevas amigas le dijesen que era opcional ir con él o algo así.

- Marian, ese es Ruffus Ogg el guardián de las llaves y terrenos de Hogwarts. No te asustes. Aunque es muy grande, es buena persona. El profesor Dumbledore le contrató el año pasado como guardabosque del colegio. Te caerá bien.- Le dijo Laura en tono afable.

- Pero, ¿porqué tengo que ir con él?- Preguntó aún con desconfianza.

- Es tradición que los alumnos de nuevo ingreso vayan al castillo en barcas por el lago- le explicó Lily.

Marian sintió una sensación rara, pero le parecía un buen comienzo. Estaba sumida en sus pensamientos cuando…

- ¡Marian! ¿Dónde estabas? Llevo un rato buscándote - era James- corre, vete con Ogg. Nos veremos en el gran comedor.- James miró a Lily- ¡Hola Evans! ¿Que tal el verano?

- Bien Potter. Adiós.- Dijo secamente después de echarle una mirada de esas que matan.

James y Lily no se llevaban muy bien. Él y sus amigos la habían estado molestando a ella y a sus amigas durante el curso anterior.

Al otro lado de la vía unos chicos llamaban a James con gestos de impaciencia.

- ¡James! Corre o nos iremos sin ti. -Gritó uno más fuerte.

- ¡Voy!- Contestó James levantando la mano para que le esperaran.

El chico que había gritado, miró a Marian y le guiñó un ojo. Era el presumido de Sirius Black.


*****



Marian ya estaba delante de la puerta del gran comedor junto con sus compañeros de nuevo ingreso. Se había imaginado tantas veces ese momento que su corazón empezó a palpitar muy fuerte ante la excitación de la realidad. Estaba punto de ser seleccionada para una casa. Pero, ¿cual sería? Estaba sumida en esos pensamientos, cuando una mujer con capa negra y sombrero negro de punta se acercó a ellos. Tenía el pelo recogido en un tieso moño y unas gafas cuadradas que ocultaban con bastante eficiencia sus pequeños ojos negros. << Esa debe ser la profesora McGonagall, la profesora de Transformaciones… sí, sin duda>> pensó Marian. James le había hablado de ella.

-Bienvenidos a Hogwarts alumnos de primero-dijo con un tono de alta solemnidad- ahora pasaremos al gran salón en fila de tres y en orden para proceder a la selección de vuestras casas. A saber, Griffindor, Hufflepaff, Ravenclaw y Slytherin. Esperamos un comportamiento correcto de buen trabajo y disciplina por su parte durante su estancia en Hogwarts, cuya duración será de siete años. Buena suerte y bienvenidos.

<< ¡Siete años!>> La exclamación de Marian en sus pensamientos fue tan fuerte, que hasta llegó a pensar que lo había dicho en voz alta. James no le había dicho cuanto tiempo tendrían que estar en Hogwarts. << ¡Que burrada! Siete años en este castillo>>

- muchos años entre estas paredes ¿no?- Marian salió de sus ensimismamiento para ver quién le hablaba. Era un chico de su misma estatura, con el pelo negro azulado y corto. Tenía los ojos azules y una cara que le recordaba mucho a alguien.

- Pues sí- dijo ella con una sonrisa- qué remedio queda- los dos se quedaron mirando las grandes puertas del comedor.

- Me llamo Regulus Black- le dijo el chico tendiéndole una mano. Marian se quedó muy sorprendida.

- ¿Black?... ¿eres familia de Sirius Black?- él torció un poco el gesto, parecía como si no quisiese contestar.

- Sí. Soy su hermano pequeño- no hubo tiempo para más explicaciones.

En ese instante se abrieron las puertas del gran comedor. Era muy grande y estaba abovedado por un cielo encantado. A lo largo del mismo, se extendían cuatro mesas de madera muy largas que ocupaban casi toda la estancia. Cada mesa pertenecía a una casa y encima de ellas lucían imponentes banderas enormes con los escudos y colores de cada casa y delante de cada mesa los recibía el fantasma correspondiente a cada una de ellas. El escudo de la casa Slytherin era de color verde y plata con una serpiente. Su fantasma era el barón sanguinario. El escudo de Ravenclaw era de color azul y bronce con un águila y su fantasma era La dama gris, el escudo de Hufflepaff era de color amarillo y negro con un tejón y su fantasma era el fraile gordo. Por último el escudo de Griffindor que era de color rojo y dorado con un león. Su fantasma era Sir Nicholas de Mimsy-Porpington (más conocido como "Nick Casi-decapitado"). Al fondo y en posición horizontal, se encontraba la mesa de los profesores presidida por un hombre de túnica celeste, pelo largo y blanco, gafas de media luna y mirada profunda pero tierna. Era el director del colegio, Albus Dumbledore.

La profesora McGonagall cogió un sombrero de punta, remendado y viejo y lo colocó encima de un taburete delante de la mesa de los profesores. Una rasgadura empezó a aparecer en el sombrero. ¡Era una boca! esta, empezó a cantar una canción (un poco absurda). Al acabar, profesora McGonagall abrió un pergamino y comenzó a decir nombres de alumnos para que fueran probándose uno por uno el sombrero, el cual gritaba la casa seleccionada para cada uno de ellos.

- Issy Parker- llamó la profesora. La chica se sentó en el taburete.

- ¡RAVENCLAW!- gritó el sombrero.

- Neville Rowland-

- ¡GRIFFINDOR!- Marian miró a la mesa de Griffindor, donde Alice daba botes de alegría y se apresuraba para dar la enhorabuena a su hermano.

- Sara Preston- una chica de pelo rubio subió a la tarima.

- ¡HUFFLEPAFF!- volvió a gritar el sombrero.

- Regulus Black- el hermano de Sirius miró a Marian con una sonrisa y subió decidido. El sombrero apenas lo había tocado cuando gritó.

- ¡SLYTHERIN!- el chico parecía muy contento y cuando bajó para ir a su correspondiente mesa, le deseó suerte a Marian.

El corazón se le iba a salir de pecho. Intentó buscar a James por toda la sala hasta que al final lo encontró. Estaba sentado en la mesa de Griffindor con sus amigos, mirándola atentamente. En aquel momento comprendió que todas las cosas que le había dicho en verano para hacerla rabiar sobre la casa en la que sería seleccionada habían sido broma. Él estaba tan preocupado como ella por la selección. Marian intentó mostrarse segura, pero James sabía que estaba muerta de miedo, así que le envió una mirada tranquilizadora. Un chico muy guapo de ojos grises que estaba a su lado, hizo lo mismo. Ambas miradas hicieron que todas sus preocupaciones se disolvieran por un momento


-Marian Potter -Llamó la profesora McGonagall. Era su turno.


Regulus, que aún no se había sentado, volvió la mirada inmediatamente hacía la tarima al escuchar el nombre de la chica que acababa de conocer. << ¿Marian Potter? ¡La hermana del amigo del estúpido de mi hermano!, y tenía que ser ella precisamente…>> pensó. A Sirius no le pasó el gesto de su hermano desapercibido y frunció el ceño.

Marian sintió desfallecer, pero tenía que ser fuerte. Subió las escaleras despacio y mirando fijamente al sombrero, como si fuese un desafío. Se sentó en el taburete y sintió como la sala había enmudecido de repente y clavaba los ojos en ella. Todo el mundo ya sabía que ella era la hermana del famoso y rebelde James Potter.

- a ver… a ver…-decía el sombrero- mmm…no eres excesivamente ambiciosa, pero sí muy inteligente y trabajadora. También se nota una valentía oculta en ti muy fuerte, pero tendría que manifestarse más… podrías ser Ravenclaw o Griffindor.

Mientras, en la mesa de Griffindor, James tenía cara de preocupación. Pero la de Sirius, era todo un poema.

- Sirius, pide que sea Griffindor, por favor. - James le miraba suplicante y Sirius asintió.

<< Que Marian venga a Griffindor, que esté en Griffindor, tiene que estar por James y por…>>

- ¡GRIFFINDOR! -Gritó el sombrero de repente. La mesa de Griffindor estalló en aplausos para su nueva compañera.

- ¡Sí! Sirius, Marian está en ¡Griffindor!- exclamó James abrazando a su amigo. Luego le soltó de golpe con cara de vergüenza…un abrazo entre chicos no era muy normal. Sirius ni se había dado cuenta.

Sirius se quedó por un momento paralizado. En realidad estaba deseando que Marian entrara en Griffindor porque se lo había pedido su mejor amigo pero, al momento tuvo una punzada en el estómago. Fue la misma sensación que cuando lo seleccionaron para la casa Griffindor. Aquella sensación le cambió la vida ya que toda su familia había pertenecido a la casa Slytherin durante generaciones y él fue el primero que rompió esa tradición. Al volver a sentir la misma sensación en el momento en que el sombrero anunció que Marian Potter iba a formar parte de Griffindor, su casa, supo que su vida volvería a cambiar para siempre por causa de esa chica.

- ¡estoy en Griffindor Jimmy!- decía Marian mientras corría hacia su hermano para darle un abrazo.

- ¡enhorabuena Marian!- gritó James mientras cogía a su hermana en brazos y le daba vueltas.

- ¡Gracias! – contestó ella, que aun estaba un poco aturdida por todo lo que había ocurrido.

Toda la mesa estalló de alegría. Marian estaba feliz junto con sus nuevas amigas que la abrazaron en señal de afecto por haber entrado en Griffindor. Buscó por toda la mesa a Sirius para agradecerle la mirada de apoyo que le ofreció en el momento de la selección, pero cuando sus ojos se encontraron, pudo ver que él la observaba con cara de expectación e intriga. De repente le pareció que el mundo estaba en un segundo plano y sintió algo muy extraño al mirar a Sirius, como si ese momento, ese cruce de miradas, fuese a cambiar su vida para siempre.

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Mensaje  lºr€n@ Dom Sep 07, 2008 2:58 pm

PRIMERAAAAAAAAAAAAAAAa!!

Aquí estoy en este foro
apoyándote aquí también con tus fics!!

Lo leeré de nuevo...
¡ No me cansaría nunca de volverlo a leer
una y otra vez ! *o*


Estaré hasta en la sopa...hahahah
Al final te acabaré cansando U.Uu



Suerte por aquí y..






Bss ^______________^
lºr€n@
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Los Merodeadores Presentan Empty Re: Los Merodeadores Presentan

Mensaje  Jane Black Mar Sep 09, 2008 8:50 pm

¡HOLA!

Estos capitulillos van por tí IREN@

¡Un Abrazo!

Jane

CAPÍTULO 2


LA SELECCIÓN


El expreso aminoró poco a poco la marcha hasta que se detuvo en la estación de Hogsmeade (el único pueblo enteramente mágico que había en Inglaterra y el más cercano a su vez del colegio Hogwarts). Ya habían llegado a su “destino”. Marian estaba bastante nerviosa, ya que el momento de entrar al castillo se acercaba a pasos agigantados. Las chicas bajaron del tren hablando alegremente mientras se ayudaban unas a otras con los baúles. Cuando todo el equipaje estuvo fuera del tren, se quedaron admirando la espectacular vista que había del castillo a media tarde. Marian sintió como un escalofrío, era realmente precioso e imponente.


- ¡es precioso!- exclamó Marian impresionada.

- Si que lo es ¿verdad?- dijo Alice con un suspiro.

- Y además es una pasada por dentro- apuntó Laura. Se hizo un silencio momentáneo y Lily torció la cabeza para mirar a Marian.

- ¡Bienvenida Hogwarts!-


Marian se quedó mirándola por un instante. Sintió una sensación muy familiar al estar frente a ella…pero no le dio importancia. Eran las primeras personas que le daban la bienvenida a Hogwarts y estaba muy contenta. “ ¡No!”- recordó repentinamente. No habían sido las primeras. La primera persona fue…

- ¡Los de primero, por favor! ¡Acercaos!- una voz imponente, como amplificada retumbó en toda la estación. Las cuatro se dieron la vuelta sobresaltadas.

- ¡Que hombre más raro! -Dijo Marian en voz alta y un tanto asustada.

Era un hombre enorme, mediría unos 4 metros y pesaría una tonelada por lo menos. Tenía el pelo largo y enmarañado y vestía ropas bastante humildes y poco cuidadas. A simple vista parecía un gigante, pero eso era imposible, porque se habían extinguido el siglo pasado.

-¿Tengo que ir con ese hombre?-preguntó Marian deseando que sus nuevas amigas le dijesen que era opcional ir con él o algo así.

- Marian, ese es Ruffus Ogg el guardián de las llaves y terrenos de Hogwarts. No te asustes. Aunque es muy grande, es buena persona. El profesor Dumbledore le contrató el año pasado como guardabosque del colegio. Te caerá bien.- Le dijo Laura en tono afable.

- Pero, ¿porqué tengo que ir con él?- Preguntó aún con desconfianza.

- Es tradición que los alumnos de nuevo ingreso vayan al castillo en barcas por el lago- le explicó Lily.


Marian sintió una sensación rara, pero le parecía un buen comienzo. Estaba sumida en sus pensamientos cuando…


- ¡Marian! ¿Dónde estabas? Llevo un rato buscándote - era James- corre, vete con Ogg. Nos veremos en el gran comedor.- James miró a Lily- ¡Hola Evans! ¿Que tal el verano?

- Bien Potter. Adiós.- Dijo secamente después de echarle una mirada de esas que matan.


James y Lily no se llevaban muy bien. Él y sus amigos la habían estado molestando a ella y a sus amigas durante el curso anterior.

Al otro lado de la vía unos chicos llamaban a James con gestos de impaciencia.


- ¡James! Corre o nos iremos sin ti. -Gritó uno más fuerte.

- ¡Voy!- Contestó James levantando la mano para que le esperaran.

El chico que había gritado, miró a Marian y le guiñó un ojo. Era el presumido de Sirius Black.

*****

Marian ya estaba delante de la puerta del gran comedor junto con sus compañeros de nuevo ingreso. Se había imaginado tantas veces ese momento que su corazón empezó a palpitar muy fuerte ante la excitación de la realidad. Estaba punto de ser seleccionada para una casa. Pero, ¿cual sería? Estaba sumida en esos pensamientos, cuando una mujer con capa negra y sombrero negro de punta se acercó a ellos. Tenía el pelo recogido en un tieso moño y unas gafas cuadradas que ocultaban con bastante eficiencia sus pequeños ojos negros. “ Esa debe ser la profesora McGonagall, la profesora de Transformaciones… sí, sin duda” pensó Marian. James le había hablado de ella.


- Bienvenidos a Hogwarts alumnos de primero-dijo con un tono de alta solemnidad- ahora pasaremos al gran salón en fila de tres y en orden para proceder a la selección de vuestras casas. A saber, Gryffindor, Hufflepaff, Ravenclaw y Slytherin. Esperamos un comportamiento correcto de buen trabajo y disciplina por su parte durante su estancia en Hogwarts, cuya duración será de siete años. Buena suerte y bienvenidos.


“ ¡Siete años!” La exclamación de Marian en sus pensamientos fue tan fuerte, que hasta llegó a pensar que lo había dicho en voz alta. James no le había dicho cuanto tiempo tendrían que estar en Hogwarts. “ ¡Que burrada! Siete años en este castillo”


- muchos años entre estas paredes ¿no?- Marian salió de sus ensimismamiento para ver quién le hablaba. Era un chico de su misma estatura, con el pelo negro azulado y corto. Tenía los ojos azules y una cara que le recordaba mucho a alguien.

- Pues sí- dijo ella con una sonrisa- qué remedio queda- los dos se quedaron mirando las grandes puertas del comedor.

- Me llamo Regulus Black- le dijo el chico tendiéndole una mano. Marian se quedó muy sorprendida.

- ¿Black?... ¿eres familia de Sirius Black?- él torció un poco el gesto, parecía como si no quisiese contestar.

- Sí. Soy su hermano pequeño- no hubo tiempo para más explicaciones.

En ese instante se abrieron las puertas del gran comedor. Era muy grande y estaba abovedado por un cielo encantado. A lo largo del mismo, se extendían cuatro mesas de madera muy largas que ocupaban casi toda la estancia. Cada mesa pertenecía a una casa y encima de ellas lucían imponentes banderas enormes con los escudos y colores de cada casa y delante de cada mesa los recibía el fantasma correspondiente a cada una de ellas. El escudo de la casa Slytherin era de color verde y plata con una serpiente. Su fantasma era el barón sanguinario. El escudo de Ravenclaw era de color azul y bronce con un águila y su fantasma era La dama gris, el escudo de Hufflepaff era de color amarillo y negro con un tejón y su fantasma era el fraile gordo. Por último el escudo de Gryffindor que era de color rojo y dorado con un león. Su fantasma era Sir Nicholas de Mimsy-Porpington (más conocido como "Nick Casi-decapitado"). Al fondo y en posición horizontal, se encontraba la mesa de los profesores presidida por un hombre de túnica celeste, pelo largo y blanco, gafas de media luna y mirada profunda pero tierna. Era el director del colegio, Albus Dumbledore.

La profesora McGonagall cogió un sombrero de punta, remendado y viejo y lo colocó encima de un taburete delante de la mesa de los profesores. Una rasgadura empezó a aparecer en el sombrero. ¡Era una boca! esta, empezó a cantar una canción (un poco absurda). Al acabar, profesora McGonagall abrió un pergamino y comenzó a decir nombres de alumnos para que fueran probándose uno por uno el sombrero, el cual gritaba la casa seleccionada para cada uno de ellos.


- Isy Parker- llamó la profesora. La chica se sentó en el taburete.

- ¡RAVENCLAW!- gritó el sombrero.

- Neville Rowland- “ ese debe ser el hermano de Alice” pensó Marian al ver al chico, el cual se parecía mucho a su hermana.

- ¡GRYFFINDOR!- Marian miró a la mesa de Gryffindor, donde Alice daba botes de alegría y se apresuraba para dar la enhorabuena a su hermano.

- Sara Preston- una chica de pelo rubio subió a la tarima.

- ¡HUFFLEPAFF!- volvió a gritar el sombrero.

- Regulus Black- el hermano de Sirius miró a Marian con una sonrisa y subió decidido. El sombrero apenas lo había tocado cuando gritó.

- ¡SLYTHERIN!- el chico parecía muy contento y cuando bajó para ir a su correspondiente mesa, le deseó suerte a Marian.



El corazón se le iba a salir de pecho. Intentó buscar a James por toda la sala hasta que al final lo encontró. Estaba sentado en la mesa de Gryffindor con sus amigos, mirándola atentamente. En aquel momento comprendió que todas las cosas que le había dicho en verano para hacerla rabiar sobre la casa en la que sería seleccionada habían sido broma. Él estaba tan preocupado como ella por la selección. Marian intentó mostrarse segura, pero James sabía que estaba muerta de miedo, así que le envió una mirada tranquilizadora. Un chico muy guapo de ojos grises que estaba a su lado, hizo lo mismo. Ambas miradas hicieron que todas sus preocupaciones se disolvieran por un momento.



-Marian Potter -Llamó la profesora McGonagall. Era su turno.





Regulus, que aún no se había sentado, volvió la mirada inmediatamente hacía la tarima al escuchar el nombre de la chica que acababa de conocer. “ ¿Marian Potter? ¡La hermana del amigo del estúpido de mi hermano!, y tenía que ser ella precisamente…” pensó. A Sirius no le pasó el gesto de su hermano desapercibido y frunció el ceño.



Marian sintió desfallecer, pero tenía que ser fuerte. Subió las escaleras despacio y mirando fijamente al sombrero, como si fuese un desafío. Se sentó en el taburete y sintió como la sala había enmudecido de repente y clavaba los ojos en ella. Todo el mundo ya sabía que ella era la hermana del famoso y rebelde James Potter.



- a ver… a ver…-decía el sombrero- mmm…no eres excesivamente ambiciosa, pero sí muy inteligente y trabajadora. También se nota una valentía oculta en ti muy fuerte, pero tendría que manifestarse más… podrías ser Ravenclaw o Gryffindor.



Mientras, en la mesa de Gryffindor, James tenía cara de preocupación. Pero la de Sirius, era todo un poema.



- Sirius, pide que sea Gryffindor, por favor. - James le miraba suplicante y Sirius asintió.



“ Que Marian venga a Gryffindor, que esté en Gryffindor, tiene que estar por James y por…”



- ¡GRYFFINDOR! -Gritó el sombrero de repente. La mesa de Gryffindor estalló en aplausos para su nueva compañera.

- ¡Sí! Sirius, Marian está en ¡Gryffindor!- exclamó James abrazando a su amigo. Luego le soltó de golpe con cara de vergüenza…un abrazo entre chicos no era muy normal. Sirius ni se había dado cuenta.

Sirius se quedó por un momento paralizado. En realidad estaba deseando que Marian entrara en Gryffindor porque se lo había pedido su mejor amigo pero, al momento tuvo una punzada en el estómago. Fue la misma sensación que cuando lo seleccionaron para la casa Gryffindor. Aquella sensación le cambió la vida ya que toda su familia había pertenecido a la casa Slytherin durante generaciones y él fue el primero que rompió esa tradición. Al volver a sentir la misma sensación en el momento en que el sombrero anunció que Marian Potter iba a formar parte de Gryffindor, su casa, supo que su vida volvería a cambiar para siempre por causa de esa chica.



- ¡estoy en Gryffindor Jimmy!- decía Marian mientras corría hacia su hermano para darle un abrazo.

- ¡enhorabuena Marian!- gritó James mientras cogía a su hermana en brazos y le daba vueltas.

- ¡Gracias! – contestó ella, que aun estaba un poco aturdida por todo lo que había ocurrido.



Toda la mesa estalló de alegría. Marian estaba feliz junto con sus nuevas amigas que la abrazaron en señal de afecto por haber entrado en Gryffindor. Buscó por toda la mesa a Sirius para agradecerle la mirada de apoyo que le ofreció en el momento de la selección, pero cuando sus ojos se encontraron, pudo ver que él la observaba con cara de expectación e intriga. De repente le pareció que el mundo estaba en un segundo plano y sintió algo muy extraño al mirar a Sirius, como si ese momento, ese cruce de miradas, fuese a cambiar su vida para siempre.


Última edición por Jane Black el Mar Sep 09, 2008 8:54 pm, editado 1 vez

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Mensaje  Jane Black Mar Sep 09, 2008 8:51 pm

CAPÍTULO 3

DECLARACIÓN DE GUERR
A


Todos los alumnos se retiraron a sus habitaciones al terminar el maravilloso banquete de bienvenida. Las chicas iban conversando alegremente mientras subían las escaleras en dirección a la torre Gryffindor. Marian se fijó en que los cuadros de Hogwarts tenían vida al igual que los que había en el comedor de su casa. Los chicos iban un poco más adelantados y esperaron a que llegara el prefecto, que ese año era Athur Weasley, un alumno de 5º curso. Mientras tanto, las chicas llegaron también. Marian se quedó muy sorprendida cuando sus nuevas amigas se pararon en frente de un cuadro enorme donde había una Señora cantando. Era gordísima e iba vestida con un traje de época.



- ¿Ya hemos llegado?- susurró Marian a Laura.

- Sí. Vamos a esperar a que llegue el prefecto para que nos de la contraseña de este año.

- ¿Contraseña? –Marian frunció el ceño, su hermano no le había comentado nada de aquello.

- Claro, necesitamos decirle a la Señora gorda que está en el cuadro una contraseña para que nos deje pasar. Ella es la guardiana y cuida de que solo entren a la torre los alumnos de Gryffindor- comentó Lily ante la sorpresa de Marian.

- Lo malo es que la cambia por lo menos veinte veces al año y hay que estar preguntando cada dos por tres al prefecto- añadió Alice mirando con resentimiento hacia la Señora gorda.



En ese momento llegó el prefecto. Un chico alto, con el pelo de color rojo intenso y la mirada perdida. Parecía agradable.



- “Escoba Trepadora”- dijo con voz fuerte.

- ¡Correcto! Podéis entrar y ¡bienvenidos!- exclamó la Señora gorda.



El cuadro se abrió descubriendo un pequeño pasadizo. Todos cruzaron el minúsculo corredor para encontrarse con una sala grande llena de sofás, mesas y sillas de estudio, alfombras que se movían y una hermosa y gran chimenea encendida. La sala estaba decorada con los colores de Gryffindor, rojo y dorado y al fondo había tres grandes ventanales. El de en medio, tenía un balcón bastante grande. A ambos lados de la sala se situaban unas escaleras de caracol que conducían a las habitaciones. Las de la izquierda eran las que iban a los dormitorios de los chicos y las de la derecha a los de las chicas. Era la sala común de la torre Gryffindor.

Los chicos entraron los primeros después del prefecto en la sala común, acomodándose en los sillones que estaban al lado de la chimenea.



- Sir ¿no estás contento? -Le dijo James dándole una colleja para sacarlo de su ensimismamiento.

- ¡Au! – se rascó la cabeza- claro que sí Jimmy. Es lo que querías ¿no? -Dijo Sirius mientras se sentaba dejando caer su cuerpo en el enorme sofá.

- Si. Mi hermana en Gryffindor. ¡Que bien!- James estaba contentísimo- ya la conoceréis, es una… ¡bomba!

- Así la podrás mantener vigilada ¿no Potter? -dijo Lily con un sarcasmo incontrolado - Por si estalla, digo.



En ese momento pasaban las chicas por el cuadro en dirección a la sala común dispuestas a ir a las habitaciones a dormir.



- ¿De qué hablas Evans?- Le dijo James con una mirada de confusión.

- Vale chicos. No empecéis ya el primer día- dijo el siempre conciliador de Remus Lúpin.



Remus era el más tímido de los amigos. Tenía el pelo casi rubio y los ojos de color miel. Su aspecto sin embargo, era bastante apuesto aunque todos los meses, durante una semana aproximadamente se ponía malo o desaparecía. Cuando volvía al colegio presentaba un aspecto bastante desmejorado. Eso intrigó mucho a todos desde un principio, pero pronto aprendieron a tomarlo como una rutina del pobre Remus.



Marian cayó en la cuenta de que no tenía habitación, pues las de primero ya se habían juntado por su lado, quedando ella descolgada. Lily, Laura y Alice se fueron hacia las habitaciones y ella se quedó un poco rezagada. Justamente delante del pasadizo que llevaba a las mismas.



- Que pasa Potter, ¿no tienes habitación? En el tren te pasó lo mismo, creo recordar-Dijo Sirius en tono sarcástico levantándose del asiento donde se quedaban sus amigos criticando el decorado del cielo encantado del gran comedor durante el banquete de bienvenida.- ¡Que mala suerte!

- ¿Ya no me llamas Marian? -Ella sonrió con malicia. Sirius recordó que en el tren él le dijo lo mismo a ella.

- Pensé en darte una oportunidad de llamarme por mi nombre de pila, pero no merece la pena.-La miró intentado simular cara de asco.

- ¡Piérdete Black! Nadie te ha pedido que ladres - Le dijo molesta. No podía permitir que ese presumido arrogante la avergonzara delante de todos.

- Tranquila Potter, seguro que alguien te podrá hacer un hueco. La cama de James es muy grande ¿sabes? Según James, cuando eras pequeña y tenías miedo ibas a su cama ¿no?- James seguía hablando con los chicos ajeno a lo que estaba diciendo Sirius. Por el contrario, él se estaba arrepintiendo ya de lo dicho.

- ¡Largo de aquí Black! ¡No necesitamos tus sugerencias!-Le gritó Lily que acababa de bajar de las habitaciones al percatarse de que Marian no las había seguido.



Marian no se lo podía creer. ¿Qué había pasado? ¿Porqué se comportaba así con ella, después de lo bien que la trató en el expreso? ¡Le odiaba! En aquel momento le hubiese torturado. Con esos pensamientos, Marian sacó su varita y apuntó a Sirius.



-¡Traga b…! -No pudo terminar el hechizo.

-¡Expeliarmus! -Gritó Sirius.



La varita de Marian se despegó de sus manos como si fuese a correr una maratón. En ese momento sintió enloquecer.



-¡Pacifficus! -Gritó el prefecto.



Toda la sala quedó casi inmovilizada durante unos 10 segundos que a Sirius le parecieron eternos. Marian lo estaba mirando con una cara de odio que por un momento le estremeció. Se había portado injustamente con ella, pero la punzada que sintió en el gran comedor le asustó. << ¿Asustar? ¡Nadie asusta a Sirius Black!>> pensó. En ese mismo momento el hechizo dejó de hacer efecto.



- ¡A las habitaciones todo el mundo!- Gritó Arthur Weasley.



Todos en silencio se dirigieron a sus habitaciones. Sirius miró por un momento a Marian, pero ella tenía la cara compungida. << ¿Que le pasaba? ¿Porqué pensaba en ella?>>. No pensó que le afectaría tanto esa disputa. Definitivamente la hermana de James era una bomba.



*****



Marian se acomodó al final en la habitación de Lily, Laura y Alice. Menos mal que, nuevamente, les sobraba una cama. Estaba triste, como con ganas de romper a llorar.



- Tranquila Marian. Sirius y los demás se han comportando así con nosotras desde que entramos en Hogwarts. Pasa de ellos y especialmente de Sirius. Él es un rebelde sin causa. No le importa nada.-Dijo Lily con resentimiento.

- Ya te enseñaremos algunos hechizos para repelerle cuando te moleste. Aunque es uno de los mejores de la clase en hechizos, tenemos algunos hechizos que pueden funcionar-Añadió Alice ante un mirada fulminante de Lily, la cual era muy buena en hechizos y encantamientos también.

- ¿Te gusta la habitación? - Le preguntó Laura para cambiar de tema temiendo que Marian rompiese a llorar en cualquier momento.

- Nunca me la imaginé así. Es más de lo que esperaba- contestó Marian agradeciéndole a Alice con la mirada el haber cambiado de tema.-Chicas, gracias por vuestro recibimiento. Sin vosotras hubiese estado muy sola. Y con lo referente a Black, James y sus amiguitos… ¡la guerra está declarada! - Todas se rieron.

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Mensaje  Jane Black Mar Sep 09, 2008 8:52 pm

CAPÍTULO 4

EL AJEDREZ MÁGICO


Al día siguiente comenzaron las clases. Marian se levantó y buscó su hoja de horarios para ver qué asignatura le tocaba a primera hora. Luego se enfundó su corbata Gryffindor con una sonrisa de satisfacción en los labios, se puso por último la túnica y cogió sus libros para bajar a desayunar al gran comedor junto con sus amigas. Los chicos se quedaron dormidos porque la noche anterior estuvieron de charla en la sala común y jugando al ajedrez mágico.

- ¡CHICOS!- todos dieron un brinco en la cama pues sabían perfectamente a qué se debía el grito sobresaltado de Remus.

- ¡NOS HEMOS QUEDADO DORMIDOS!- exclamaron desde sus camas mirándose mutuamente.

Se vistieron lo más rápido que pudieron y bajaron corriendo al gran comedor donde todo el mundo estaba ya desayunando. Se fueron al fondo de la mesa Gryffindor porque no quedaba sitio en otro lado.

- No Jimmy, ¡con las chicas no por favor!- suplicó Peter.

- No queda más sitio en toda la mesa Pet. Aguanta aunque sea el desayuno- Peter rebuznó- ignóralas y ya está.

- sí, eso es lo que hago yo siempre. ¡Evádete!- Sirius era un gracioso y siempre tenía que tener la última palabra. Sus amigos empezaron a reír.

- No…ahora vienen esos para acá- dijo Lily con tono molesto.

- ¿Pero qué hacen aquí?, como se atreven a sentarse aquí después de lo que paso ayer entre Marian y S…- un grito la interrumpió.

- ¡Buenos días hermanita!- dijo James dándole una palmadita en la espalda.

- ¿No habíamos quedado en no hablar con ellas?- le susurró Peter a Sirius. Este se quedó mirando la escena.

- Bueno, le perdonamos porque es su hermana- Peter no daba crédito a lo que decía Sirius, pero ahí se quedó la cosa y siguieron comiendo cereales.

- Buenos días Jimmy. ¿Te dormiste hoy?- preguntó Marian con segundas.

- NOS, dormimos hoy- dijo James con tono desafiante. Marian solo se rió.

- Es un digno comienzo de curso para alguien como vosotros Potter- dijo Lily mirando fijamente a James aunque hablaba para los cuatro.

- ¿A qué te refieres Evans?- dijo James sin apartar su mirada de la chica.

- Pues si no lo sabes tú…- dijo ella finalmente después de mirarse durante unos segundos.

- ¿Y porqué os habéis dormido Jimmy? - Sirius levantó la cabeza del desayuno ante aquella pregunta << ¡Pero a ella qué le importa! ¡Qué pesada!>> pensó molesto.

- Porque estuvimos jugando hasta tarde al ajedrez mágico- respondió él casi por inercia. A James no le sentaban muy bien los madrugones y lo de Lily…

- Tú no sabes jugar. ¿Me equivoco Potter?- dijo Sirius sin levantar la cabeza. Se sentía aún mal por lo de ayer. Marian no le iba a contestar después de lo de anoche, pero…

- Es la primera y la última vez que te lo digo Black. Si algún día quieres comentarme algo, lo primero que tienes que hacer es mirarme a la cara. Yo no respondo ante “cobardes”.- eso le dolió en el alma. Inmediatamente levantó la vista y se encontró con la de ella desafiándole. - y por cierto, sí que sé jugar al ajedrez mágico aunque Jimmy diga que no.(mentira)

- Ey, ey, ey, a mi no me metáis en vuestros asuntos ¿eh?- dijo James, que seguía intentando atinar con la leche en el cazo.

- Mari, si tú no sabes…- el susurro de Laura se vio ahogado por una patada debajo de la mesa por parte de Marian.

- Bien Potter. Pues te reto a una partida- en aquella ocasión el que miraba desafiante era Sirius.

- Bien, el sábado nos vemos a las 6 de la tarde en la sala común. Quien llegue antes, que coja sitio. ¿Hecho?- Marian le tendió la mano para sellar el trato. Sirius dudó por un instante.

- Hecho.

*****

Las clases habían empezado un miércoles, de tal forma que Marian solo tenía tres días completos para aprender a jugar al ajedrez. Sus amigas no sabían jugar y por supuesto, no podía pedir ayuda a su hermano así que no tenía a nadie quien le enseñase.

<< ¡Tengo que buscar a alguien que me enseñe a jugar ya!>> pensaba mientras se dirigía al castillo desde el invernadero 1, pues había tenido su primera clase de Herbología. << Y vaya bodrio la clase de Herbología. No hemos hecho más que oler flores… Esa profesora Sprout está como una cabra…>>. Al entrar en un corredor, vio a unos chicos de Ravenclaw, Hufflepaff y Gryffindor hablando muy animadamente.
<< Qué bien que las otras casas tengan buenas relaciones con Gryffindor… ¡me estoy distrayendo! Piensa Marian, piensa… ajedrez>> estaba sumida en sus pensamientos cuando escuchó la palabra clave de la boca de un chico del grupo.

- ¿Quién va a organizar el torneo de ajedrez este año?- dijo el chico más alto del grupo y que debía ser de Gryffindor por la corbata de rayas doradas y rojas. Ella no dudó y se acercó al grupo, más concretamente, al chico de Gryffindor.

- Eee… perdonad la intrusión pero…- los chicos la miraron sin comprender, ella no terminaba de arrancar por vergüenza. Luego se imaginó a sí misma perdiendo ante Sirius y empezó a hablar automáticamente- Mirad, es que os he oído hablar sobre un torneo de ajedrez y…

- ¿Quieres apuntarte?- preguntó un chico de Ravenclaw con una sonrisa de oreja a oreja.

- No gracias, ese es el problema, que no se jugar y me gustaría aprender. ¿Alguno de vosotros me podrías dar alguna clase o explicarme por lo menos las reglas básicas?- todos los chicos menos el alto de Gryffindor se ofrecieron. Pero ella quería a ese chico y lo iba a conseguir. – ¿como te llamas?- le preguntó directamente sin hacer caso de los demás. Él se sorprendió.

- Longbottom, Frank Longbottom- su voz era extremadamente tímida. << Por eso no se ha ofrecido>> pensó ella.

Frank era un alumno de tercero. Era alto, fuerte y guapo. Tenía el pelo de color castaño claro y unos ojos negros preciosos.

- Yo me llamo Marian Potter, encantada- y le tendió la mano- ¿te parece bien que quedemos hoy en la casita del lago después de clase?- quedó con él sin ni siquiera tener su consentimiento. A Frank le pareció muy raro ese sitio, pero viendo la cara de desesperación de la chica, terminó por aceptar.- ¡Muchas gracias Frank!- Marian quedó muy satisfecha. Los chicos que le acompañaban se quedaron cabizbajos ante la negativa de antes.

- ¿Vais al gran comedor?- preguntó ella dispuesta a ir con ellos.

- Sí. Eres la hermana de James Potter ¿no?- preguntó un tal Seamus Fletcher de Gryffindor de tercero.

- Sí.- Marian vio rápidamente las intenciones de esa pregunta pero salió al paso.- ya se que estáis pensando en porqué no le pido ayuda a mi hermano, pero es que lo he intentado y no quiere enseñarme.- ellos asintieron satisfechos y ella continuó la conversación- ¿de qué hablabais?

- Estábamos discutiendo sobre quien organiza este año el torneo de ajedrez- dijo un chico llamado Robert Watson de Ravenclaw de 4º curso.

- ¡un torneo, qué bien! ¿Y participáis todas la casas?- preguntó la chica interesándose bastante.

- Si, bueno, aunque Slytherin juega bastante sucio- contestó Steve Spencer de Hufflepaff de 3º.

- Ya, son un poco…- Marian no sabía como decirlo.

- ¡Estúpidos!- exclamó finalmente Daniel Frozen de Ravenclaw de 4º curso al igual que Robert. Todos empezaron a reír ante el comentario.

Entre varias conversaciones y bromas, llegaron por fin al gran comedor. Robert, Steve y Daniel se fueron a sus respectivas mesas y Marian se sentó en la de Gryffindor con Frank y Seamus ante la atónita mirada de sus amigas.

- ¡Que aproveche chicas! Os presento a Fran Longbottom y Seamus Fletcher, son de tercero de Gryffindor- en aquel momento Alice se puso coloradísima, pero nadie excepto Lily se dio cuenta.

James la vio entrar con todos esos chicos en el comedor y empezó a fruncir el ceño. Era muy protector con su hermana y no le gustaba verla en compañía de otros chicos y menos de otras casas.

- Por lo menos no hay ningún Slytherin en el grupo ¿no?- comentó Remus ante la mirada asesina de James hacia los chicos que acompañaban a su hermana.

- ¡Estaría bueno que anduviese por ahí con los asquerosos de Slytherin!- contestó él muy ofendido.

En aquel momento entraron Sirius y Peter riéndose sin parar. Venían de hablar con la profesora McGonagall, la cual les había puesto su primer castigo del curso por transformar el gato de Pamela Olson en un animal mitad rata y mitad conejo. Al pasar hacia la mitad de la mesa, Sirius se dio cuenta de que las chicas estaban hablando animadamente con Longbottom y Fletcher, especialmente Marian.

- ¿Y eso?- preguntó Sirius señalando a las chicas, cuando llegaron donde estaban James y Remus.

- Eso… ¡eso es una estupidez!- dijo James irritado- pero no has visto lo peor. Marian entró al comedor riéndose a carcajada limpia con Robert Watson y Daniel Frozen de Rawenclaw y con Steve Spencer de Hufflepaff.- Sirius abrió los ojos de par en par.

- Jolín con tu hermanita James, ¡no pierde el tiempo!- insinuó Peter.
- No digas eso ni en broma Peter- dijo James seca y contundentemente.

Remus se quedó callado. En su cabeza empezaba a atar cabos ante aquella situación, pero no dijo nada a sus amigos. Mientras, Marian daba explicaciones a las chicas.

- Ya tengo quien me enseñe a jugar al ajedrez- señaló a Frank.

- ¿No jugasteis los dos en el torneo de ajedrez el año pasado?- preguntó Lily a Seamus y Frank.

- Sí. Por eso Potter me ha pedido ayuda - contestó Frank.

- Llámame Marian porfa- él asintió con la cabeza.

- ¿Pero en tres días vas a aprender a jugar tan bien como para ganar a Black?- preguntó Laura con un tono susceptible.

- Bueno, a ganar no se, pero a no quedar en ridículo, seguro.- contestó Marian con decisión.

- ¡Black! - exclamó Seamus sorprendido- ¿te vas a enfrentar con Sirius Black a una partida se ajedrez sin ni siquiera saber cómo se llaman las figuras?

- Ss…sí- dijo Marian un tanto asustada por la reacción de Seamus- ¿pasa algo?

- Bueno, verás- empezó a explicar Frank- es que Black fue quien ganó el torneo de ajedrez de Gryffindor, Ravenclaw y Hufflepaff el año pasado. Nos dio una “paliza” a todos. Es muy bueno.

- No me lo puedo creer, ¡Black Sirve para algo!- dijo Marian jovialmente- ahora si que tengo ganas de aprender.

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Mensaje  Jane Black Mar Sep 09, 2008 8:53 pm

SIGUE CAPÍTULO CUATRO (¿Porque no me deja publicarlo a veces entero?)

Al acabar las clases, Frank cumplió lo prometido a Marian y se fue directamente a la casita del lago donde ya le estaba esperando ella con un ajedrez que había tomado prestado de la sala común de Gryffindor. No hacía más que mirar el tablero y las fichas. Le parecían muy curiosas y bonitas.

- ¿Familiarizándote con el tablero y las fichas?- le dijo Frank cuando al llegar la vio mirando embobada al juego.

- ¡Hola Frank!- le dijo levantándose del césped- sí, son muy bonitas las piezas ¿verdad?

- Me temo que dentro de un momento no te parecerán tan bonitas.- Frank se dio cuenta de que realmente la chica no tenía ni idea de cómo iba el juego- bien, empecemos.

Ambos se sentaron en el césped y Frank le empezó a enseñar a jugar desde el principio.

- Vamos a ver- frunció un poco el ceño, no sabía por donde empezar- para jugar al ajedrez mágico no hay que mover las piezas con la mano, simplemente tienes que decir las coordenadas que luego te explicaré y las fichas se moverán solas- ella ya le empezaba a mirar raro- El ajedrez es un juego de dos jugadores, donde a un jugador se le asignan piezas blancas y al otro negras. Cada jugador dispone de 16 piezas al empezar el juego: un rey, una dama o reina, dos torres, dos alfiles, dos caballos y ocho peones.

- El rey es el más bonito ¿no?- dijo Marian, que seguía mirando las fichas.

- Sí, por eso tu objetivo es “matarlo”- dijo Frank ante la mirada atónita de Marian- y no te distraigas o nos van a dar las mil.

- Perdona.

- Sigamos: El objetivo del juego es capturar al rey del otro jugador.

- O sea, quien capture al rey gana- dijo ella.

- Sí. Vale, vamos a ver, el jugador con las piezas blancas hace el primer movimiento. Después cada jugador tiene un único turno para mover.

- ¿Y porqué tienes tú las negras? No quiero empezar yo…- Frank la miró desesperado pero sentía cierta ternura hacia ella, ya que era bastante inocente.

- Eso da igual Marian, venga, las cambiamos y empiezo yo ¿vale?- Marian le miró con el ceño fruncido.

- No soy una niña pequeña…

- Sigamos con los movimientos: Un movimiento consiste en colocar una pieza en un casilla diferente, siguiendo las reglas de movimiento de cada pieza que luego te enseñaré- hizo un gesto con la mano pidiendo paciencia - Un jugador puede capturar una pieza de su oponente moviendo una pieza suya a la casilla en la que está la pieza de su oponente. La pieza del oponente se retira del tablero y permanecerá fuera de juego el resto de la partida.

- O sea, que es como el parchís mágico ¿no?- dijo Marian recordando como se jugaba- las fichas se comían a las otras de mentira y tenían que volver a la casa…

- Pues verás como “comen”, como tú dices, las fichas del ajedrez mágico.

Marian vio moverse un caballo hacia un peón. El caballo fue galopando hacia el peón y en cuanto llegó a su destino…zas!! Destruyó la pieza de una coz. Marian se quedó boquiabierta.

- ¡Qué agresividad!- gritó- no me extraña que a Black le guste este juego- Frank sonrió.

- El Jaque: Si un rey es amenazado de que va a ser capturado, pero tiene posibilidades de escapar, se dice jaque.

- ¿Y eso del jaque mote que le oí a Black una vez jugando con Jimmy?

- Es el Jaque MATE- dijo pronunciando bien la segunda palabra- mira, El principal objetivo en el ajedrez es hacer jaque mate al rey de tu oponente como te dije al principio. Cuando un rey no puede evitar ser capturado se dice que es jaque mate y el juego finaliza inmediatamente.

- Jaque mate… ¡me gusta este juego! Enséñame ahora a jugar porfa, los movimientos, coordenadas…- le dijo Marian ilusionada.

- Vale, empiezan moviendo las blancas…

Estuvieron jugando cerca de dos horas. Ya caía la tarde y no se habían dado cuenta. Alguien venía corriendo por la ladera, era Alice.

- ¡Marian!- le gritó, pero cuando estuvo en frente de ellos, enmudeció de repente.

- Dime Alice, ¿ya es hora de cenar?-ella no dijo nada. Se puso rojísima, pero como quedaba poca luz, no se le notó- Frank es un excelente profesor de ajedrez, a ver si le das alguna clase a Alice y podemos participar en el torneo nosotras también.- él le preguntó con la mirada, pero ella bajó la vista.

- Nnnn…no me, me gusta de demasiado el ajedrez.- se puso más nerviosa al ver que estaba tartamudeando- Pero muchas gracias de todas formas.

- ¿Te pasa algo Al?- preguntó Marian preocupada.

- No, no. Es que hace un poco de frío ¿no?- seguía esquivando la mirada de Frank- estamos en la biblioteca. ¿Te vienes?

- ¿Lo dejamos por hoy Frank?

- Como quieras, pero practica todo lo que puedas. Has mee… mee..., mejorado mucho en esta tarde. ¿Mañana quedamos aquí a la misma hora?- él también esquivaba la mirada de Alice y Marian se sintió como un candelabro.

- Vale, muchas gracias Frank. ¿Vienes al castillo?- le preguntó con la esperanza de que las acompañara y así hablase con Alice.

- Eeeee…nn no, vo voy a dar un paseo- empezó a tartamudear también.

- Bueno, como quieras. Nos vemos en la cena.

Marian recogió el ajedrez y ambas comenzaron a subir la colina hacia el castillo.

- ¿Qué te pasa con Frank?- le preguntó tras un rato de silencio.

- ¿De qué hablas?- le dijo ella sin quitar la vista del suelo.

- Alice…

- Vale, tus sospechas son ciertas, pero solo lo sabéis Lily, Laura y tú así que no digas ni comentes nada por favor.

- Te doy mi palabra.

Después de cenar, los chicos se dirigían por el camino de siempre a la torre Gryffindor.

- ¿Cómo es que picas a mi hermana para que juegue una partida contigo Sir? Sabes que la vas a ganar. Ella dice que sabe jugar, pero no tiene ni idea- dijo James.

- ¿Y tú que sabes James? Si ha dicho que sabe jugar es porque sabrá ¿no?- repuso Remus ante la falta de apoyo de este hacia su hermana.

- Bueno, bueno, todo se andará. Si sabe jugar, tendrá el honor de hacerlo con un maestro del ajedrez como yo y si no sabe jugar, aprenderá en tres días y… ¡quedará en ridículo!- dijo Sirius riéndose ante el último comentario con Peter y James. Remus permanecía callado. Sirius era demasiado egocéntrico y presumido algunas veces.

Nada más llegar a la sala común, se fueron a dormir. A Remus le costaba conciliar el sueño así que se puso la bata y bajó a la sala para despejarse un poco. Vio que había luz desde las escaleras y al bajarlas, pudo ver a una chiquilla de pelo negro sentada en una de las mesas jugando sola al ajedrez. Estaba de espaldas a ella y se fue acercando.

- Marian, que hac…

- AHHH!!!- gritó ella del susto.

- Schsss! ¡que vas a despertar a todo el mundo!- dijo Remus llevándose un dedo a la boca.

- Pues no me asustes así, que casi me da algo- le dijo ella bajando el tono considerablemente.

- ¿Practicando para el sábado?- preguntó Remus con segundas.

- Eee…sí.- dijo ella dudosa << Este me va a descubrir y se lo va a decir a Sirius y a Jimmy>> pensó.

- ¿Puedo jugar?- preguntó él. Marian había temido esa pregunta desde que supo que Remus estaba en la sala pero miró sus grandes ojos miel y vio sinceridad en ellos.

- Vale, pero no se jugar bien. Bueno…- dudó- acabo de aprender a jugar esta tarde.

- Longbottom te ha enseñado, ¿no?- ella se sorprendió del comentario.

- Sí.- le volvió a mirar y se dibujó una sonrisa en su cara- ¿me puedes seguir entrenando tu?- Remus la miró complacido.

- Claro que sí- y estuvieron jugando hasta que se cayeron de sueño.

El día de la partida llegó. Era sábado y todos los alumnos tenían el día libre. Sirius se había encargado de citar a todo el mundo después de comer para que viesen la gran derrota de Marian Potter. Ella, estaba algo nerviosa, pero no podía echarse atrás. Un reto era un reto.

- ¿Qué Potter, nerviosa?- dijo Peter mientras entraba a la sala común junto a un gran grupo de gente.

- ¡Déjala en paz Petigrew!- le dijo Laura con malas formas. Frank se acercó a Marian.

- Bueno Marian, tú tranquila. Estos días has estado jugando bastante bien. No te puedo asegurar la victoria- era demasiado generoso con esas palabras- pero seguro que podrás hacer un buen papel- Marian le miró con gratitud.

En aquel momento hacía aparición el contrincante. Sirius venía seguido de otro grupo de alumnos Gryffindor, mayoritariamente chicas.

- ¡Vaya fantasma! ha congregado a todo el mundo para la partida- dijo Lily con resentimiento, mirando fijamente a Sirius.

- ¡Y aquí está la chica que ha osado retar al campeón de ajedrez mágico de Hogwarts!- gritó a todos los presentes- o sea, yo.

- Cállate Black y empecemos la partida.- dijo Marian enfadada. Remus la miró guiñándole un ojo.

- A Black se le va la fuerza por la boca- comentó Lily a Frank ante una sonrojada Alice.

- Bueno, en esta ocasión…puede que tenga motivos- dijo él en voz baja.

- ¡Buena suerte hermanita!- le dijo James poniéndole una mano en el hombro.

Ya estaban sentados uno frente al otro. Sirius miraba a Marian con una sonrisa de superioridad que ella no soportaba. Este se chascó los dedos estirándose a la vez.

- ¡Que comience el juego!- dijo ceremoniosamente- parezco Dumbledore ¿no?- todos rieron su gracia menos las chicas, Remus y Frank.- las Señoritas primero- enfrente de Marian estaban las fichas blancas.

- Quiero jugar con negras- dijo ella rotundamente. La razón era que siempre había jugado con las negras y estaba acostumbrada a fijarse en ellas mejor.

- Como quiera la Señorita- Sirius dio la vuelta al tablero- ¿así mejor?- ella entornó los ojos ante su ironía, pero no dijo nada.

Todo el mundo se cayó. Eso le puso aún más nerviosa. Sabía que no tenía nada que hacer, pero un reto era un reto así que tenía que apechugar. Ante todo, no quería que Sirius la notase indecisa, porque si no, empezaría a ponerla más nerviosa con algún tipo de comentario soez. Marian se apoyó en la mesa con ambos brazos cruzados esperando la jugada de Sirius.

- Peón E 4- comenzó Sirius rápidamente. Un enano guerrero con más forma de animal que humana, empezó a moverse lenta y pesadamente hacia la posición mandada. Parecía que la figura estaba mareada ya que se movía tambaleándose de derecha a izquierda.

- Peón E 5- dijo ella con voz clara y firme.

- Alfil C 4- la pieza se movió dando pasos largos y marciales hacia su lugar. Era una especie de soldado que portaba una espada.

- Peón D 6- mandó Marian concentradísima en el juego. Parecía que se iba a comer el tablero.

- Caballo F 3- Sirius miraba a sus amigos guiñándoles un ojo y estos respondían con risitas.

A Marian le estaba divirtiendo más ver como se movían las fichas que el juego en si. Ahora el caballo que había mandado mover Sirius rechinó antes de hacerlo y comenzó a trotar, que no galopar, hacia su lugar. Al llegar volvió a rechinar y Marian no pudo evitar soltar una risita.

- ¿Te divierte Potter?- preguntó Sirius con malicia. Ella le miró divertida, pero con intenciones claramente sarcásticas.

- No sabes cuánto Black- ella abrió los ojos muchísimo y sonrió a medias. Ese gesto sorprendió mucho al chico, parecía que se lo iba a comer. Después de unos segundos, Sirius volvió a concentrarse en la partida.

- Alfil G 4- Marian empezaba a ordenar los movimientos cada vez más rápida y decididamente.

- Caballo C 3- la voz de Sirius ya no era cómica y la gente empezó a susurrar.

- Peón G 6- dijo ella inmediatamente si retirar la vista del tablero.

- Caballo E 5- Sirius se inclinaba cada vez más en el tablero para ver como su caballo se dirigía esta vez galopando hacia el peón negro. Le dio una fuerte coz y lo echó fuera del tablero. A Marian no le gustó nada eso. Peter animaba a Sirius dándole golpecitos en la espalda.

- Alfil D 1- dijo Marian al cabo de unos segundos. Su pronunciación fue más clara y lenta que en las otras ocasiones.

El alfil empezó a correr hacia el primer caballo que colocó Sirius, sacó su espada, lo atravesó y siguió corriendo hacia la posición indicada. << ¡Mierda!>> pensó Sirius. Ella estaba satisfecha y los demás sorprendidos.

- Alfil F 7- su alfil blanco empezó a moverse en horizontal. Marian se puso nerviosa, era la segunda ficha que le destruía.

- Rey… ¡NO!- Marian se dio cuenta de su error- dama G 4- la dama no se movía y el rey empezó a colocarse la corona y adoptar posición solemne para empezar a caminar. Luego la miró impaciente.

- Su majestad está esperando Potter- en la cara de Sirius se dibujó una sonrisa triunfal.

- No, acabo de decir Dama G 4- dijo ella llena de razón.

- Me parece que no te han enseñado bien las normas del juego- ella miraba a Frank sin saber a lo que se refería Sirius. Este le hizo un gesto negativo y ella le pidió a Sirius explicaciones con la mirada.- en el ajedrez mágico, Potter,- sus aires de prepotencia la estaban poniendo enferma- una vez que se ha pronunciado el nombre de la ficha no hay vuelta atrás- Marian abrió los ojos de par en par. Luego miró a su hermano y este se encogió de hombros sin decir nada.

- Está bien Black- ya estaba perdida- Rey E 7- pronunció el movimiento mirando con odio a Sirius, el cual estaba contentísimo.

A partir de aquel momento todo empezó a ocurrir como si fuese a cámara lenta. Todos empezaron a abrir la boca y los ojos. James tenía una expresión entre alegre por Sirius y compasiva hacia su hermana, Peter casi se echa encima del tablero para ver como su amigo remataba la partida, las chicas arquearon las cejas y Lily le puso una mano en el hombro a Marian en señal de apoyo. Frank se metió las manos en los bolsillos esperando lo peor y Marian no pudo más que bajar la cabeza, cerrar los ojos y aguantar el chaparrón mientras Sirius alzaba la cabeza y los brazos en señal de victoria para gritar a los cuatro vientos su última jugada.

- ¡CA…BA…LLO…D… 5!- gritó Sirius para que toda la sala fuese a ver su victoria. Su boca se abrió de par en par para pronunciar la jugada. El caballo se movió trotando lentamente para plantarse con una coz enfrente del rey negro.

¡Jaque mate, Marian Potter!

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Mensaje  lºr€n@ Mar Sep 09, 2008 9:25 pm

Primero ...gracias por dedicarme los capitulos !! T.T

Aiiix remus y frank me derriten..
son tan amables y tiernos *-*

Una cosa...lo de pacificus te lo invetaste o de verdad
existe ese hechizo? o.O

Como sabes..estoy deseando de que pongas mas
hahahahhaha

Si es que soy mas exigente ... xDD

Me encanta como escribeeeeeeeees *o*
Te lo dije ya¿?¿ o.O








Bss ^_______________^
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Mensaje  Jane Black Jue Sep 11, 2008 8:49 pm

Hola!

Nuevamente, muchas gracias por volver a leer la historia Lorena! Y a las demás... animaos, que el fic no muerde! jejeje Wink

¡Un Abrazo!

Jane



CAPÍTULO 5

CLASE DE VUELO


Después de la partida, Sirius se estuvo riendo de Marian siempre que tenía ocasión, recordándole a cada momento el fallo que tuvo al final en la partida de ajedrez mágico, pero ella decidió ignorarle. Una nueva semana comenzaba y aún no había dado la primera clase de todas las asignaturas. Por el momento, La clase que más le gustaba era Defensa contra las Artes Oscuras. Por el contrario, tanto Pociones como Herbología le parecían un rollo. En lo referente a clase de vuelo la cosa fue diferente y extraña.

- Bueno chicas, me voy - Decía Marian mientras se levantaba de la mesa aún con cereales de avena en la boca y por la túnica.

- Marian, ¡tienes cereales por todas partes! – dijo Lily en un tono más maternal que otra cosa.

- Bueno, ya me limpio por el camino. ¡¡Que no llego!!

La puntualidad no era el fuerte de Marian. Mientras ella corría por el gran comedor quitándose los restos de cereales, Sirius la miraba divertido desde su silla.

- ¡Sir!- Le dijo James mientras le daba una colleja.

- ¡¡Ay Jimmy!!- el golpe le había pillado desprevenido.

- Atiende anda, estamos pensando en gastarle una broma a los de Slytherin de 3º por haber hecho que el profesor Flitwick nos quitara 10 puntos a Gryffindor en la clase de Encantamientos del viernes pasado-Comentó Peter.

- Asqueroso Flint… -bramó James con venganza.

- Chicos, vamos a clase - Dijo Remus. Acababa de sonar la campana.

La primera clase de la mañana fue historia la magia. El profesor que la impartía era Cuthbert Binns. Era el único profesor/fantasma de la escuela. Llevaba impartiendo esa clase desde la época de los titanes por lo menos y lo más emocionante que ocurría en sus clases era su entrada en el aula, la cual realizaba a través de la pizarra. Tenía un aspecto viejo y consumido y por ello se decía que no se había dado cuenta de que había muerto. Los chicos no soportaban la clase ya que no les importaban nada la historia de los dragones, las fénix y demás gente ya muerta y obsoleta.

-¡¡Qué rollo!! - exclamó James a Sirius tirándose en cima de su ejemplar de “Una Historia de la Magia”- yo quiero estar ahí abajo, en clase de vuelo.

<< Clase de vuelo>> << ¿No tenía clase de vuelo “la enana” ahora?>> se preguntó Sirius a si mismo. << Quiero ver como se empotra contra el suelo al montar por primera vez en escoba ¡debe ser genial!>>. Sirius estaba mirando divertido a la ventana, pero sin ver nada.

- ¡Sir! Es Marian, ¡claro! No me acordaba de que hoy tenía su primera clase de vuelo. Menos mal que me he puesto cerca de la ventana, así la veré bien.

Sirius sintió un poco de envidia por el sitio privilegiado que ocupaba James en la ventana, ya que él desde su sitio no podía ver nada.

- La clase es conjunta con los idotas de Slytherin- dijo James entornando los ojos- jaja, hay un chiquillo que se ha caído. ¡Qué torpe que es el pobre! Marian le esta ayudando a…

- ¡¡Señor Potter!! ¿Podría contarnos qué hay de gracioso en la ventana para que nos podamos reír todos?- dijo de repente el profesor Binns apareciendo fuera de la ventana.

- ¡AH! - James dio un respingo en el asiento echándose hacia atrás.

- ¡Ay Jimmy, quita! que al final me vas a hacer caer también- dijo Sirius intentando mantener el equilibrio, ya que James le había empujado por el susto.

En aquel momento, el profesor atravesó el grueso muro del castillo y se situó en frente suyo.

- Estoy esperando Potter- la cara del fantasma se había tornado de un azul muy oscuro, fruto del enfado.

- Eh… - James se quedó en blanco.

- Había una lechuza dando vueltas sin parar, parecía herida, por eso estábamos mirando, por si le pasaba algo grave - salió Sirius al paso guiñándole un ojo a James.

El profesor Binns tenía una especial debilidad por las lechuzas mensajeras, por eso se le ocurrió a Sirius esa excusa. El profesor se acercó a la ventana, y posteriormente les miró con incredulidad, pero no dijo nada. Sirius y James se pusieron colorados por los tremendos esfuerzos que estaban haciendo para aguantarse la risa, pero a James se le escapó una carcajada y…

-Bien, bien. Potter, cámbiele el sitio a Black.- ordenó el profesor Binns.

Sirius no podía creer su suerte, iba a poder estar en la ventana, aunque le daba pena por su amigo, porque al fin y al cabo era su hermana…

- Yo te comento lo que va pasando. ¿Ok? - susurró Sirius a James aprovechando que no miraba el profesor Binns.

- Maldito profesor… vale, cuéntamelo todo porfa Sir, pero que no te descubra ese espectro.

- No te preocupes.- Dijo Sirius en tono tranquilizador mientras miraba por la ventana- también está el imbécil de mi hermano Regulus. No se le da mal volar, pero es un poco fantasmilla…

- ¡Buah!, seguro que mi hermana vuela mejor que él - dijo James con prepotencia.

*****

Mientras abajo, en clase de vuelo, los alumnos estaban situados a la izquierda de cada una de sus escobas, las cuales estaban reposadas en el suelo.

- ¡Buenos días alumnos! Soy la profesora Hooch.- la profesora tenía el pelo corto canoso, era bajita y sus ojos se parecían a los de un halcón pues eran amarillos. La mujer tenía cara de velocidad.

- Buenos días profesora Hooch- contestaron todos a la vez.

- Bienvenidos a clase de vuelo. Lo primero que tenéis que hacer es poneros al lado izquierdo de vuestras escobas, estirar el brazo derecho justo encima y gritad ¡¡ARRIBA!!

Todos empezaron a hacer lo que dijo la profesora, pero ninguno conseguía que su escoba fuese a la mano. Marian esperó a ver la reacción de los demás antes de intentarlo ella. Al ver a todos haciendo enormes intentos porque las escobas les hiciesen caso sin ningún resultado, soltó una carcajada.

- ¡¡Señorita Potter!! Dijo la profesora Hooch seriamente - veo que se lo está pasando muy bien viendo a sus compañeros. Entonces he de suponer que ya sabrá como hacer que la escoba vaya a su mano sin problemas ¿no?-Marian se moría de la vergüenza. Todos los alumnos de Slytherin se estaban riendo. Todos menos uno - Pues bien, háganos una demostración de lo “lista” que es usted en clase de vuelo.

Mientras, en el aula de Historia de la Magia…

- ¿Qué está pasando Sir?- Preguntó James lo más bajo que pudo.

- Me parece que tu querida hermanita se ha pasado de lista y la profesora Hooch la va a hacer probar la “llamada de la escoba” sola y delante de toda la clase. Todos los de Slytherin se están burlando…<< pero mi hermano no… qué raro…>>pensó Sirius extrañado.

- ¡Está perdida! ¡No sabe hacerlo!- Dijo James con preocupación.

La mirada de la profesora Hooch estaba cargada de resentimiento. La había pillado riéndose y ahora se reiría todo el mundo de ella. Estaba roja como un tomate.

- Estamos esperando Señorita Potter- dijo la profesora Hooch con impaciencia.

Marian miró a la escoba con decisión y seguridad.

- ¡¡ARRIBA!!

La escoba ascendió del suelo a la velocidad de un rayo yendo a parar a su mano. Todos se sorprendieron mucho. Marian miró a la escoba con una gran sonrisa, como si le estuviese dando las gracias por haberla salvado de esa situación. La profesora Hooch no se lo explicaba, pero luego cayó en la cuenta de que esto mismo le había ocurrido con otro chico el curso pasado, pues el último alumno que hizo tal cosa fue…James Potter, su hermano.

*****

- ¡Jimmy, le ha ocurrido lo mismo que a ti el año pasado! ¡La escoba ha subido como un rayo a su mano!- dijo Sirius muy sorprendido y más eufórico de lo que quería.

- ¡¿si?!- James no se lo creía, pero se sintió muy orgulloso de que su hermana hubiese heredado también grandes cualidades voladoras como él. ¿Valdría para jugar al quidditch?

- Ahora se disponen a volar- dijo Sirius- << a ver como lo hace>> pensó para sí mismo con un toque de malicia.

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Mensaje  Jane Black Jue Sep 11, 2008 8:50 pm

SIGUE CAPÍTULO 5 (¿Por qué no me deja publicarlo entero?)


La profesora Hooch siguió con la lección y Marian se quedó alucinada por lo que le había pasado.

- Ahora, cuando haga sonar mi silbato, dais una fuerte patada al suelo - dijo la profesora—. Mantened las escobas firmes, elevaos un metro o dos y luego bajad inclinándoos suavemente. Preparados... tres... dos...

Pero un chico de Gryffindor, nervioso y temeroso de quedarse en tierra, dio la patada antes de que sonara el silbato.

- ¡Vuelve, muchacho! —gritó, pero él subía en línea recta, como el corcho de una botella... Cuatro metros... seis metros... – esperad aquí, voy a por mi escoba- dijo la profesora Hooch mientras corría hacia el castillo.

*****

Sirius no hacía más que reírse ante la escena que se presentaba en el campo de entrenamiento de Quidditch, que era donde se impartía la clase de vuelo.

- Al chico de antes le ha tocado una escoba defectuosa y está volando como loco. ¡Le va a tirar!- dijo Sirius un tanto divertido- un momento, me parece que tu hermana tiene intención de ayudarle - eso ya no le parecía tan divertido.

- ¿Que va a hacer, qué?- preguntó Peter desde el pupitre de al lado.

- ¡Pero si nunca ha volado! Por lo que más quieras Sir, déjame un huequito para ver - le dijo James estirándose cada vez más hacia la ventana.

*****

Marian vio la cara pálida y asustada de aquel chico, mirando como se alejaba cada vez más del terreno, lo vio jadear y deslizarse hacia un lado de la escoba, la cual no podía controlar. Sin pensarlo, se montó en su escoba, pegó una fuerte patada y subió para ayudarle. El aire agitaba su pelo y su túnica silbando tras ella y como un relámpago empujó su escoba un poquito más, para volar más alto, oyendo los gritos y gemidos de sus compañeros que la miraban desde abajo. La escoba se había vuelto loca y estaba a punto de tirarle al suelo.

- ¡¡AAHH!!

Marian vio, como si fuera a cámara lenta, que la escoba había tirado finalmente al chico y este comenzaba a caer. Se inclinó hacia delante y apuntó el mango de la escoba hacia abajo. Al momento siguiente, estaba ganando velocidad en la caída, persiguiendo al chico, con el viento silbando en sus orejas y mezclándose con los gritos de los que miraban.

- ¡¡VOY!! - Extendió la mano y, a unos metros del suelo, le cogió por la túnica. Enderezó su escoba y comenzó a descender suavemente sobre la hierba con el chico temblando pero a salvo.

- ¡SÍ! - gritaron Sirius y James a la vez.

- Señor Black, Señor Potter, ¡¡FUERA DE CLASE!!

*****

Ambos salieron de clase cabizbajos para disimular ante el profesor. Siempre hacían lo mismo para intentar despertar algún remordimiento de conciencia en ellos para conseguir que el castigo fuese menor o directamente que no existiese. Cuando salieron y cerraron la puerta, empezaron a reírse a carcajada limpia.

- ¿Has visto que cara tenía el espectro? ¡Se había puesto azul!- dijo Sirius sin parar de reírse.

- Ya ves, menudo personaje. Seguro que nos hará copiar trescientas veces la lección - ambos se volvieron a mirar y… otra vez a reír.

- Oye, la que ha estado genial ha sido tu hermana. ¿De verdad que no sabe volar?- preguntó Sirius sin creer que la chica pudiese hacerlo tan bien.

- No, para nada- Sirius le miró incrédulo- en serio Sir, nunca le ha llamado la atención el volar en escoba.

- Jolín, pues para ser la primera vez…

- ¿Es increíble verdad? – dijo James ilusionado- Sería una buena jugadora de Quidditch- Sirius torció el gesto.

- ¡Ey, ey, ey! Es buena con la escoba, pero no tanto como para entrar en un equipo de Quidditch.

- Tú dale tiempo- James miraba a la nada cuando dijo estas palabras. Luego salió de su ensimismamiento- debe de estar apunto de acabar su clase. ¿Vamos a verla?

Dicho y hecho. Ambos se dirigieron hacia los campos de entrenamiento de quidditch, donde se impartían las clases de vuelo. Cuando llegaron, faltaban cinco minutos para acabar la clase y vieron que Marian estaba volando, como todos sus compañeros, a poca altura. Nadie le había dicho a la profesora Hooch cómo había bajado Neville de las alturas. Simplemente dejaron que Marian se explicara. La morena dijo que hubo un momento en que la escoba se quedó quieta comenzando a bajar tranquilamente hacia el suelo pero la profesora, no parecía tener cara de convencimiento, más bien, de lo contrario. El chiquillo seguía con la cara blanca y no volvió a coger una escoba en toda la clase.

- Bien, muy bien alumnos. ¡Se acabó la clase por hoy!- dijo la Profesora Hooch después de hacer sonar su silbato.

Los chicos dejaron las escobas del colegio colocadas en un montón y se marcharon hacia el castillo. Marian iba hablando con Regulus Black y Sirius puso mala cara ante esa escena. James se dio cuenta y lo atribuyó rápidamente a la mala relación que mantenían los dos hermanos.

- Qué bien vuelas. –dijo Regulus muy sorprendido- ya habías volado antes ¿no?

- ¡Qué va! Es la primera vez que cojo una escoba.

- ¡No! ¡No puede ser verdad!- exclamó él abriendo los ojos de par en par. Ella afirmó con la cabeza.- entonces debo decirte que lo que has hecho con ese chico ha sido una pasada.

- Ah, bueno. Como nadie hacía nada para ayudarle y el chico lo estaba pasando fatal…- ella intentaba restarle importancia.

- ¡Muchas gracias Potter! Si no llegas a salvarme ahora estaría en la enfermería- el chico al que había ayudado se acercó a ellos.

- No hay de qué…- no sabía su nombre.

- Rowland, Neville Rowland- se apresuró a estrecharle la mano.

Neville era más o menos de la estatura de Marian, tenía el pelo corto de color marrón oscuro y lo llevaba peinado con una raya al lado. Era un chico delgado y con la mirada un poco perdida pero su aspecto era bonachón.

- ¿Rowland? ¿Eres familia de Alice Rowland?- preguntó ella confusa.

- Sí. Soy su hermano.

- ¡Vaya vaya!- exclamó Marian soltando una carcajada - hemos coincidido en primero tres hermanos de alumnos de segundo. ¡Qué coincidencia!- Neville miró sin entender- sí Neville, es que Regulus es el hermano de Sirius Black y yo soy hermana de James Potter- Regulus se puso nervioso y se apresuró a despedirse.- ¿Pero ya te vas?- preguntó Marian.

- Eee sí. Bueno, lo siento- tenía bastante prisa- luego nos vemos. Se marchó casi corriendo.

- Bueno, bueno… ¡aquí tenemos a nuestra pequeña heroína!- Marian se dio la vuelta y vio que James y Sirius se dirigían hacia ellos. << ¿porqué no habrá esperado Regulus a su hermano?>> se preguntó muy extrañada.

- ¡Pero Jimmy! como has sabido…

- Porque tu hermanito lo sabe todo - le pellizcó suavemente su pequeña nariz.

- ¡Ay, quita!- dijo ella apartándole la mano. Luego vio que Neville estaba callado esperando a ser presentado- perdona Neville. Te presento a James Potter, mi hermano y a Sirius Black, el hermano de Regulus.
-El chico que se acaba de ir ¿no?- preguntó Neville señalando a Regulus, el cual se había perdido ya en la distancia. ella afirmó con la cabeza- encantado de conoceros- les estrechó la mano- bueno Marian, me tengo que ir. ¡Nos vemos en Pociones!
<< Otro que la llama Marian…lo hace aposta, ¡seguro!>> pensó Sirius.

- ¿vamos al comedor?- preguntó James- Marian y Sirius asintieron.

- Parece que se te da mejor volar en escoba que jugar al ajedrez mágico ¿eh Potter? - preguntó Sirius con cierta guasa carente de malicia.

- Y a ti se te da muy bien hacer el tonto y presumir de ello - le contestó ella sacándole la lengua. Él le guiñó un ojo- ¡que no me guiñes Black! ¡qué cansino!- en aquel momento James se paró en seco.

- ¡Ay! Tengo que ir a clase de Historia de la Magia a por la cartera- recordó.

Echó una mirada a su amigo para pedirle que fuera con él, pero este se estaba atando los cordones. Luego miró a su hermana encogiéndose de hombros-bueno, nos vemos en el comedor.

- ¡Hasta luego Jimmy!- dijo Marian.

- ¿Pero ha dónde va Jimmy?- exclamó Sirius cuando se levantó. Ni se había dado cuenta. Ella entornó los ojos molesta porque Sirius siguiese llamando a su hermano “Jimmy”.

Volvían a estar en una situación bastante incómoda. Desde la mañana en King´s Cross no habían vuelto a estar solos.

- ¿Vamos? - le preguntó Sirius cogiendo los libros que había dejado en el suelo para atarse los zapatos. Ella asintió.

Estuvieron callados durante un largo rato mientras caminaban. Ambos se miraban de reojo, pero no decían nada. El horno no estaba para bollos, así que guardar silencio era lo mejor pero, como no, Sirius no podía estar callado más de dos minutos.

- ¿Cómo es que sabes volar así…?- le preguntó definitivamente.

- ¿Así de bien?- se apresuró Marian a terminar la frase. Él sonrió ante la observación y ella le correspondió con el mismo gesto - la verdad es que nunca había cogido una escoba.

- Pues el rescate de Rowland estuvo muy curioso.

- Lo visteis desde la venta de clase de Historia de la Magia ¿no?- preguntó ella sabiendo la respuesta de antemano.

- Sí - volvieron a sumirse en un silencio incómodo que al cabo de unos minutos volvió a romper Sirius.- Pues si sigues así seguro que bordas el examen de final de curso.

A ella le sorprendió muchísimo la actitud de Sirius. Era como si fuese otra persona cuando estaban solos. Una especie de Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Iba a pronunciar estas palabras en alto cuando se sorprendió a sí misma diciendo otras.

- si quieres, puedes venir a verlo por ti mismo en junio- Sirius se paró. No se espera esa propuesta… ni ella tampoco. La respuesta de Sirius fue casi inmediata.

- Pues claro que iré. Será divertido - ambos esbozaron una pequeña sonrisa y Marian torció la cara al notar que se estaba poniendo un poco roja.

Al llegar al comedor, cada uno buscó a sus amigos. Los chicos estaban sentados hacia la mitad de la mesa y las chicas un poco más allá.

- Bueno Black. Recuerda que me lo has prometido ¿eh?- dijo ella se soslayo.

-Lo prometido es deuda. - Él le guiñó un ojo y se fueron con sus respectivos amigos.

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Mensaje  Jane Black Jue Sep 11, 2008 8:51 pm

CAPITULO 6

PREPARATIVOS



Por fin se acercaba la fiesta de Halloween. Para Marian era una de sus fiestas preferidas. La noche de las brujas, de los hechizos… en definitiva, la gran fiesta de la magia. Ella y sus amigas habían pensado disfrazarse las cuatro iguales, pero aún no sabían de qué. Los chicos, por el contrario, lo tenían bastante claro.

Todos estaban en la sala común. Las chicas hacían los deberes mientras los chicos ganduleaban en los sillones de la chimenea jugando al ajedrez mágico. Lily tenía la nariz pegada en su libro de Historia de la Magia, pues tenía el presentimiento de que al día siguiente, el profesor Binns les iba a preguntar la lección del día anterior. Laura estaba intentando realizar una poción encogedora, pero le resultaba muy difícil ya que no se había dado cuenta de que le faltaba un ingrediente. Remus la estaba mirando desde los sillones y en más de una ocasión dudó si debía levantarse para decirle el ingrediente que le faltaba ya que a él se le daba muy bien la asignatura de Pociones, pero no lo hizo por no quedar mal delante de sus amigos. Marian estaba enfrasca en la lectura de un libro titulado “Magos y brujas de ayer y hoy” y Alice intentaba concentrarse en sus deberes de Herbología, lo cual le resultaba muy difícil ya que el libro de “Mil hierbas mágicas y hongos” era un peñazo insoportable.



- ¡Qué vagos son!- dijo Alice mirándoles con cara de desesperación.

- Si, y lo peor es que después sacan muy buenas notas, sobretodo Sirius que es el más vago de todos - dijo Lily con resentimiento. Al fin y al cabo estaba celosa, pues ella sacaba buenas notas gracias a su esfuerzo diario mientras que James y Sirius sacaban las mismas notas que ella sin hacer nada.

- No te preocupes Lil, a la larga tú serás la que sigas sacando buenas notas, mientras que ellos “pincharán”, porque no han aprendido nada. No se puede vivir de las rentas eternamente- gracias al razonamiento que le acababa de dar Alice, la expresión de Lily se transformó una cara más alegre.

- Eso espero Al, eso espero- y siguió estudiando, sin borrar la sonrisa de satisfacción de su cara.



Alice se dio cuenta de que James Potter estaba mirando a Lily de reojo y de vez en cuando se reía discretamente, sin que le vieran sus amigos. << ese chico es odioso, se está riendo de Lily porque está estudiando. No se lo voy a decir porque sino se puede armar lío, pero es un imbécil>> pensó Alice mientras le miraba conteniendo las ganas de echarle una maldición en ese momento.



- ¿Qué tal te va en clase de Defensa contra las Artes Oscuras, Mari?- le preguntó Laura con curiosidad al cesar en su intento porque le saliese la pócima bien.- ¡Marian!- no la había oído, estaba absorta en la lectura. Marian dio un brinco en la silla.

- ¡Si, perdona!- En ese momento Sirius la estaba mirando mientras Peter les contaba que la profesora Hooch le tenía manía. Al ver la reacción de ella por no enterarse de la pregunta de su amiga, soltó una carcajada.

- ¿De qué te ríes Sir?- preguntó Remus, el cual se había dado cuenta de la situación. Sirius no podía decir el motivo de su risa, ya que de cara a sus amigos, Marian no le caía bien.

- ¡De quién me voy a reír! ¡Pues del pequeño Peter! Ts, ts, ts…Tienes que aprender a ganarte a los profesores Petigrew.

- Habló la voz de la experiencia…- repuso James. Sirius se quedó pensativo por el comentario de James, haciendo como si le importara pero le miró con cara de guasa y los cuatro empezaron a reír a carcajada limpia.



En ese momento quien estaba mirando ahora a Sirius era Marian. Este se dio cuenta y Marian giró la cabeza bruscamente deseando que no hubiese sido muy descarada, pues estaba en guerra con él y no podía confraternizar con el enemigo, por mucho que lo apreciase su hermano James. En la boca de Sirius se dibujó una sonrisa de satisfacción y digna, pues le encantaba ser el centro de atención y si lo podía ser de Marian Potter, mejor que mejor. Esa chica le caía bien a pesar de su gran temperamento.



- ¿De qué nos disfrazamos para Halloween chicas?- preguntó Lily al acabar de estudiar dejando caer su cuerpo en la mesa.

- No lo sé, llevo pensándolo desde hace unos días… pero es que ¡no se me ocurre nada!- exclamó Alice con desesperación mientras cerraba su libro de Herbología.

- Bueno, algo se nos ocurrirá. Aún falta tres días para la fiesta- dijo Marian despreocupadamente mientras seguía leyendo su libro.

- Sí, pero hay que pedirle a alguien de 3º que nos vaya a comprar las cosas que necesitamos para los disfraces a Hogsmeade.- comentó Laura llevándose la mano a la cara y pensando quien podría ser el candidato.

- Eso es fácil, se lo pediré a Frank Longbottom- dijo Marian como la cosa más normal del mundo. Alice se puso roja, pues desde hacía tiempo, el chico le gustaba.

- Mejor que se lo pida Alice…- dijo Laura guiñándole un ojo a la aludida.

- Pero que tonterías dices Lauri- repuso ella ofendida.

- Venga Laura, deja a la pobre chica – dijo Marian divertida

- A Alice la gusta Frank…

- ¡¡Calla Lil!!- exclamó ella. Su cara roja la delató.



Mientras, los chicos, al acabar las partidas de ajedrez mágico, se sentaron en los sofás y empezaron a pensar en la inminente fiesta de Halloween.



-¡Ey! ¡Ya se cómo puedo conseguir los disfraces!- exclamó James incorporándose del sofá.- pero necesitaré vuestra ayuda.

- ¡Cuenta conmigo Jimmy!- dijo Sirius levantándose también del sofá y adivinando las intenciones de su amigo.

- Vale, venid a la habitación y os seguiré contando el plan. ¡Va a ser muy divertido!- los tres se dirigieron a las habitaciones mientras las chicas se les quedaban mirando con caras largas.

- Buenas noches Jimmy...- dijo Marian. Pero su hermano no se dio cuenta de lo que le decía y siguió hablando animadamente con sus amigos hacia las habitaciones. Se quedó muy seria, parecía que tenía ganas de llorar y Lily se dio cuenta.

- ¡Uff! Ha sido una tarde dura chicas. ¿Vamos a dormir?- preguntó Lily.

- Sí - contestaron las demás. A los pocos minutos estaban disfrutando de un sueño reparador.



Al día siguiente, las clases transcurrieron con normalidad. A Laura, Alice y Lily se les había ocurrido un posible disfraz para Halloween en clase de Transformaciones. Al salir, buscaron a Marian para contárselo.



- Es un rollo esto de que Marian esté un curso por debajo- dijo Alice mientras caminaban hacia el gran comedor.

- Sí. La pobre me ha dicho alguna vez que se aburre bastante en las clases y que muchas veces ha deseado estar en nuestro curso - comentó Lily.

- Hablando de la reina de Roma…- dijo Laura señalando hacia una escalera en la que bajaba a toda prisa una chica brincando y esquivando a la gente.

- ¡Hola chicas! ¡tengo una idea para los disfraces!- les dijo Marian cuando llegó donde estaban casi sin respiración.

- Nosotras también teníamos una…- Lily intentó contársela, pero fue interrumpida por Marian.

- Porfa, ¿me dejáis contar la mía primero?-las tres se miraron. Marian era como su hermana pequeña y cuando ponía esa carita de ilusión por algo, no se le podía negar nada.

- ¡Cuéntanos!

- Podemos disfrazarnos de… ¡zombis!- exclamó como si hubiese encontrado la solución contra la caída del pelo (en el mundo mágico también existía ese problema y tampoco había solución).



Las chicas se quedaron pensando, no sin estar sorprendidas por la propuesta. Cada una tenía la mirada perdida hacia un punto del corredor y mientras, Marian las miraba con impaciencia por saber qué les parecía la idea. Al fin Lily salió de su ensimismamiento y miró a Marian con una media sonrisa dibujada en su cara.



- ¡Estaremos horribles de zombis! Esos son muertos vivientes ¿no?- Marian asintió con la cabeza. Estaba emocionada y no se había percatado de que Lily la estaba contestando de una forma poco entusiasta hacia la idea.

- Pues yo no lo veo mal Lil- repuso Alice guiñándole un ojo a Marian en señal de complicidad.

- A mi tampoco me parece mal- continuó Laura apoyando el gesto que acababa de tener Alice.


Lily miró a las tres durante un momento si saber que contestar y finalmente tornó la cabeza hacia arriba con gesto de resignación.


- Vale, vale, habéis ganado. Nos disfrazaremos de zombis.


Las tres empezaron a reírse y a hablar sobre cómo conseguirían los disfraces mientras se dirigían al gran comedor para almorzar.



- Ya veréis que bien nos lo vamos a pasar, será muy divertido- dijo Marian mientras daba saltos de alegría.

- Seguro que sí- afirmaron todas.


Marian consiguió que Frank Longbottom les consiguiera en la tienda de artículos de broma Zonko de Hogsmeade unas pinturas de color negro, verde y rojo para pintarse la cara, piernas y manos. Laura consiguió unas sábanas rotas en la lavandería del colegio y mediante un sencillo hechizo, las adaptó al cuerpo de cada una. Lily les cardaría el pelo, pues se le daba muy bien la peluquería y Alice hizo una poción perfumadora para que simulase un olor rancio, pero sin pasarse, ya que no querían espantar a la gente.

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Mensaje  Jane Black Jue Sep 11, 2008 8:53 pm

CAPÍTULO 7

NOCHE DE HALLOWEEN



Por fin llegó la noche de Halloween. Todo el colegio estaba decorado con calabazas de aspecto siniestro que iluminaban los pasillos, telas de araña y calderos llenos de caramelos que no se podían comer, ya que el profesor Dumbledoreee les hizo un hechizo para que los alumnos no cogiesen un empacho al acabar con todos los caramelos del colegio antes de tiempo. A las doce de esa misma noche y después del banquete, el hechizo se acabaría y los alumnos podrían tomar los caramelos. Además de toda la decoración, se oían por todo el colegio gritos de terror, ruidos de cañerías y otros sonidos típicos de la noche de la magia. El castillo estaba en fiesta.


- Jolín, anda que son originales en este colegio. ¡Han puesto las misma decoración que el año pasado!- dijo Peter mientras se sentaba en uno de los bancos de piedra que había en el patio interior del colegio.

- Sí. Tendremos que arreglar un poco la decoración de la torre Gryffindor por lo menos. Es bastante cutre- objetó James mientras se sentaba en el suelo.

- James, te acabas de sentar en un charco- le dijo Remus.

- ¡Ah! ¡QUÉ ASCO!- James hizo un intento por levantarse pero se volvió a caer provocando las risas de todos los alumnos que se encontraban cerca. En aquel momento llegó Sirius.

- ¡Que decoración más absurda!- Sirius observó que se estaban riendo a carcajadas-¿que os pasa?

- Nada, nada. Que estábamos hablando de lo mismo. La decoración del castillo - dijo James, que por fin consiguió levantarse- Sir, va a ver que arreglar esto un poco. Sirius les miró con cara de malicia.

- ¿A nuestra manera?- Ellos asintieron.

- ¡A nuestra manera!- y se fueron derechos a la torre Gryffindor.



Todos los alumnos de Hogwarts estaban deseando que se acabaran las clases de por la tarde para así poder ponerse los disfraces y prepararse para el gran banquete de Halloween. Tanto Lily, Laura y Alice en Transformaciones como Marian en Herbología solo pensaban en que no les iba a dar tiempo si querían estar perfectas con sus disfraces para la cena, además, el profesor Dumbledoreee había anunciado la posibilidad de una pequeña sorpresa al acabar el banquete.



Por fin sonó la campana que anunciaba el final de las clases. El colegio parecía un hormiguero pues todos los alumnos se dirigían corriendo a sus salas comunes para empezar con los preparativos. La actividad era frenética. Marian corrió a la sala común de Gryffindor para esperar a sus amigas allí, pues seguramente no las encontraría en caso de haber ido en su busca. Mientras iba subiendo de dos en dos las escaleras que llevaban al último piso de la torre Gryffindor, se chocó con la persona a la que menos quería ver en ese momento.



- ¡Uy! Lo siento mucho…- Marian miró hacia arriba

- Ten cuidado por donde andas Potter…- era Sirius Black. << ¿Qué hace bajando las escaleras mientras todo el mundo sube?>> se preguntó así misma. Fuese lo que fuese, no estaba dispuesta a quedarse para averiguarlo. Los disfraces eran su prioridad.

- ¡Piérdete Black!- le espetó en la cara, vocalizando las dos palabras todo lo que pudo. Sirius continuó bajando las escaleras como si no hubiese oído ese comentario.

- Me parece que si sigues subiendo de esa manera, la que vas a perder la cabeza eres tú- Marian no se dio la vuelta inmediatamente, pero cuando lo hizo para contestarle, él ya estaba dos pisos más abajo- << ¡pero que tonto que es!>>pensó ella.





En la sala común de Gryffindor había un alboroto tremendo. Se oía el jaleo incluso antes de atravesar el cuadro. Cuando Marian entró en la sala, se encontró con una estampa bastante atípica. Varios alumnos estaban cubiertos de espuma blanca, otros tantos, envueltos con serpentinas o con llenos de una especie de gelatina viscosa verde y resto ayudaba a los afectados por las bromas o andaba cautelosamente por la sala, la cual, estaba adornada siniestramente con calaveras, cabezas decapitadas llenas de sangre y un sinfín de adornos de lo más macabro. Marian se acercó a un grupo de alumnos que estaban comentando lo sucedido.



- Hola. ¿Qué ha pasado aquí?- le preguntó a Seamus Fletcher, el amigo de Frank.

-Hola Marian. Pues ya ves, algunos se han querido hacer los graciosos más de la cuenta y han armado todo este follón.



Rápidamente Marian buscó a su hermano y sus amigos. Barrió con la mirada toda la sala y, como era de esperar, no estaban por ninguna parte. Luego recordó lo extraño que le pareció el que Sirius estuviese bajando las escaleras con una sonrisa sospechosa cuando todo el mundo subía para arreglarse.



- ¡Menudos gamberros!- exclamó en voz alta sin darse cuenta. Seamus y sus amigos la miraron suspicazmente.

- ¿Tú sabes quien ha podido ser? - Marian se dio cuenta de su pequeña metedura de pata e intentó salir como pudo de la situación.

- No tengo ni idea. Lo decía en general – dijo rápidamente de la forma más convincente que pudo – lo que está claro es que esto no lo ha hecho ninguna chica – Seamus arqueó una ceja en señal de protesta – venga Seamus… cabezas decapitadas, calaveras, bromas pesadas… ¿de verdad crees que esto lo han podido hacer las chicas o mismamente los de primero? – Algunas chicas que se habían unido a la conversación, apoyaron el comentario de Marian y al final lo chicos tuvieron que admitir que tenía razón.



Marian se acordó en aquel momento que tenía que vestirse para la fiesta. Con todo el jaleo, se había olvidado por completo. Se despidió y se encaminó para subir las escaleras en dirección a los dormitorios pero, en un impulso, volvió a mirar el caos de la sala y no pudo más que esbozar una pequeña sonrisa << ¡pero cómo son! >>

Al llegar a la habitación, encontró a las chicas arreglándose para la fiesta. El idiota de Sirius y la broma de este con sus amigos la habían hecho perder el tiempo.



- ¡Por fin Marian!- ¿acabas de salir de Herbología?- le preguntó Lily mientras cardaba el pelo de Alice.

- Eeee… sí. ¡La profesora Sprout es una pesada!- mintió descaradamente. No quería que sus amigas pensaran que alguien como Sirius Black la pudiese entretener en las escaleras.

- Ya te has enterado de todo el jaleo que se ha armado abajo ¿no? – preguntó Alice con mala cara por los tirones de pelo que le estaba dando Lily con el peine. – ¡Au! Ten más cuidado Lil.

- Pero que poco aguantas Alice… - esta última gruñó.

- Pues sí… - dijo Marian retomando lo del jaleo de abajo – ¿tenéis idea de quien ha podido ser? – las tres le clavaron la mirada al instante.

- Venga Mari… aunque sea tu hermano, no tienes porqué encubrirle.

- Marian empezó a enrojecer de la vergüenza. Por supuesto, no había pensado que sus amigas adjudicarían inmediatamente todas aquellas bromas a su hermano y sus amigos – vale… perdonad. ¡Por supuesto que han sido ellos!

- ¡Menudos gamberros! – exclamó Alice.

- Como me afecte alguna de las bromas que han puesto por toda la sala os juro que… - Lily comenzó a ponerse roja de ira por momentos.

- Bueno, bueno. No pensemos ahora en eso – dijo Laura mientras ajustaba un poco la sábana de Lily a la vez que esta seguía haciendo tremendos esfuerzos con el pelo de Alice - He dejado la sábana en tu cama Mari. Ya está adaptada a tus medidas.



Marian estaba haciendo lo imposible por ponerse el disfraz, pero no podía porque le quedaba demasiado pequeño. Miró a las chicas en busca de ayuda, pero estaban enfrascadas en una discusión sobre el pelo de Alice.



- ¿Por qué no te cortas el pelo Al? Es muy difícil cardar un pelo tan largo- dijo Lily perdiendo los nervios.

- No digas tonterías Lil. ¡Mi pelo es perfecto!- repuso ella molesta.

- Venga chicas que no nos da tiempo…- dijo Laura para que se calmaran.

- Eeeee… Laura- dijo Marian con un hilillo de voz, pero ellas seguían discutiendo- Lauri…- dijo un poco más alto sin conseguir resultados- ¡MEYER!

- ¡QUÉ!- ellas miraron a Marian y después de unos segundo se echaron a reír. Parecía que se habían comido un payaso.

- ¡¿Pero que os hace tanta gracia?!- exclamó Marian bastante enfadada- ¡no me Sirve el disfraz!

- ¡Pero chiquilla!- dijo Laura en un momento en el que pudo parar de reírse un poco- ¡te lo has puesto del revés!



Marian se miró de arriba a abajo y, al no encontrar nada extraño, buscó un espejo y al estar frente a él…



- ¡¡Jajajaja!! ¡¡Es verdad!!!



Ya estaban listas. Los disfraces habían quedado realmente bien y parecían unos zombis muy creíbles. Estaban muy orgullosas de su trabajo. Cuando bajaron las escaleras hacia la sala común observaron que todas las miradas se cernían sobre ellas.



- ¿Qué pasa? ¿Porqué nos miran así?- preguntó Marian a Lily entre dientes.

- No tengo ni idea - respondió ella susurrando también.

- ¡Oh no!- exclamó Laura señalando hacia la chimenea de la sala común.

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Mensaje  Jane Black Jue Sep 11, 2008 8:54 pm

SIGUE CAPÍTULO 6 (Lo siento, pero es que me dice que el mesanje es demasiado largo)


Todas miraron hacia el lugar donde señalaba Laura. De pié y hablando animadamente se encontraban James, Sirius, Remus y Peter.



- Están, están…¡¡disfrazados de zombis!!- gritó Marian sin dar crédito a lo que veía.

- ¡¡No me lo puedo creer!!- dijo Lily seguidamente- ¡¡Estúpido Potter!! Seguro que te ha robado la idea aposta.



En aquel momento, James giró la cabeza cuando se dio cuenta de que toda la sala se había quedado en silencio y solo se oían las voces de sus amigos y la suya propia.



- ¡¡No puede ser!!- exclamó señalándolas.

- ¿Qué te pasa Jimmy?- preguntó Sirius que estaba de espaldas. Remus y Peter ya se habían dado cuenta de la fatal coincidencia y Sirius terminó por darse la vuelta.

- Seréis… ¡eso es juego sucio! - espetó a las chicas cuando las vio vestidas de zombis como ellos. Su dedo acusador marcaba directamente la dirección de Marian.

- Bueno, la verdad es que sus disfraces están mejor que los nuestros… - comentó Remus entre dientes.

- ¡¡Calla Remus!!- le chilló Peter con una mirada inquisidora- ¡nos han copiado!

- Ey, ey… te equivocas Petigrew- dijo Alice señalándole con el dedo índice - si alguien ha copiado aquí, sois vosotros.

- ¡¡Eso es mentira!!- exclamó James.

- Jimmy, ¿me has estado espiando?- preguntó Marian a su hermano seriamente.

- ¡Como si no tuviese otra cosa que hacer! Espiar a mi hermana pequeña, a la novata de Gryffindor! Tengo mejores cosas en las que pensar que en los estúpidos disfraces que se te pueden ocurrir a ti y a tus amiguitas - repuso James con cara de rencor hacia su hermana.

- ¡A mi no me hables así James Potter!- al oír su nombre entero de boca de su hermana, enmudeció de repente. Que le llamara así no significaba nada bueno y no quería estropear la noche.

- ¡¡Iros al cuerno!!- dijo Sirius dando media vuelta con aire insolente en dirección al cuadro de la Señora gorda para salir, pero de repente se paró y volvió a mirarlas, mejor dicho, miró directamente a Marian- esta nos la vais a pagar.



El gran comedor estaba precioso. Tenía una decoración diferente a la que había tenido durante todo el día. Daba un aspecto de más lujo, de más diversión y de más fiesta. Todos los alumnos disfrazados se fueron sentando en sus respectivas mesas, para que empezase el banquete cuanto antes. Durante toda la semana se había creado una expectación muy grande sobre la “pequeña sorpresa” que había anunciado el profesor Dumbledore para después del banquete. Algunos de los profesores también se habían disfrazado para la ocasión. Una vez que todos los alumnos estuvieron sentados, el profesor Dumbledore se levanto para pronunciar unas palabras.



- Un año más… - los murmullos no habían cesado aún y el profesor pegó su varita a la garganta y…”sonorus” -UN AÑO MÁS…- el sonido de su voz se había amplificado por diez y todos los alumnos se callaron al instante- gracias, así mejor - dijo el profesor Dumbledore retirando la varita de su garganta- como decía, un año más celebramos la fiesta de la magia en Hogwarts. Este día tiene mucha importancia y valor en el mundo mágico ya que es una forma de conmemorar, como ya sabéis, la independencia del mundo mágico con el mundo muggle.- hizo una pausa, para ver la reacción de los alumnos.



Algunas caras estaban sorprendidas, muchos de ellos no sabían exactamente el significado del día de Halloween. Unos favoritistas de la limpieza de sangre de Slytherin vitorearon este comentario, ya que no querían tener nada que ver con el mundo de los “asquerosos no mágicos”, como ellos lo llamaban. En todo caso, el profesor siguió



- Después de disfrutar del maravilloso banquete que se nos ha preparado para la ocasión, descubriré el secreto que os ha tenido en vilo durante toda la semana a más de uno- lanzó una sonrisa cómplice a la mesa Ravenclaw, ya que ellos fueron especialmente los que más jaleo armaron por aquel asunto.



Después de este comentario, Dumbledore cedió la palabra a la profesora McGonagall mientras esta se levantaba de su asiento.



- Quiero aprovechar la situación para comentar algo que afecta directamente a la casa Gryffindor – el semblante de la profesora era serio e inquisitivo. Se ajustó las gafas para ver bien la mesa Gryffindor – espero que los que hayan decorado vuestra sala común con ese gusto tan poco procedente, se den prisa en quitarlo. De lo contrario, las consecuencias serán severas – a los chicos se les hizo un nudo en la garganta. La profesora McGonagall les estaba mirando directamente pero, lo que más miedo les dio fue que Dumbledore también les miraba de reojo. Si había alguien a quien ellos temían, era a Dumbledore y la profesora McGonagall. Dumbledore volvió a levantarse mientras la profesora McGonagall se sentaba recuperando su tono jovial



- Ahora, ¡¡que de comienzo el banquete!!



De repente apareció en la mesa un montón de comida riquísima: dulces de Halloween, zumo de calabaza, ranitas de chocolate, pollo-pomelos, buñuelitos de colores…etc. Los alumnos comieron y comieron hasta hartarse.



- Ya sabéis lo que tenemos que hacer chicos… - dijo Remus un tanto nervioso por la situación. Peter había palidecido.

- En cuanto todo el mundo se dirija al vestíbulo, nosotros aprovecharemos para subir a la sala y quitarlo todo – dijo James sin saber muy bien cómo iban a desenmarañar todo aquel embrollo. Sirius y Peter asintieron con la cabeza.



Sirius estaba bastante tranquilo. Le divertía saber que todos los Gryffindor no dieron con los culpables de las bromas << ¡pero qué buenos que somos!>> pensó para sí mismo mientras adoptaba un porte de suficiencia bastante irritador. Al barrer con la mirada a toda la mesa, se encontró con los ojos inquisitivos de una chica morena. Ella empezó a sonreír maliciosamente para que Sirius se diese cuenta de que ella lo sabía todo. << ¡Siempre lo tiene que estropear todo!>> exclamó Sirius para sí << espero que no se le ocurra chivarse… me las va a pagar>>



Cuando ya quedaban pocas cosas encima de las mesas, el director volvió a levantarse y, en esta ocasión todo el mundo guardó silencio desde un principio.



- Bien. queridos alumnos, ha llegado la hora. La pequeña sorpresa consiste en un juego - hubo murmullos por todas la mesas - el juego de “el cazador”.- Sirius miró a James con impaciencia, quería empezar a jugar ya - Por todo el castillo se han escondido minuciosamente pistas para encontrar un tesoro. Hay siete tesoros que tendréis que encontrar, uno para cada curso. Por lo tanto, solo podrán competir por un mismo tesoro los alumnos pertenecientes a cada curso de las cuatro casas- la alegría y expectación que tenía Marian ante el juego se desvaneció al oír las últimas palabras del profesor. Ella iba un curso por detrás que sus amigas y por lo tanto, no podría jugar con ellas. Alice se dio cuenta de sus pensamientos.

- Tranquila Marian, tu vas a jugar con nosotras- le dijo guiñándole un ojo. Marian volvió a sonreír, no había nada que le gustase más que jugar y hacer cosas con sus amigas pero, ¿como se lo iban a permitir?



El profesor Dumbledore siguió con la explicación del juego- cada casa deberá encontrar el máximo número de pistas para poder hallar el tesoro. Hay siete en total- los alumnos ya se estaban levantando de los bancos para ir al gran vestíbulo y comenzar el juego. Se distribuyeron por cursos.



- ¿A dónde vas Marian?- le preguntó Alice al ver que se iba hacia el grupo de los de primero.

- Pues con los de mi curso- contestó con voz muy triste.

- Lo que te dije antes iba en serio. Acércate - Marian se acercó sin comprender muy bien lo que iba a hacer Alice, cuando la vio alzar su varita discretamente y apuntar hacia su nariz- “ñarilarguis”- al momento la nariz de Marian empezó a crecer. No mucho, pero si lo suficiente para que con la nueva nariz no pudieran reconocerla los de segundo.

- Me van a reconocer por el disfraz, todo el mundo sabe que voy de zombi…

- Por eso no hay problema- volvió a apuntarla con su varita- “cambius vestimenta”- y el disfraz de zombi que llevaba Marian se convirtió en uno de duende.

- ¡Gracias Alice!- exclamó Marian mirándose de arriba a abajo- pero estoy un poco rara ¿no?- comentó al tocarse la nariz.

- De eso se trata - en aquel momento se acercaron Lily y Laura.

- Qué pena que Marian no pueda estar con nosotras. Nos lo habríamos pasado genial - se lamentó Laura.

- Pues sí. Además es muy lista y seguro que hubiésemos encontrado el tesoro antes que nadie con ella en el grupo- añadió Lily con el mismo tono de lamentación. Alice miraba a Marian de reojo mientras sus amigas compartían el disgusto de no tenerla en el grupo.

- Habrá que darle una buena lección a los chicos que nos han pisado nuestra idea y a los idiotas de Slytherin, que no hacen más que incordiar - comentó una voz que al momento reconocieron.

- ¿Marian?- preguntaron Laura y Lily mirando fijamente a la chica disfrazada de duende que estaba enfrente - ¿eres tu?

- ¡Schss! Sí soy yo, pero no digáis nada. Alice me ha agrandado un poco la nariz y cambiado el disfraz para que la gente de vuestro curso no me reconozca y así poder jugar con vosotras.

- ¡Alice eres un genio de los hechizos!- le dijo Laura jovialmente, al ver que podrían jugar las cuatro juntas.



En ese momento pasó por detrás un chico de pelo negro azulado vestido de zombi que había escuchado toda la conversación y sabía por lo tanto, su pequeño secreto. Se fue deslizando hacia donde estaban sus amigos.



- Ey chicos, ¿a que no sabéis lo que acabo de descubrir?- dijo Sirius con cierto tono de intriga.

- ¿El qué Sir?- preguntó Remus ante la expectación que estaba provocando Sirius.

- Que la hermanísima de nuestro querido Jimmy no va a jugar con los de primero sino con los de segundo curso.- James se sorprendió, pero luego pensó que el quebrantar las normas era algo muy normal en Marian, pero en Evans, Meyer y Rowland le extrañaba muchísimo.

- ¿Estas seguro Sir?-preguntó James

- ¡Completamente!-contestó el un poco molesto porque James dudara de su palabra.

- Pero la van a descubrir en cuanto la vean- objetó Remus.

- No, porque Rowland le ha hecho unos conjuros para disfrazarla de duende y agrandarle la nariz para que cambie un poco de aspecto- explicó Sirius.

- ¡Eso es trampa!- dijo Peter exaltado- son unas tramposas, Marian es muy lista, y encontrarán el premio antes que nadie.- Sirius le mató con la mirada. No soportaba que nadie dijese que una mocosa de primero era más lista que ellos, aunque fuese verdad.

- ¡No digas tonterías Peter!-se calmó- lo que tenemos que hacer es descubrirlas en esa mentira ante todo el mundo.

- ¡Eso, eso, por copiotas y tramposas!- exclamó Peter apoyando la idea se Sirius.

- ¡Esa será nuestra venganza!- dijo Sirius lanzando el puño hacia arriba.

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Mensaje  lºr€n@ Jue Sep 11, 2008 10:51 pm

OLAAAAAAAAAAAaaaaa
Q tl Jane?

Parece que no solamente
la gente no se anima a leer tu fic...
si no que a varios también les pasa lo msimo!
Yo incluida ^-^
empecé teniendo un grupito pero mira...
que le vamos a hacer¿? pues publicar a ver si
con el paso del tiempo se pasa alguien y deja algun comentario ^-^


Gracias a la segunda lectura del fic
me voy dando cuenta de cosas que quizá cuando lo lei
la primera vez se me pasaron!! jejejej
Es lo bueno de repetir la msima lectura jiji ^o^



ANIMOOOOOOOooooooo!!










Bss ^____________________^
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Mensaje  lºr€n@ Jue Sep 11, 2008 10:52 pm

2ª paginaaaaaaaaaa !!!

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Mensaje  Jane Black Vie Sep 12, 2008 2:17 pm

¡Hola Iren@!

La verdad es que no pasa nada si no tengo lectores en este foro (a parte de tí, por supuesto) Porque el fic ya está escrito y es invariable. Es cierto que me gustaría ver las opiniones de la gente, pero con que lo lean, aunque no dejen post, me vale. Pero en nuestro forito quiero seguir teniendo opiniones ¿eh? jejeje.

Un Abrazo!

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Mensaje  Jane Black Vie Sep 12, 2008 2:18 pm

CAPÍTULO 8

EL JUEGO DE “EL CAZADOR”



La profesora McGonagall se acercó a ellos.


- ¡Un momento de atención por favor!- dijo con su típica voz solemne- acercaos. Veo que ya estáis distribuidos por cursos.

- ¡¡Achús!! Ejem, ejem, ejem- Sirius estornudó muy fuerte para que todo el mundo lo oyese.

- ¿Le pasa algo Señor Black?- preguntó la profesora McGonagall un poco molesta por su interrupción.

- Eeee- las chicas se pusieron tensas. Sirius las miró de reojo con cara de provocación- no, profesora, es un leve resfriado.

- Creo que Black lo sabe- susurró Lily a Alice.

- No lo creo, hemos tenido mucho cuidado- respondió ella. La profesora McGonagall siguió explicando las normas del juego.

- Como ha explicado el director antes del banquete, vamos a dar ahora unas instrucciones para el buen desarrollo del juego- todos los alumnos la escuchaban atentamente- la primera pista será común a todos los cursos y os la daré dentro de unos instantes. En cuanto sepáis donde está la siguiente ir con calma al sitio elegido, no queremos que haya accidentes, porque sois muchos y podríais haceros daño.- Está claro que no la iban a hacer mucho caso en eso de la tranquilidad. - y una última advertencia. Está terminantemente prohibido el uso de las varitas durante el juego, el alumno que utilice su varita será descalificado automáticamente junto con los miembros de su equipo - hubo algunas protestas por parte de los alumnos ante esa prohibición pero la profesora hizo caso omiso de ellas.

- La primera pista es la siguiente- la sala enmudeció. Todo el mundo guardaba silencio absoluto. Los de Slytherin miraban a los Gryffindor amenazantes y estos correspondían con el mismo gesto.



1ª PISTA: “TODO TIENE QUE COMENZAR EN UN LUGAR”



- ¡qué de comienzo el juego!- gritó el profesor Dumbledore una vez que la profesora McGonagall acabó de decir la primera pista.



El vestíbulo de la entrada se convirtió en un gallinero. Todo el mundo corría hacia todos lados. Las chicas se quedaron quietas.



- todo tiene que comenzar…en un lugar… ¿donde comenzamos las cosas?- preguntó Laura.

- No se exactamente a que se refieren- contestó Lily - pero todo el mundo está yendo al gran comedor. ¡Vamos!

- ¡No espera!- gritó Marian- no todo empieza en el comedor.

- ¡Claro que sí!- contesto ella como si fuese lo más obvio del mundo- todos los cursos comienzan con el banquete de bienvenida.

- Cuando yo comencé Hogwarts… - a Marian le vino a la mente su primer día en Hogwarts - “bienvenidos…se os seleccionará para una casa…pasaremos al gran comedor…”- ¡¡está aquí, en el vestíbulo!!- exclamó.

- ¡¿Como?!- dijeron las tres al unísono.

- Sí, cuando los alumnos de primero entran por primera vez en el colegio, las primeras instrucciones se las dan en…- no la dejaron acabar.

- ¡¡EN EL VESTÍBULO DE LA ENTRADA!!- exclamaron todas.



Las cuatro se empezaron a buscar como locas por todo el vestíbulo. Alice se dio cuenta de que los chicos ya habían resuelto el acertijo y estaban buscando por allí también.



- ¡aquí!- James había encontrado la segunda pista. Los chicos se acercaron corriendo para abrir el pergamino.

- Corre James, tenemos que ganar a esas tramposas- le apuró Sirius.



2ª PISTA: “DONDE TODO APARECE Y DESAPARECE”



- ¡pues vaya pista!- exclamó Peter- Aquí aparece y desaparece prácticamente todo. ¡Estamos en un colegio mágico!

- Es verdad- contestó Sirius. Pero tiene que ser un sitio específico.

- Sí, tiene que ser un lugar donde aparezca y desaparezca algo todos los días…- dijo James pensativo.

- Aparecer, desaparecer… ¡la comida!- exclamó Remus- ¡la siguiente pista está en el comedor chicos!



Doblaron el pergamino y se fueron corriendo hacia el gran comedor, no sin antes hacerse notar delante de las chicas y darles envidia. Pero a los pocos segundos ellas también se dirigían hacia el comedor.



- buscad entre las mesas, aquí es donde aparece y desaparece la comida - ordenó Lily.

- ¿y si el pergamino esta en otro lugar?- objetó Laura mientras tanteaba con la mano por debajo de la mesa de Hufflepaff - ¡ya lo tengo!- Laura sacó un pergamino.

- Qué dice Laura - dijo Marian con impaciencia.



3ª PISTA: “DE LA OSCURIDAD NACEN LAS ANSIAS DE PODER”



- esto cada vez se pone peor. ¡Vaya pistas que nos dan!- se quejó Alice.

- Vamos, los chicos acaban de encontrar también el pergamino- dijo Laura con impaciencia.

- Oscuridad con ansias de poder… ¿que puede ser?- se preguntaba Marian a si misma.

- Las ansias de poder… te llevan a la oscuridad y eso se debe a…a… ¡la ambición!- exclamó Lily.

- ¿Como? ¿Que dices de ambición Lil?-preguntó Alice sin comprender.

- La siguiente pista está en algún lugar donde estén los ambiciosos… ¡¡En las mazmorras de Slytherin!!

- ¡Muy buena Lily!-exclamó Marian dándole un abrazo.



Ahora la situación era contraria a la de antes, ellas dieron un pequeño rodeo corriendo por la sala con la intención de pasar justamente delante de los chicos para que supieran que ya iban en busca de la siguiente pista mientras ellos aún seguían estancados.



- ¡no puede ser que ya se dirijan a la siguiente pista! Remus, ¿se te ocurre algo?-pregunto Peter con desesperación.

- No, no se, ¡no! – Estaba bloqueado.

- ¡Ambición! ¡¡Slytherin!!-exclamó James.



Los chicos, llegaron a la clase de Pociones, que estaba en una de las mazmorras de Slytherin. Las chicas seguían buscando la pista por la clase.



- bien, ellas aún están buscando la pista. No hemos perdido tanto tiempo- dijo Remus para tranquilizar a sus amigos, que estaban de los nervios.

- Ya están aquí esos, ¡démonos prisa!- exclamó Marian a sus amigas.



Peter recorría toda la sala. Pociones era la asignatura que peor se le daba de todas y no le hacía mucha gracia jugar en ese aula.



-todo está oscuro, vaya porquería de lugar- estaba ensimismado en sus pensamientos cuando… ¡¡Cataplof!! Había caído en una de las chimeneas y se había llenado de cabeza a los pies de hollín.

- ¡¡jajaja!! ¡¡Mira por dónde andas Petigrew!!- le dijo Alice con mofa.

- ¡¡vete a tomar viento Rowland!!- dijo él intentando levantarse. Al apoyarse en el suelo, su mano topó con algo, lo cogió y…

-¡chicos!- Gritó- ¡ya tengo el pergamino!

-¡Bien Peter, bien!- dijo Sirius contentísimo porque habían encontrado la pista antes que las chicas. Peter abrió el pergamino y empezó a leer en voy baja para que los de las demás casas no lo pudieran oír.





4ª PISTA: “LA OSCURIDAD SE COMBATE CON LA LUZ Y SOLO LOS PUROS DE CORAZÓN LA HALLARÁN”



- esta pista es parecida a la anterior- dijo Remus empezando a discernir.-y si es parecida a la anterior…tratará de lugares cerca de…

- las viviendas de las casas - exclamó James terminando la frase.

- Es verdad- dijo Sirius cayendo en la cuenta- déjame volver a ver la nota Pet...

- solos los puros de corazón hallarán…hallarán….la luz. Y los puros de corazón son… valientes. ¡¡Tenemos que ir a la torre Gryffindor!!

- ¡Pero qué listo es el Señor Black!- exclamó una voz detrás de ellos. Era Severus Snape. Un chico de su mismo curso de la casa Slytherin. Era bastante alto pero un poco esmirriado. Tenía el pelo oscuro y grasiento cortado en media melena y una nariz grande y puntiaguda, la cual no le favorecía lo más mínimo. Severus no se llevaba nada bien con los cuatro rebeldes de Gryffindor.

- ¡lárgate “Snivellus”!- Snape le miró con cara de odio, pero no le contestó y se fue corriendo con su grupo hacia la torre Gryffindor.

- ¡ja, ja, ja! ¡Qué bueno Sir! “Snivellus”… jajaja- James no podía para de reír ante el mote que acababa de ponerle Sirius a Severus.

- ¿Y las chicas?- preguntó Remus mirando de un lado a otro el aula de Pociones. Luego se miraron los cuatro y empezaron a correr lo más rápido que podían.

- ¡Corred, que nos adelantan!-



Cuando llegaron a la torre Gryffindor se encontraron a muy poca gente. Solo estaba un pequeño grupo de Slytherin, otro de Hufflepaff, las chicas y ellos.



- qué poca gente ¿no?- dijo Peter al llegar- ¿nos habremos confundido?

- No lo creo- dijo Sirius rotundamente. Él sabía que si Evans, Meyer, Rowland y sobretodo Potter se encontraban allí era porque la quinta pista estaba en la torre Gryffindor. << son las más inteligentes de segundo. Bueno, y de primero…>> su mirada se centraba en Marian Potter al pensar esta última frase.

- Qué te pasa Sirius ¡Espabila o nos ganarán!- Le dijo James dándole una palmada en la espalda.



Mientras, las chicas buscaban y buscaban sin parar. Esta vez no tenían ni idea de dónde podría estar escondida la pista. La torre era muy grande y estaba llena de cuadros vivientes y escaleras que cambiaban a placer de un lado a otro.



- encontrar esta pista va a ser más complicado que las otras- exclamó Laura mientras escudriñaba todos los rincones de las escaleras.

- Sí, pero no podemos parar de buscar- dijo Lily desde un rellano.

- ¡Dejad de buscar Evans! ¡Es demasiado difícil para vosotras!- exclamó James desde otro rellano incomunicado en ese momento.

- ¡Después de vosotros Potter!- gritó Alice desde otra escalera.



No sabían cuanto tiempo llevaban allí. Marian estaba en un pequeño rellano esperando que las escaleras se acercaran para bajar al siguiente. Pero de repente oyó una voz detrás de ella.



- ¿tienes que buscar la luz no? - Marian se dio la vuelta. Era Nick casidecapitado, el fantasma de la casa Gryffindor.

- ¡Sir Nicholas!- ella le miró sorprendida- ¿a qué se refiere?

- Los valientes tienen que portar la luz- dijo Sir Nicholas.



Empezó a volar por la torre y pasó por delante de un cuadro en el que había un hombre que portaba un farol parecido a los que había por todo el colegio para iluminar los corredores durante la noche. El hombre entraba y salía de una habitación oscura, llenándola de luz cuando entraba y volviéndola en penumbra cuando salía. En una de las veces que el hombre volvió a entrar en la habitación, Marian se fijó en que en el suelo de la estancia había algo. ¡¡Era el pergamino!! Tenía que llegar allí como fuese. Sirius, se dio cuenta de lo mismo al observar como la chica miraba fijamente el cuadro. Ambos se dieron cuenta de las intenciones del otro y empezaron a correr escaleras arriba.



- ¡¡Es mío Black!!- gritó Marian desesperadamente al ver que Sirius se dirigía como una bala hacia el cuadro- ¡¡yo lo encontré!!

- ¡¡Ni lo sueñes Potter!!- Sirius era más alto y fuerte y por lo tanto, subía las escaleras más rápido que ella. Marian estuvo a punto de sacar la varita para evitar lo inevitable, pero recordó la estricta norma anti-uso de varitas en el juego.

- ¡¡Ya lo tengo chicos!!- gritó Sirius victorioso. Marian le miró con odio.

- ¡¡¡Nooo!!!- dijo ella.

- ¡¡Jaque, Potter!!- le gritó alzando el pergamino.

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Mensaje  Jane Black Vie Sep 12, 2008 2:19 pm

SIGUE CAPÍTULO 8


- ¡¡Ya lo tenemos Marian!!- gritó Laura desde dos pisos más abajo. Marian bajó corriendo.

-¿qué ha pasado ahí arriba?- le preguntó Lily al ver que esta bajaba con la cara roja de ira.

- ¡¡odio a Black!!- su cara se tornó morada en aquel momento.

- Bueno, atended- pidió Laura



5ª PISTA: “LA REALIDAD PUEDE SER ENGAÑOSA, MIRÁ MÁS ALLÁ, MIRA EN TU INTERIOR”



- ¡esta es la más fácil de todas chicas!- exclamó Lily cinco segundos después de que Laura leyese el acertijo. Las chicas la miraban expectantes.- ¡¡la sala de los espejos!!

- ¡Claro!- dijo Alice cayendo en la cuenta.

- ¡Pues vamos todas a mirar las pintas que tenemos!- dijo Marian. Empezaron a reírse. Mientras se iban, Marian miró hacia arriba y se encontró con la mirada de Sirius. No hubo más que decir. Estaba furioso y eso era lo que ella quería ver.



Mientras los chicos…



- ¿mira más allá?- dijo Peter sin entender

- ¿Por qué lo han descubierto tan pronto?- preguntó James sin dar crédito a lo que veía.

- ¡Porque son una presumidas sabelotodo!- dijo Sirius al cual no se le había quitado aún de la mente la mirada de Marian al salir.

- Si que son presumidas- dijo Remus bastante ofendido por la actuación de ellas- y…- se le iluminó la cara- las presumidas pasan todo el día mirándose al espejo…

- mirar más allá…mirar en el interior… ¿qué es eso del interior?- Peter seguía dándole vueltas a la frase.

- ¡Las presumidas se van a la sala de los espejos!- dijo Remus de repente.

- ¡Muy bien Remus! ¡eres un lince!- le dijo Sirius mientras le despeinaba con la mano.



Al llegar a la sala de los espejos, las chicas se encontraron solas. No había ni un alma y empezaron a dudar.



- ¿dónde está todo el mundo?- dijo Lily preocupada.

- Igual estamos buscando donde no tenemos que buscar- añadió Marian algo desconcertada.

- Eso es imposible. Hemos resuelto todos los acertijos hasta ahora correctamente- volvió a decir Lily que no hacía más que mirarse en todos los espejos.

- No sabemos si las respuestas que dábamos a los acertijos eran correctas Lil. Podemos habernos equivocado- dijo Alice con un tono bastante irritado al ver que Lily no hacía otra cosa que mirarse en todos los espejos. Lily era bastante presumida.

- Bueno, pues eso solo lo sabremos si encontramos el pergamino aquí o no. Así que ¡a buscar chicas!- ordenó Marian mientras escrutaba toda la sala de arriba y abajo empezando a dudar seriamente de si lo habrían hecho bien o no. La verdad es que, o ellas era muy listas, o los demás muy tontos. En esto llegaron los chicos. Pero ellas no les dijeron nada.



<< Bueno, si estos están aquí, es que probablemente lo estemos haciendo bien>>- pensó Marian mirando fijamente a Sirius. Este la volvió a mirar y su cara de duda se tornó en rencor al recordar lo sucedido con la pista de la torre Gryffindor. Él sabía lo que ella estaba recordando en ese momento y correspondió con una sonrisa irónica y mostrando en alto el pergamino.

- qué Potter, ¿presumiendo un poco delante de los espejos?- le dijo Sirius - me parece que no podréis salir de esta sala. ¡Sois unas narcisistas!

- ¡Y tú un egocéntrico Black!- le dijo ella con furia mientras seguía revisando toda la sala.

- ¡¡Lo tengo chicas!!- exclamó Lily, que estaba agachada en frente de un espejo. Al parecer, observó en él que tenía una zapatilla desatada, y al agacharse para atársela, encontró un pequeño recoveco donde halló el sexto pergamino, el cual leyó casi por señas para que los chicos no lo oyesen al notar que la sala se había quedado muda de repente.

- ¡No vamos a escucharos Evans!- le dijo James al ver la actitud que tomaba esta.

- Entonces, ¿por qué sabes que voy a leer el pergamino? Estate más atento a encontrarlo que a lo que hagamos nosotras Potter - le dijo ella cabreada pero con aire triunfante. James la miró entornando los ojos, pero ella volvió la mirada al pergamino. Esta vez la pista era más corta.



6ª PISTA: “EN VUESTRO DESCANSO ENCONTRARÉIS LA ÚLTIMA PISTA”



- ¿en nuestro descanso?- dijo Alice extrañada. Los chicos acababan de encontrar el otro pergamino- pero si nosotras siempre descansamos en la sala común… ¡y allí ya hemos estado!

- Eso también lo he pensado yo- repuso Lily retocándose el pelo.

- ¡Lil por favor! ¡Estate atenta al juego o esos imbéciles nos adelantarán!- le regañó Laura.



Al otro lado de la sala estaban los chicos intentando discernir el significado de aquella frase.



-tendríamos que ser unos expertos en hallar esta respuesta ¿no?- dijo Sirius con cara de circunstancia- ¡no hacemos más que vaguear!- volvió a decir entrecruzándose las manos por detrás de la cabeza.

- serás tú Sirius- repuso Remus. Él era el más estudioso de los cuatro y Sirius el más vago. Sirius le miró con media sonrisa en la cara, estaba satisfecho y orgulloso de ello. De ser un vago.

- ¡a ver!- dijo James con la mano en alto para poner orden- ¿dónde descansamos aparte de en la sala común?- todos empezaron a pensar intensamente.

- En el gran comedor - dijo Pet como si hubiese hallado la respuesta correcta.

- Pet, ya hemos estado allí, al igual que en la torre Gryffindor…-le dijo Sirius con tono cansino, que denotaba que Peter no se enteraba de nada. La verdad es que era un poco cortito.

- pensemos-dijo James con determinación- no es en el comedor, no es en la sala común… ¿dónde más vagueamos todo el día?

“James, te acabas de sentar en un charco… Tendremos que arreglar un poco la decoración…”- James recordaba estas palabras cuando se encendió una bombilla imaginaria en su cabeza- ¡el patio interior!- Todos se fueron corriendo.

- ¡ya han encontrado la respuesta!- dijo Marian pegando un salto que hizo retumbar la sala.

- ¡Te vas a cargar el suelo hermanita!- le dijo James mientras se dirigían a la puerta.

- ¡Déjanos Jimmy!- le dijo ella cerrando los ojos y haciendo un gesto de desprecio con la mano.

- ¡Concentración!- gritó Laura- ¿dónde descansamos?- preguntó pensativa.

- Nosotras casi no descansamos…- dijo Alice bajando la cabeza al darse cuenta de que los chicos habían encontrado la respuesta antes porque era unos vagos.

- La gente descansa normalmente entre clases en… ¡el patio interior!- Alice acababa de dar con la respuesta.

- ¡Corred!- gritó Laura- ¡tenemos que alcanzarlos!



Se fueron directamente al patio interior, que quedaba en la otra punta del colegio. Estaban cansadas de correr. Lily y Marian se adelantaron. ¡Ese juego era un estrés! y cuando llegaron al patio interior, encontraron grupos de chicos de otros cursos buscando sus pistas. Al parecer habían coincidido en el mismo sitio pero con pistas diferentes. Los chicos ya estaban buscando desesperadamente el pergamino.



- vamos, que ya solo queda esta pista- gritó Sirius para animar a sus amigos.

- ¡Ya la tengo!- exclamó Peter desde un árbol. Todos se acercaron.

- ¡Esta pista es de 3º Pet!- dijo Remus al coger el pergamino- ¿es que no sabes leer? ¡Tenemos que encontrar un pergamino que ponga 2º!- Peter se quedó desilusionado, y comenzaron a buscar con más ansia, no podían perder.



Las chicas estaban en la misma situación. No era una competición entre casas, no era un juego, era…una batalla entre ellos.



- ¡ya la tengo!- exclamó Marian desde el árbol central.

- ¡ya la tengo!- exclamó casi al mismo tiempo Sirius desde otro diferente.



Ambos grupos se miraron y empezaron a leer la última pista a la vez. En esa ocasión les daba igual que los demás la oyesen. ¡Tenían que ganar el juego! Empezaban a llegar más grupos, pero parecía que tenían problemas por encontrar sus correspondientes pergaminos.





7ª PISTA: “LA VIDA ES CÍCLICA. DESPUÉS DE BUSCAR EN SITIOS ERRÓNEOS CAES EN LA CUENTA DE QUE EL TESORO SIEMPRE HA ESTADO DELANTE DE TI”



- ¡es el comienzo!- gritó Marian.

- ¡Está en el vestíbulo de la entrada!- gritó al mismo tiempo Sirius.



Se miraron comprendiendo que habían vuelto a encontrar la respuesta a la vez. Todo dependía de una nueva carrera hacia el vestíbulo de la entrada. Ambos salieron corriendo sin esperar a sus amigos. Estaban cegados. Había una lucha entre ellos desde hacía tiempo y se demostraría quien era el mejor en unos instantes pero, el vestíbulo se encontraba al otro lado del castillo.



- ¡está muy lejos!- Le gritó Lily a Marian al ver que salía como un rayo en esa dirección. Pero ella no la escuchó pues solo tenía un objetivo. Derrotar a Sirius Black.

- ¡Sirius, espéranos!- le gritó James a la vez que empezaba a correr tras él. Pero Sirius corría más y ya se había perdido entre la penumbra del corredor. ¡Tenía que volver a derrotar a Marian Potter!



<< ¡Está muy lejos!>>- pensó. De pronto se acordó de un atajo por un pequeño pasadizo entre el vestíbulo y el gran comedor que descubrieron él y sus amigos el año pasado- << ¡sí! Llegaré más rápido por allí>>

<< ¡Me va a adelantar! corre más que yo>>- pensó Marian mientras corría por el camino habitual que llevaba al vestíbulo de la entrada. Le dolía todo el cuerpo. Llevaban unas dos horas corriendo de un sitio a otro pero, ¡no podía perder! En aquel momento de desesperación, se acordó del hechizo que se aplicaba a si misma para aumentar la velocidad de sus piernas y así no llegar tarde a clase, pues siempre iba con la hora pegada. Sacó su varita del bolsillo de la túnica y apuntó a sus piernas. Tales eran sus ansias por ganar a Sirius que ni se acordó de la norma anti-uso de varitas. Pero en aquel momento no había nadie.



- “¡¡velócius!!”- de repente sus piernas empezaron a correr al doble de velocidad. Sentía que volaba por el castillo como si fuese con su escoba en clase de vuelo.



Sirius y Marian llegaron a la vez al vestíbulo pero por sitios diferentes. El lugar estaba desierto. Habían dejado a sus amigos atrás y solo estaban ellos dos frente a frente. La lucha acabaría en cuanto uno de los dos encontrase el tesoro. Se quedaron unos minutos mirándose fijamente, con la respiración entrecortada por el esfuerzo de la carrera. Marian miró a Sirius de arriba abajo y él frunció el ceño ante aquel gesto. Al volver a mirarla, observó que la expresión de Marian había cambiado, ahora lucía una sonrisa amplia. Ella se fue acercando lentamente a él sin dejar de mirarle a los ojos. En aquel momento se quedó paralizado. La veía acercarse con esos ojos azules que lo miraban profundamente mientras su nariz empezaba a recobrar su forma normal, pues el hechizo solo duraba dos horas y sus ropas volvían a tomar forma del disfraz de zombi. Antes de que se diese cuenta estaba enfrente de la auténtica Marian Potter, que le miraba sonriendo. No le miraba así desde que la ayudó con su baúl en la estación de King´s Cross. Lily llegó a la sala antes que los demás, pero viendo la escena, prefirió quedarse medio escondida observando lo que ocurría, tuvo el presentimiento de que no debía anunciar su presencia.



<< ¡¿Pero, qué me pasa?!>>- pensó Sirius en un momento de debilidad. Se había quedado hipnotizado. Su corazón le latía fuertemente a cada paso que ella daba hacia él. Marian se paró a un palmo de su cara, con una sonrisa dulce. Empezó a agacharse poco a poco y cogió algo del suelo que estaba casi al lado de las piernas de Sirius. Él seguía paralizado y volvió a incorporarse dando un paso hacia atrás para separarse, pero su sonrisa ya no era dulce, se había trasformado en…



- el tesoro siempre ha estado delante de ti - Sirius bajó la mirada y por fin lo comprendió todo. Marian tenía el tesoro en la mano. Ella lo tiró al aire a poca distancia y lo volvió a coger delante de sus narices en gesto triunfal- ¡¡Jaque mate, Sirius Black!!

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Mensaje  lºr€n@ Lun Sep 15, 2008 1:11 pm

UEEEEEEEEEee
Marian ha ganado!!
hahahhahah

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Me encanta esa escena
es que es para ver la cara de Sirius!!
hahahahhaha


Lo siento por no haberme
pasado antes... estaba
pachuchilla.. y todavia estoy algo indispuesta!!

Los Merodeadores Presentan 196120


Y mañana empiezo el curso!!
Los Merodeadores Presentan 950650 noooooo!!

Pero que se le va a hacer ¿? u.u








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Mensaje  Jane Black Miér Sep 17, 2008 4:57 pm

¡Un Abrazo Lorena! En breve te dejo un post en tu fic. Me lo he leído pero no tuve tiempo Crying or Very sad Esta tarde te lo dejo sin falta Wink

Jane



CAPÍTULO 9

LA VENGANZA



Los chicos acababan de llegar a la sala jadeando por la carrera y se encontraron con una escena que lo les gustó nada. Marian tenía algo en la mano. Lily salió de su escondite simulando que acababa de llegar también pero confusa por lo que había ocurrido allí. << ¿Qué ha pasado entre estos dos?>> pensaba mientras se acercaba a Marian.



- ¡Marian! ¡¡Tienes el premio!!- exclamó una voz. Era Alice, que, al igual que Laura venían corriendo. Marian lo alzó para que lo vieran. Era una especie de cilindro azul y dorado que parecía que tenía algo dentro.

- Sirius, ¿qué ha pasado con el premio? ¡¡Porqué no lo cogiste!!- James acaba de llegar al lugar de los hechos seguido de Remus y Peter.- Sirius no podía articular palabra. Se había quedado inmóvil, viendo como Marian era felicitada por sus amigas. Su cara, se tornó roja de ira. No podía creerlo, había perdido por un momento de… ¡de debilidad! ¡Debilidad hacia Marian Potter!

- ¡¡Hemos ganado!!- Laura se apresuró a tocar la campana que anunciaba en todo el colegio que había una casa ganadora. Los Gryffindor de 2º.

- ¡¡Sirius!!- volvió a gritar James dándole un manotazo en la espalda- él reaccionó.

- ¡No lo he cogido, ya está! Me lanzó…- se quedó pensativo, era una vergüenza ante sus amigos que una alumna de 1º le hubiese ganado en un juego, porque él no perdía nunca, ni siquiera al ajedrez…

- ¿Que te lanzó?- preguntó Remus algo más calmado que sus amigos. Sirius dudó un instante. Podría decir que le había lanzado un hechizo, pero en realidad le ganó limpiamente.

- Ahora vais a ver…- dijo él con una sonrisa.



La profesora McGonagall, el profesor Dumbledore y todos los demás aparecieron al instante en el lugar de los hechos.



- ¡¡ya tenemos la última casa ganadora!!- exclamó Dumbledore poniendo su varita en la garganta nuevamente para ampliar su voz con el hechizo “sonorus”. Los demás cursos ya habían acabado el juego, e ahí la razón de que no hubiese nadie en el vestíbulo. Marian se dio cuenta de que seguía teniendo el premio en la mano. No podía decir que lo había cogido ella porque era de 1º y estaba jugando con los de 2º.

- ¡¡Toma Lily!!- le exclamó nerviosísima pasándole por detrás el extraño cilindro. Lily lo cogió en un acto reflejo. Marian se fue a toda prisa con el grupo de primero de Gryffindor. Dumbledore se dio cuenta, pero no dijo nada.

- La casa ganadora de segundo es… ¡Gryffindor! gracias a…- la miró desconfiada. Lily comprendió de que Dumbledore sabía algo- ¡la Señorita Evans!- ella suspiró.



Todos los Gryffindor de segundo y algunos de otros cursos la felicitaron por la hazaña, los únicos que por supuesto no la felicitaron, fueron los chicos.



- ¡el juego ha finalizado! Todo el mundo a descansar- volvió a decir el profesor Dumbledore con su habitual voz de mando donde no cabían réplicas.

- Parece que se lo han pasado muy bien ¿no? y lo más importante es que no ha habido altercados - dijo la profesora McGonagall al profesor Dumbledore mientras se iban también de hacia sus dormitorios.

- Eso parece Minerva, eso parece…



Todos los alumnos se fueron a sus respectivas salas comunes precedidos por los prefectos de las mismas.



- “meigas fritas”- dijo Arthur Weasley. La Señora gorda estaba medio dormida. Ya eran las 12 de la noche.

- ¿No tenéis otra cosa mejor que hacer?- dijo ella malhumorada, pues había sido despertada.

- ¡Meigas fritas!- volvió a decir Weasley.

- Correcto… pasad.- dijo ella bastante enfadada.



La cara de los chicos era un poema, James se tiró en el sofá más próximo a la chimenea en la que solo quedaban unas pocas brasas. Seguidamente hicieron lo miso Remus y Peter.



- Os dejo diez minutos chicos. Luego a las habitaciones- les dijo Arthur Weasley. Él era un prefecto bastante permisivo. Les caía bien.



Al cabo de un minuto entraron las chicas contentísimas y abrazando a Marian. Habían ganado el premio para su casa y encima habían derrotado a los chicos. La batalla estaba ganada. Al pasar por su lado empezaron a reírse maliciosamente.



- asquerosas…-dijo Peter malhumorado y mirándolas con cara de malas pulgas.

- No entiendo como Sirius dejó que Marian cogiese el premio. ¡Lo tenía delante de sus narices!- exclamó James indignadísimo- ¡no lo entiendo!

- Igual no lo vio…- dijo Remus pensativo.

- Por favor Remus, hablamos de Sirius. Odia perder hasta a las chapas mágicas. Se estaba empleando a fondo y cuando casi lo tenía…

- ¡Chicos!- exclamó Peter. Su mirad estaba fija en una pancarta que se acababa de descolgar de la chimenea. Era blanca pero en ella había algo escrito con letras muy grandes para que lo pudiese ver todo el mundo.



Ellas estaban de pie apunto de subir las escaleras para ir a las habitaciones. Cuando una voz horrorizada se hizo eco en toda la sala.



- ¡Marian!- dijo Laura tapándose la boca con una mano.

- ¿Qué pasa?- esta se dio la vuelta quedándose paralizada.



James y los demás la estaban mirando y se fue directamente a la chimenea para ver la pancarta mejor. Su cara estaba descolocada y sus amigas la siguieron temiendo lo peor, pues tenía mucho carácter. La sala común empezó a ser inundada por muchos susurros y cuchicheos entre los alumnos allí congregados. James la miraba perplejo y Black no estaba allí.



¡¡¡ MARIAN POTTER ES UNA TRAMPOSA Y ROBA COSAS QUE NO LE PERTENECEN !!!



- Marian, ¿que es eso de que eres una tramposa?- nunca creyó que su hermana cayese tan bajo y la miró desilusionado. Ella se estaba sintiendo fatal ante la mirada de su hermano cuando de repente cayó en la cuenta de quien había sido el artífice de esa calumnia.

- ¡¡BLACK!! - gritó encolerizada. Todos se asustaron ante aquella reacción.

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Mensaje  lºr€n@ Jue Sep 18, 2008 5:01 pm

AIIIiiix ese mal perder d Sirius... jejeje Laughing

Sigo afirmando que me encanta Dumbledore *-*
aun haber tenido un pasado un tanto oscuro jejeje

Esta vez solo pusiste un capitulo ...-__-
como se nota que ha comenzado el curso verdad¿? T.T
Yo no ´se cuando podré publicar en mi fic!! >.<


Espero que sigas poniendo más...
así me desconecto un poquito de las tareas escolares T.T




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Mensaje  Jane Black Jue Sep 18, 2008 7:47 pm

¡Hola Lore! Aquí te dejo otro capitulillo para que no te me aburras.

¡Un Abrazo!

Jane



CAPITULO 10

HERMANOS


Al día siguiente, todos se levantaron un poco más tarde de lo habitual ya que era Domingo. Lily, Laura y Alice se estaban preparando para bajar a desayunar, pero Marian Lily se percató de que tenía el premio en la mesa. Con todo lo que había pasado, se les olvidó abrirlo. Luego, miró a Marian. Esta, aunque estaba despierta, seguía en cama.



- venga Marian, tienes que comer algo. Vamos, vístete y baja a desayunar.- le dijo Lily zarandeándola en la cama pero sin nombrar lo del premio.

- No quiero, no tengo hambre- dijo ella con un hilo de voz entre las sábanas. Se aferraba a ellas como si fuesen un peluche. Había estado toda la noche llorando.

- Marian…- Lily quiso forzarla, pero Laura la agarró del hombro y movió la cabeza negativamente. Marian quería estar sola y ellas lo tenían que entender, además debían bajar para ver la reacción que esa maldita pancarta había causado en la gente.



Al entrar en el gran comedor se dieron cuenta de que el ambiente parecía el mismo de siempre tanto en la mesa Slytherin, como en Ravenclaw y Hufflepaff. Pero la cosa era distinta en Gryffindor. Fueron recorriendo la mesa hasta hallar unos sitios libres al fondo de la misma y durante aquel camino, sentían como la gente les clavaba la mirada.



- Esas son las amigas de Marian Potter ¿no? ¿Serán unas ladronas como ella? - la del comentario fue Andy Losley.- al oír aquello, Lily no pudo más con la presión y pegó un manotazo en la mesa.

- ¡Cállate Losley! No tienes ni idea de nada. ¡¡Métete en tus asuntos!!

- Tranquila Lil, no merece la pena- Alice intentó evitar un altercado entre ella y Losley cogiéndola del hombro y tirando de ella hacia atrás. Laura apretaba los puños fuertemente.



Los chicos estaban al otro lado de la mesa mirando la escena. No habían hablado casi nada en lo que llevaban de mañana. James tenía aspecto triste, Peter tenía sueño, Remus estaba intranquilo por algo y Sirius…

Las chicas desayunaron lo más rápido que pudieron, cogieron gachas de avena, cereales en forma de trolls y un poco de zumo de calabaza para llevárselo a Marian.



Los chicos salieron al jardín. Hacía una mañana estupenda y brillaba el sol como nunca, las hojas de los árboles tenían un precioso color dorado y empezaban a caer, anunciando el otoño.



- ¿porqué lo hiciste Sirius?- le preguntó James. Era lo primero que le decía en toda la mañana. Sirius se quedó sorprendido.

- Bueno Jimmy…te dije que me vengaría y eso es lo que he hecho- argumentó de una forma muy poco convincente.

- ¡Pero la has llamado ladrona! Es verdad que han sido unas tramposas por dejar que jugase Marian con ellas, pero debes reconocer que el juego fue mucho más interesante y divertido con mi hermana en acción de lo que lo hubiese sido con las otras tres solas. ¡Ella es el alma del grupo!

- ¡Es que me lo robó James!- que Sirius le llamara James no era una buena señal al igual que le ocurría con su hermana. Algo le reconcomía las entrañas.

- No te robó nada Sirius- interrumpió Remus en la conversación-tu no te diste cuenta de que el premio estaba delante de tus narices y ella fue más lista.

- Pero utilizó… unas armas muy sucias- corrigió antes de decir lo que realmente había pasado.

- ¿Utilizó la varita? ¡Eso está prohibido!- dijo Peter que acaba de despertarse por las voces de sus amigos.

- Nnn… no exactamente- dijo Sirius sin saber que contestar.

- Bueno- James se incorporó- fuera lo que fuese, mi hermana no es ni una tramposa ni una ladrona, lo que pasa es que os habéis picado demasiado y al final has acabado haciendo algo que seguro que no querías hacer Sir.- Él no dijo nada. Estaba triste y con la cabeza agachada jugando con una florerilla.- tenemos que solucionar esto, no voy a permitir que la gente piense que mi hermana es una tramposa ni una ladrona y tú Sirius Black,- le señaló con el dedo- me vas a ayudar.



Sirius, al oír que su amigo le llamaba por su nombre completo, alzó la vista asustado, pero en vez de encontrar a un James enfurecido por lo que le había hecho a su hermana, encontró a su mejor amigo tendiéndole la mano.



- ¿Me perdonas Jimmy?- dijo con un especial brillo en los ojos.

- Yo también os ayudaré- dijo Remus levantándose antes de que James contestara a Sirius- ¿vienes Pet? El último dudó un poco, estaba bastante resentido con las chicas por haber ganado pero…

- Vale, voy.



Se dirigieron al castillo tramando un plan para limpiar el nombre de Marian y que, por lo menos, pudiese salir de la habitación sin sentir vergüenza.



- no me has dicho si me has perdonado aún Jimmy- le dijo Sirius preocupado.

- Ya estabas perdonado antes de que lo hicieras Sir- le respondió con una amplia sonrisa- ahora hace falta que nos perdone ella a nosotros.

- ¡Pero a ti no te tiene que perdonar nada!- dijo Sirius con cara de asombro.

- Claro que sí. ¡He dudado de ella! ¡De mi propia hermana! Eso es muy grabe…



En aquel momento pasaban por allí unos cuantos alumnos de Slytherin. La mayoría, de la familia de Sirius.



- ¡te estás volviendo un Slytherin Sirius!- dijo una voz arrastrada- ¡atacar a los de tu propia casa! Eso si que no me lo esperaba de ti.

- Cierra el pico Malfoy- dijo él pasivamente.

- Sirius, Sirius, Sirius…tarde o temprano reconocerás que eres un Black y te arrepentirás toda la vida por no haber entrado en Slytherin- apareció una chica de pelo negro enmarañado con ojos muy grandes y párpados caídos.

- No voy a perder el tiempo contigo Bellatrix- ella era Bellatrix Black, su prima por parte de madre.



Lucius Malfoy iba a cuarto curso y Bellatrix Black terminaba ese año. Les acompañaba una chica de pelo rubio y piel muy blanca. Era también prima de Sirius y hermana a su vez de Bellatrix. Se llamaba Narcisa Black e iba, al igual que Lucius, a cuarto curso.



- No me extraña que tus padres te odien…-Sirius se estremeció al oír el mordaz comentario de Narcisa.

- ¡Dejadle en paz! ¡Meteos en vuestros asuntos!- gritó James al ver el acoso y derribo que le estaban haciendo a su amigo.

- Uy, ¡que miedo Potter!- dijo Bellatrix con una maliciosa sonrisa, típica en ella- no me extraña que tu hermanita sea una…

- ¡NO TE ATREVAS A NOMBRARLA BELLATRIX!- Sirius salió en su defensa como una fiera, seguido de un sorprendido James y Remus, Peter se quedó atrás. Regulus apareció el instante de entre sus primos.

- Sí, ¡ya le has hecho suficiente tú!- exclamó Regulus. Sirius, al ver la defensa que hacía de Marian, se quedó petrificado. Todos los de Slytherin pasaron por alto ese comentario. Lo tomaron como un insulto hacia Black. Él, por otro lado, lo tomó de otra forma.

- Vámonos Sir, aquí está empezando a apestar.- dijo Remus tirando de él.



Los de Slytherin se marcharon y ellos continuaron su marcha hacia el castillo en silencio.



- No sabía que pudieses defender así a mi hermana después de…

- Es tu hermana ¿no? Pues la defenderé igual que si os insultan a vosotros- dijo Sirius mirando al suelo mientras subía agitadamente hacia el castillo. James y Remus se miraron con satisfacción.



Las chicas habían planeado una tarde muy divertida en el lago, con unos cuantos juegos, chucherías de Honeydukes que les había comprado por encargo Frank Longbottom y prácticas de hechizos y encantamientos. A Marian le encantaba practicar los encantamientos y hechizos que se hacían en Defensa contra las Artes Oscuras, la cual era su asignatura favorita. La tarde prometía. Tenían que animar a su amiga como fuese y la mejor forma era apartándola del castillo por una tarde, el aire libre era lo que mejor le venía en ese momento.



- Mariaaann… tenemos un plaaann…- dijeron las tres a coro al entrar en la habitación- ¡¿pero aún sigues en la cama?!- exclamó Lily al ver que la chica seguía remoloneando en la cama.

- Sí y pienso seguir aquí todo el día. No quiero ver a nadie, no quiero ningún plan, ¡¡no quiero nada!!- gritó desde la cama sin ni siquiera incorporarse.

- ¿no quieres nada de nada?- le preguntó Alice guiñándole un ojo a las chicas.

- sí, una cosa: ¡¡hacer que Black muerda el polvo!!- en aquel momento se incorporó de la cama.

- Vaya, lo que no hemos conseguido nosotras (levantarla de la cama) lo ha conseguido Black sin mover un dedo. –dijo Laura entre dientes para que no se enterase Marian.

- ¡Te he oído Lauri!-dijo ella saliendo definitivamente de la cama. – ¡y me levanto porque me da la gana!- Ellas se quedaron mirándola, la verdad es que no sabían con qué les iba a salir esta vez. Marian se puso su bata rosa y sus zapatillas a juego y se acercó lentamente a ellas.

- Y… - dijo Lily mostrándole la comida que le habían traído del desayuno y la cual Marian estaba devorando con la mirada.

- Anda trae - le dijo finalmente cogiendo las gachas de avena y el zumo de calabaza. Realmente tenía mucha hambre.

- Habíamos pensado pasar la tarde junto a la casita del lago. Tu lugar preferido. Llevamos juegos y podríamos practicar hechizos y encantamientos de Defensa contra las Artes Oscuras…-Marian alzó una ceja (gesto típico en ella) al escuchar eso mientras comía. Practicar hechizos y encantamientos era lo más le gustaba. Lily miró a sus amigas en señal de aprobación pero Marian volvió a torcer la cara hacia la avena, entonces Lily decidió utilizar su última arma- bueno chicas, vamos a cogernos un empacho de brujitas de chocolate blanco- dijo mientras hacían ademán de irse.

- ¡¡Brujitas de chocolate blanco!!- exclamó Marian dejando caer la avena por su bata.

- ¿De las que vuelan?- preguntó Marian con cierta duda. Ellas afirmaron con la cabeza- ¡¡son mis preferidas!!- ya la tenían convencida.



Antes de marcharse, Lily volvió a ver el premio en su mesita de noche y lo cogió guardándoselo en el bolsillo de la túnica. Pasaron la tarde en el prado que hay junto al lago jugando al ajedrez mágico, al troll tragabolas, inventado hechizos nuevos, practicando otros muy divertidos y comiendo brujitas de chocolate blanco sin parar. Se lo pasaron en grande, tanto, que a Marian se le olvidó por unas horas la acusación pública de Black. Pero lo que no se le podía olvidar era la cara de su hermano la noche anterior. Había dudado de ella y eso no se lo podía perdonar tan fácilmente.



- Muchas gracias chicas. Sin vosotras estaría muy sola en el colegio - les dijo Marian mientras estaban sentadas en la hierba comiendo brujitas y grageas de sabores.

- No hay de qué. somos el grupo de las empollonas sabelotodo ¿no?- dijo Alice con guasa.

- ¡Y de las que ganan los juegos de Halloween también!- todas empezaron a reír, pero Marian lo hacía vagamente. No podía quitarse de la cabeza todo lo que había ocasionado su participación en el juego con el equipo de segundo curso.

- Hablando del juego – interrumpió Lily haciendo que Marian se pusiese un poco tensa – ¡no hemos abierto el premio! – Lily sacó de su bolsillo el pequeño cilindro misterioso.

- Es verdad – Laura y Alice se acercaron más a Lily. Marian se quedó donde estaba.

- ¿No quieres verlo Mari? – preguntó Alice un tanto extrañada por la actuación de la chica.

- No, abridlo vosotras – Marian se levantó y cogió algunas piedras planas y empezó a tirarlas al lago con la intención de hacer un “efecto rana”. Su hermano James se lo enseñó cuando eran pequeños y siempre que podían, iban a practicar al lago que había cerca de su casa en el Valle de Godric.



Lily abrió el cilindro y sacó de él un pergamino. Era un pequeño papiro cuidadosamente enrollado. Esta lo abrió y solo encontró una frase escrita en él.



EL VERDADERO TESORO ESTÁ DELANTE DE TI TODOS LOS DÍAS. SOLO TIENES QUE ACEPTARLO TAL Y COMO ES Y

SERÁS FELIZ PARA SIEMPRE.



Tanto Lily como Alice y Laura, no entendieron bien el mensaje. Era una frase demasiado complicada para que unas niñas de doce años la entendieran sin ningún tipo de explicación. Por ello, estaban decididas a preguntárselo a la profesora McGonagall en cuanto tuviesen oportunidad.



En aquel momento sonó la campana indicando que la cena estaba servida. Marian decidió ir a cenar al gran comedor. Tenía el apoyo de sus amigas así que le daba igual que los demás la mirasen mal o le hiciesen alguna jugarreta. No podía ocultarse durante todo el curso en la habitación esperando que sus amigas la llevaran algo de comida. Sirius Black le había complicado la existencia desde un principio, pero ella no se iba a rendir tan fácilmente y para ello debía hacerse fuerte ante la adversidad, aunque esta fuese cruel. Al llegar al comedor, toda la mesa de Gryffindor y parte de las otras se quedaron mirándola con cara de asco. Ella sentía cómo esas miradas le atravesaban la piel como un cuchillo una y otra vez, pero siguió andando franqueada por sus amigas. Los chicos, no habían ido a cenar.



- ¿necesitas escolta Potter?- exclamó un chico Ravenclaw que ni siquiera ella conocía.

- Cerrad vuestras mochilas, no vaya a ser que os desaparezca algo por “arte de magia”- dijo Lidia Nowak de Hufflepaff.

- ¡Qué arte de magia ni qué ocho cuartos! Será Potter, porque es una ladrona - contestó Issy Parker. Marian la mataba con la mirada, pero siguió caminando con sus amigas hacia un extremo de la mesa, donde hubiese poca gente.

- Si quieres cogemos algo de cenar y nos vamos a la sala común- le dijo Alice viendo que Marian apretaba los puños con todas sus fuerzas ante las acusaciones.

- No Alice, gracias. Pero cenaremos aquí si no os importa- dijo ella con determinación y cogiendo un poco de empanada de gorrión. Sus amigas la miraban admiradas, no sabían como podía soportar tanta presión, pero lo hacía, y con la cabeza bien alta.

- No te preocupes Marian, ya nos encargaremos nosotras…

- ¡NO!- gritó ella dándoles un susto de muerte y haciendo que a Lily se le cayese el trozo de pollo que tenía en el tenedor al suelo.- perdonad, no quiero que nadie haga nada, no quiero solucionar esto con una venganza, sino honestamente. Aguantaré todo el chaparrón hasta que ellos solucionen el problema. No puedo intentar limpiar mi nombre con mentiras y trampas. Quien ensucia, tiene que limpiar.

- Nos lo has dejado clarísimo- dijo Laura asombrada de la respuesta de Marian. ¿Realmente esa niña tenía 11 años?

- ¡Ey Potter! ¿te apetece jugar una partida de ajedrez? -exclamó un Slytherin que Marian no alcanzó a ver cuando ya se iban del gran comedor.- ¿Pero sin trampas eh?

- ¡Déjala Malfoy!- le chilló Lily.



Las chicas intentaron cenar lo más rápido posible para salir del comedor cuanto antes. La situación era bastante incómoda y no les apetecía seguir aguantando comentarios mordaces y con maldad.



- ¡Vaya estúpidos!- dijo Lily mientras se encaminaban a la sala común.

- A estos, se les dice que se tiren por un puente y lo hacen- Alice estaba indignadísima.

- Siento que tengáis que soportar esto chicas…

- Ni se te ocurra volver a decir eso Marian- la voz de Laura sonaba imponente y no admitía réplica alguna.

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Mensaje  Jane Black Jue Sep 18, 2008 7:48 pm

SIGUE CAPÍTULO 10


Un grupito de Slytherin venía de frente. Parecían unas serpientes al acecho. Siempre intentando atrapar a la presa cuando esta estaba más débil.



- ¡Marian!- gritó una voz detrás de las chicas. Ella se dio la vuelta y encontró a Regulus Black, el cual se había desprendido del grupo.

- No vayas. Seguro que te dice algo grosero, siendo un Black…- Lily le acababa de coger del brazo.

- No te preocupes Lil, seguro que no me dice nada malo- Marian no las tenía todas con ella, pero no iba a esconder la cabeza como las avestruces.



Se encontraron hacia la mitad de la distancia que los separaba. Él parecía estar incómodo ante la situación, porque no hacía más que mirar para todos lados.



- hola- dijo Regulus con voz suave y tímida.

- Hola Regulus.

- ¿Qué tal todo?- Marian frunció el ceño ante esta pregunta.

- ¿A qué viene esa pregunta?- el chico se incomodó. Sabía que acababa de meter la pata.

- Eee…sí, perdona. Bueno, en realidad solo quería que supieras que yo no creo nada de lo que se comenta por ahí y que estoy seguro de que mi hermano ha mentido como un bellaco. Suele tener este tipo de comportamientos cuando…- se paró por un segundo. No sabía si continuar.

- ¿Cuando qué?- preguntó ella intrigada.

- Bueno, déjalo. Solo quería que lo supieras- en la cara de Regulus se dibujó una sonrisa y en la de Marian otra.

- Muchas gracias Regulus. No sabes cuanto necesitaba que alguien me dijese algo así.- él puso una mano en su hombro.

- cuenta conmigo para lo que quieras- dijo sinceramente.

- Lo haré. Que duermas bien y ¡gracias!- Marian le guiñó un ojo y se fue donde la esperaban sus amigas.



Esa conversación entre Regulus y Marian traería cola ya que no solo quedó entre ellos. Había dos personas más escuchando. Una de ellas apretaba los puños con todas sus fuerzas y la otra simplemente, reía.



*****



Al llegar a la sala común, se encontraron a James, Sirius, Remus y Peter hablando tranquilamente en sus sillones favoritos. La pancarta había desaparecido de encima de la chimenea. Al verlas venir, James y Sirius agacharon la cabeza. << ¿Podría ser que se sintieran culpables?>> Pensó Alice cuando pasaban por su lado. Ellas, ni les miraron. En el último momento, James levantó la cabeza y vio a su hermana completamente abatida. Ellas se sentaron en una mesa para hacer los deberes para el lunes, ya que con la fiesta de Halloween y todo el lío, no los habían acabado.



- hay que arreglar esto ya Sir- le dijo con un susurro impaciente.

- Y debéis hacerlo cuanto antes, cada vez se está poniendo más negra la cosa- apuntó Remus, que había acercado más el sillón para oír la conversación. Sirius los miraba muy triste. Peter se sorprendió mucho de la reacción que había tenido Sirius ante esa broma. ¡Nunca se arrepentía de ninguna broma!

- Ya se me ocurrirá algo Jimmy- dijo mientras se levantaba para ir al dormitorio. James estaba bastante abatido y le acompañó. Miró de reojo a Marian y se encaminó hacia su mesa. Ella al verle, sintió furia.

- Marian yo…

- ¡Déjame en paz James, no tengo nada que hablar contigo!- James se quedó paralizado mirándola fijamente. Tenía los ojos rojos y brillantes. Sirius se dio cuenta y fue a impedir una posible pelea entre hermanos. Remus y Peter también se levantaron del sofá.

- ¡No le digas eso Potter! No tienes ni idea…- dijo Sirius poniéndose entre James y ella.



Ese gesto la molestó enormemente. Podía aguantar las bromas pesadas y los insultos de la gente pero que Sirius Black se interpusiera entre su hermano y ella… ¡eso no lo podía soportar!



- ¡nunca!- se dirigió a Sirius mientras se levantaba de la silla lenta y desafiante- ¿me has oído? ¡¡NUNCA!! te vuelvas a interponer entre mi hermano y yo, Black.- todos se quedaron blancos, pero ella continuó– ¿pero quién te has creído que eres? ¡no tienes derecho a ocupar ese lugar!- Sirius se apartó inmediatamente en un acto reflejo.-tus bromas me dan igual, ¡TÚ ME DAS IGUAL! Pero que no se te vuelva a ocurrir meterte entre mi hermano y yo. ¡¡¡NUNCA!!!- Marian estaba fuera de sí, parecía que le iba a hacer frente físicamente y Sirius palideció.

- ¡Tranquila Marian!- Lily se apresuró hacia ella agarrándola de los hombros al ver que su amiga se había puesto roja de furia.- no merece la pena.

- Si, Marian, no hagas caso - le dijo Alice levantándose al mismo tiempo que Lily. Laura llegaba en aquel momento del baño y al ver la escena se quedó paralizada como todo el mundo en la sala.

- ¿Qué ha pasado? - le preguntó a Alice.

- Calla. Luego te lo cuento - le dijo esta.



La situación era bastante tensa, no sabían porqué Marian había reaccionado así ante un gesto del que ni siquiera Sirius se había dado cuenta. El hecho de colocarse entre James y su hermana no lo había hecho aposta…



- Estas cansada, vamos a la habitación - dijo Lily mientras recogía sus libros y los de Marian y la empujaba para que la siguiera hacia las habitaciones.



Marian no dejaba de mirar a Sirius fijamente. Su mirada no era de odio, era de furia y de impotencia. Le daba la sensación de que Sirius quería ocupar su lugar en el corazón de su hermano y eso no se lo iba a permitir nunca. Por otro lado, Sirius le aguantaba la mirada sin poder pensar en nada.



- ¡Marian espera!- gritó James yendo hacia ella. Se acercó a su cara y le dio un beso en la mejilla - buenas noches enana.- Desde que comenzaron el colegio, James no le había dado un beso de buenas noches, ya que le daba vergüenza delante de sus amigos. Después miró a Lily con gesto de agradecimiento por cuidar a su hermana cuando él no estaba y esta, olvidando sus rencillas, le contestó con un ligero movimiento de cabeza.

- Buenas noches Jimmy.- le dijo Marian al oído. En James se dibujó una cara de felicidad absoluta, al parecer, su hermana le había perdonado y ¡le volvía a llamar Jimmy!



Después de aquello todos se fueron a dormir. Pero no todos consiguieron conciliar el sueño con facilidad.



- Jimmy ¿estás dormido?- susurró Sirius desde su cama.

- Que quieres…- James estaba apunto de conciliar el sueño y la interrupción de Sirius le molestó un poco.

- ¿me puedes explicar la reacción de tu hermana?- le preguntó con voz más baja para no despertar a Remus y a Peter.

- No se… no te preocupes. Déjalo correr.- hizo un parón y al ver que Sirius no le contestaba, decidió decirle lo que pensaba - a ver, lo que está claro es que tienes que encontrar la forma de arreglar esto Sir - su intención era quitarle hierro al asunto pero Sirius no se iba a dar por vencido tan fácilmente y siguió preguntando.

- Cada vez entiendo menos a tu hermana Jimmy. ¿No ve que estoy arrepentido?

- Pero creo que no le basta con eso.

- ¿Entonces? ¿Qué era eso de interponerme entre tú y ella?- insistió.

- Simplemente se siente atacada por ti.

- ¡¡Por mi!!- gritó Sirius. Peter se movió un poco en la cama, parecía que se iba a despertar, pero no fue así.

- Schsss… que vas a despertar a los chicos.

- Perdona, pero es que no entiendo porqué se siente atacada por mí en ese aspecto.

- Porque piensa que vas a ocupar su lugar como hermana.

- Eso es una tontería.- exclamó Sirius ofendido.

- Ya lo sé. pero eso es lo que ella siente.

- Nunca ocuparé el puesto de hermana, en tal caso ocuparé un nuevo puesto – dijo Sirius pensativo.

- ¿Cual? - preguntó James esperando oír cualquier chorrada de las suyas.

- El de hermano.



Se hizo el silencio. James se había quedado muy sorprendido por lo que le acaba de revelar Sirius. ¿De verdad le consideraba su hermano? Él lo había pensado muchas veces, pero nunca se lo había dicho tan directamente como se lo acababa de decir Sirius a él. James quería muchísimo a su hermana, pero había cosas que solo se las podía contar a Sirius. Él era su compañero de travesuras y su mejor amigo.



- ya eres mi hermano Sir.

- Gracias Jimmy.



Aquello reconfortó en parte a Sirius, pero seguía preocupado por la reacción de Marian. En el momento de hacer la broma, nunca pensó que le fuese a afectar tanto, pero estaba claro que las reacciones tan agresivas de ELLA no eran solo por lo de la pancarta. Después de seguir un rato más en silencio dándole vueltas al tema, se durmió.



*****



Ya era lunes y empezaban de nuevo las clases. Marian se disponía a bajar a desayunar con sus amigas y aguantar lo que fuera. Ya le daba igual, porque Jimmy le había pedido perdón (a su manera) y mientras tuviese la buena opinión de su hermano, lo que dijesen los demás le daba igual. Antes de entrar al gran comedor, suspiró profundamente.



- ¡que pasa Potter! ¿Ahora vas de dura?- dijo una voz desde la mesa Slytherin.



Ni Marian ni sus amigas hicieron caso de aquel comentario, pero estaba claro que la noticia del enfrentamiento entre Sirius y ella había corrido como la pólvora. Los chicos ya estaban desayunando y oyeron también el comentario pero al igual que ellas, no dijeron nada en público.



- ¡voy a hacer pagar a Malfoy por ese comentario!- dijo James entornando los ojos hacia la mesa de Slytherin. Sirius permanecía callado.

- Sir, no has comido casi nada. ¿Qué te pasa? ¡Tu siempre devoras la comida!- le dijo Peter para animarle.

- Hoy no tengo mucha hambre - dijo secamente jugando con los cereales en el tazón.



Laura llegó más tarde al desayuno y no tubo más remedio que ponerse en el lado de los chicos, pues donde estaban sus amigas no cabía un alfiler.



- Hola Meyer- le dijo Remus al ver que se sentaba a su lado.

- Hola- respondió ella secamente.

- ¿Confraternizando con el enemigo Meyer?- preguntó Peter con sarcasmo.

- Déjame en paz Petigrew, no quedaba sitio en toda la mesa.- contestó ella sin ni siquiera mirarle.



James miró a Marian fijamente desde su lado. Veía que su hermana casi no estaba desayunando nada y pensó que, de seguir así, se iba a quedar en los huesos. Sirius seguía sin decir nada, inmerso en sus pensamientos, que solo él conocía.



<< He sido un estúpido. Ella me ganó limpiamente y James tenía razón, el juego fue mucho más divertido con ella en nuestro curso. Debería pensar mejor lo que hago, porque ha James también le afectan estas cosas. A veces se me olvida que es su hermana y eso lo debería tener presente para todo…>>

- Oye, ¿es verdad que Marian lo está pasando tan mal? ¿Que no come y esas cosas? – le preguntó James a Laura muy serio y preocupado. Sirius dejó de jugar con los cereales y posó su mirada en el pudin de galletas que había delante de él.

-Pues sí –respondió Laura con intención de que se enterasen de cómo estaba la situación con su amiga- lo está pasando bastante mal.

-Y todavía la siguen molestando por lo de Halloween ¿no?

-Sí y más de lo que os pensáis–dijo Laura mirando directamente a Sirius.

Sin embargo Sirius no intentó defenderse, simplemente actuó. No soportaba más verla así por su culpa y aunque sabía que lo que iba a hacer le costaría una semana de burlas por parte de sus compañeros, no le importaba. Quería limpiar el nombre de Marian a toda costa. Se dirigió a la mesa de los profesores y de un brinco se subió en ella, botando el desayuno del profesor Dumbledore.

-¡Lo siento mucho profesor! Sólo un momento... por favor... ¡ESTUDIANTES! ¡COMPAÑEROS! ¡NECESITO VUESTRA ATENCIÓN!

El Gran Comedor se quedó en un silencio mortal ante el gesto de Sirius. James y Remus intercambiaron miradas de preocupación, Peter simplemente tenía la boca abierta y la cara de las chicas al otro lado de la mesa no necesitaba ni explicación.

- ESTO VA PARA TODOS Y EN ESPECIAL PARA LA CASA GRYFFINDOR: NO QUIERO QUE SIGÁIS MOLESTANDO A MARIAN POTTER. NI EXTENDIÉNDO RUMORES INFUNDADOS. ELLA NUNCA HA ROBADO NI HA TRAICIONADO A NADIE. LO QUE HIZO ME LO MERECIA PORQUE…BUENO, YO FUI EL ARTÍFICE DE LA PANCARTA Y QUIERO PEDIRLE PERDÓN PÚBLICAMENTE PARA QUE ESTE ASUNTO QUEDE ZANJADO DE UNA VEZ.

- ¡James a dónde vas!- dijo Remus al ver que su amigo corría también hacia la mesa de los profesores. Al ver la valentía de Sirius, James saltó a la mesa también tirándole el desayuno encima a la Señora Hooch.

-YO TAMBIÉN QUIERO PEDIR PERDÓN PÚBLICAMENTE A MI HERMANA POR HABER DUDADO DE SU HONRADEZ. MARI, ERES LA MEJOR HERMANA QUE SE PUEDE TENER…Y ¡QUIERO QUE LO SEPA TODO EL MUNDO!

Cuando acabaron se estrecharon la mano en señal de “misión cumplida”. Marian se quedó alucinada en la mesa y ni se enteró de que se le había caído el trozo de pudin a la túnica. Se puso roja como un tomate, no pensó que llegarían a tanto por obtener su perdón. Comprendió que a ellos les había afectado todo este asunto tanto o más que a ella y tuvo una sensación que desde que entró en Hogwarts no tenía. La sensación de volverse a sentir querida y mimada por su hermano. De la que sintió con respecto a Sirius…eso era otro tema.

-¡BLACK! ¡POTTER!- La voz de la profesora McGonagall se alzó ante el murmullo que se había formado en la sala. Ellos se miraron y vieron la situación. Estaban de pie, encima de la mesa de los profesores y habían tirado el desayuno de la mitad de ellos.

-O, O….



El resultado de aquella hazaña fue una nueva visita al despacho del director Dumbledore, el cual, les puso un castigo. Tanto Sirius como James pudieron descubrir al irse del despacho cierta mirada de satisfacción por parte del profesor Dumbledore ante el hecho que se acababa de producir en el comedor. Había merecido la pena.

Jane Black
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